한국국제교류재단

Los avances tecnológicos han puesto a los medios digitales en el centro de la creación, difusión y valoración de cultura y las artes. Entre los numerosos factores que contribuyen a la integración de contenidos artísticos y culturales, el más importante parece ser la forma en la que el público los percibe. Muchos ya se pasaron al ámbito digital antes de la pandemia, tendencia que se aceleró durante los muchos meses de autoaislamiento y distancia social, cuando el contacto cara a cara era extremadamente limitado. A la vanguardia de ese cambio están los dispositivos móviles y el metaverso.

Un mundo virtual

El K-pop ha trascendido sus orígenes coreanos para cautivar al público de todo el mundo. El escenario ya no es una mera plataforma de entretenimiento, sino que se ha convertido en un lienzo para la creación artística. A esa transformación ha contribuido la realidad extendida (XR), que puede convertir enormes pantallas LED en fondos inmersivos. Con XR, los artistas pueden transportarse a sí mismos y a su público a lugares que van desde atracciones turísticas hasta el espacio exterior, e incluso a imaginarios entornos futuristas. Los fondos se ajustan dinámicamente a los movimientos de la cámara y permiten al público sentir un espacio como si estuvieran allí.

METALOCAT, proveedor líder de soluciones de contenidos inmersivos, crea entornos virtuales que combinan perfectamente con escenarios físicos, como muestran los populares programas de entretenimiento Show! de MBC TV, Music Core o El Cantante Enmascarado. La empresa ayuda a los equipos de producción a reducir su carga de trabajo con audaces técnicas de imagen.

Los espacios virtuales basados en XR proliferan en el sector de producción de contenidos. Un ejemplo es el escenario de producción virtual CJ ENM Studio Center en Paju, en la provincia de Gyeonggi. Sus instalaciones de última generación recubren techos y paredes con grandes pantallas LED, logrando una perfecta integración de fondos virtuales en tomas de acción en vivo. Suprimir la necesidad de rodar en exteriores, ahorra una cantidad significativa de tiempo y dinero. La apuesta por nuevos y distintos formatos de contenido genera elevadas expectativas, al permitir mejorar fácilmente la calidad del producto final.

Otra tendencia notable es la virtualización del propio contenido. La tecnología para personajes y fondos virtuales basados en gráficos, muy usada en películas y K-dramas, supone un gran reto para los productores por la necesidad de una representación detallada y creada en un entorno virtual.

Dexter Studios, especializados en planificación y producción de contenidos, ha demostrado claramente su experiencia en trabajos como Space Sweepers (2021), original de Jo Sung-hee para Netflix, y también en Alienoid, de Choi Dong-hoon (2022) y The Moon (2023) de Kim Yong-hwa, ambas producciones de CJ ENM. Los logros de Dexter Studios muestran que, si bien la ciencia ficción se basa en la imaginación, la expresión inmersiva de las ideas resulta esencial para crear productos culturales de alta calidad.

La tendencia a virtualizar el contenido de la cultura pop es innegable, como refleja el crecimiento constante de ZEPETO, una plataforma de metaverso creada en 2018. A cargo de NAVER Z, este universo social inmersivo permite a los usuarios crear avatares e interactuar virtualmente con otros sin limitaciones espaciales. Su principal base de usuarios son personas de entre 20 y 30 años. Empresas dentro y fuera de Corea usan dicha plataforma para promover su imagen de marca.

IA creativa

Desde que llegaron las computadoras, los dispositivos digitales se han vuelto esenciales como herramientas creativas. Toda la parafernalia de siglos de pronto ha quedado obsoleta: el papel ha dado paso a las pantallas, y los lápices a teclados y lápices ópticos. Sin embargo, sólo unas décadas después del monumental paso de los métodos analógicos a los digitales, llega otro cambio. Avanzamos hacia un territorio inexplorado: usar inteligencia artificial para la expresión creativa.

La pintura es uno de los ámbitos que lideran la revolución creativa de la IA. Los modelos de aprendizaje automático, entrenados con infinidad de obras de arte, ya pueden imitar obras maestras de artistas famosos. También pueden plasmar gran variedad de estilos a petición del usuario, generando imágenes tan realistas que no pueden distinguirse de las fotografías.

Karlo 2.0, un modelo de generación de imágenes de la empresa de inteligencia artificial Kakao Brain, puede producir imágenes grandes y de alta calidad en segundos gracias a una base de datos texto-imagen de unos 300 millones de imágenes. Además de los detalles de la vida real, la capacidad de crear imágenes de alta calidad fácilmente capta atención mundial.

Aunque el trabajo de Karlo provoca admiración, también generan debates su uso y las imágenes creadas por IA, en general. ¿A quién pertenecen los derechos de autor? ¿Al desarrollador de la IA, al usuario, o a los artistas cuyas obras originales se introdujeron en la base de datos? Como algunas imágenes generadas por IA incluso han sido reconocidas y premiadas como obras de arte, urge dar respuesta a esta y otras preguntas.

En tanto Verses, una empresa de software de entretenimiento, creó una plataforma musical basada en IA llamada Meta Music System. Una IA puede codificar, componer y arreglar melodías, pero Meta Music System permite a los usuarios participar directamente en la producción de vídeos musicales, añadiendo una capa de imaginación, donde los usuarios no sólo pueden disfrutar de la música, sino también conocer y charlar con los artistas. La oportunidad de producir música y compartir ideas abre nuevos canales que hacen de la música una forma de entretenimiento menos pasiva.

 

El valor de la tecnología

El propósito de combinar tecnología y contenidos artísticos y culturales es dotar de mayor creatividad a la expresión. Las barreras de la música fueron derribadas hace décadas por la Interfaz Digital de Instrumentos Musicales (MIDI), un protocolo de comunicación que conecta dispositivos que producen y controlan el sonido, como instrumentos musicales electrónicos y computadoras. Y ahora la web abre la puerta a que cualquiera pueda convertirse en creador de webtoons. Asimismo, YouTube hace posible que cualquiera pueda compartir su creatividad con una audiencia global, y el metaverso ofrece un espacio donde los espectadores pueden disfrutar de obras de arte sin limitaciones.

El rumbo del progreso tecnológico es claro. Actualmente amplía el alcance de la actividad creativa más allá de los confines del arte convencional, dominado por expertos y entusiastas, hacia algo que cualquiera puede disfrutar.

Uno de los objetivos de los servicios de Internet disponibles es derribar barreras entre grupos sociales, y parece natural que los contenidos culturales vayan por el mismo camino.

La división entre creadores y audiencias es cada vez más difusa y eso permite a todos expresarse libre y equitativamente, algo muy vinculado con la razón de ser de las artes y la cultura. Después de todo, el valor de obras de arte y contenidos culturales proviene de las personas. El ecosistema de las artes y la cultura prosperará aún más a medida que más gente aprecie las obras de arte, comprendan la intención de los artistas, y contribuyan al ciclo del progreso artístico desde su propia perspectiva.