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2022 WINTER

Andong, el espíritu de Corea

Andong fusiona pasado y presente en completa armonía. Los pasos de los antepasados revelan por qué la ciudad es el epicentro de la cultura espiritual de Corea. Tras un día de turismo, los hambrientos visitantes pronto comprenden que Andong es cuna de muchos platos que conquistan el corazón de los foodies.

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A la entrada de Hahoe Village un cartel reza: “Nunca olvidaré el día de 1999 en que la reina Isabel II visitó Andong”. La reina, invitada a Corea por el entonces presidente Kim Dae-jung, expresó su deseo de ver “lo más coreano”. La respuesta fue Andong, capital de la provincia de Gyeongsang del Norte. Allí podemos hallar la esencia del espíritu coreano impreso en la mayoría de enclaves Patrimonio Mundial de la UNESCO en Corea y, de hecho por toda la ciudad.

Al llegar a Andong en su 73º cumpleaños, la reina Isabel fue escoltada por el actor Ryu Si-won hasta Damyeonjae, una antigua y elegante casa tradicional donde Ryu nació como descendiente en la 13ª generación de Ryu Seong-ryong, un famoso funcionario civil de mediados de la Dinastía Joseon. Allí prepararon una comida de cumpleaños al estilo coreano para la reina, con lonchas de carne prensada, carne estofada, sopa, y fideos y soju de Andong.

La reina también asistió a una presentación de Hahoe Byeolsingut Talnori, una danza-drama de máscaras basada en ritos comunitarios nativos de Andong, y a una demostración para preparar gochujang (pasta de pimiento rojo) y kimchi. Cuando visitó Chunghyodang (Casa de la Lealtad y la Piedad Filial), hogar del clan Pungsan Ryu, sorprendió a todos al quitarse los zapatos y entrar con los pies enfundados en medias, siguiendo la etiqueta coreana. Frente a Geungnakjeon (Salón del Paraíso) en el Templo Bongjeong, el edificio de madera más antiguo de Corea, erigido a principios del siglo XIII durante la dinastía Goryeo, la reina colocó una piedra en la parte superior de una pila de piedras, mientras todos a su alrededor observaban ansiosamente esperando que la pila no colapsara, explicando que solía ponerse una piedra en la pila para pedir un deseo.

Foto de la reina Isabel II en su visita a Andong en 1999. En su 73º aniversario se sentó a disfrutar de una comida tradicional coreana de cumpleaños, exploró la aldea Hahoe y el templo Bongjeong, y vio una actuación de Hahoe Byeolsingut Talnori.
© ANDONG-CITY

Herencia confuciana

Gosanjeong, pabellón creado por Geum Nan-su (1530-1599), erudito de mitad de la dinastía Joseon y discípulo de Yi Hwang, encaja perfectamente con el entorno natural y es mítico ejemplo de pabellón de Joseon.

Para comprender debidamente Andong, debemos reconocer que el confucianismo fue el ADN de los 500 años de dinastía Joseon. En cuanto el estado adoptó el confucianismo como ideología rectora, surgieron ciertas actitudes y prácticas que se consideran esencialmente coreanas, como una estructura social centrada en el hombre y en el respeto a los mayores.

Hoy el confucianismo coreano perdura en su forma originaria en Andong, preservando el legado de Yi Hwang (seudónimo: Toegye, 1502-1571) y de Ryu Seong-ryong (seudónimo: Seoae, 1542-1607), originarios de Andong y destacadas figuras de la Escuela Neoconfuciana de Yeongnam.

El punto de partida para explorar la ciudad debe ser Hahoe Village, enclave bien conservado y tradicional del clan que fue designado como Material Folclórico Importante No. 122 y alberga dos tesoros nacionales, cuatro tesoros designados y once materiales folclóricos. El nombre de la aldea significa “agua que fluye sinuosamente” y alude a la forma en que Hwacheon, la parte alta del río Nakdong, fluye en torno a la aldea en forma de “S” y recuerda el símbolo rojo y azul en el centro del Taegeuk, la bandera nacional de Corea, o una flor de loto flotando en el agua. Eso convirtió Andong en un lugar auspicioso desde la antigüedad, en términos geománticos.

Los pueblos antiguos coreanos se parecen mucho, pero Andong es particularmente atractivo, pues no es solo un enorme museo al aire libre donde el tiempo parece haberse detenido, sino una comunidad viva donde los turistas se entremezclan con la rutina diaria de los residentes. Mientras a su paso lee los nombres de casas antiguas, como Hwagyeongdang (Casa de la Armonía y el Respeto) o Yangjindang (Casa del Cultivo de la Verdad), puede ver bolsas de leche colgando en la puerta principal, o rábanos tiernos y lechugas cuidadosamente sembrados en campos cercanos.

No muy lejos de Hahoe está Byeongsan Seowon, academia neoconfuciana dedicada a Ryu Seong-ryong. Los seowon eran instituciones educativas privadas donde las mejores mentes del país se reunían para enseñar y aprender. Los discípulos de Ryu Seong-ryong se reunían en Byeongsan Seowon y los de Yi Hwang en Dosan Seowon, también en Andong.

Byeongsan Seowon es considerada una de las academias confucianas más bellas del país. Su arquitectura complementa y realza con gracia el entorno natural que la rodea. Mandaeru, el pabellón elevado a la entrada, ofrece exquisitas vistas del ancho río Nakdong y de la montaña homónima Byeongsan (o monte Byeong), al otro lado del camino.

Dosan Seowon es más grande que Byeongsan Seowon. En sus últimos años, Toegye Yi Hwang construyó una escuela en la aldea llamada Dosan Seodang, donde enseñaba. Tras su muerte, sus discípulos construyeron Dosan Seowon en torno a la escuela. Escuela y academia siguen en el mismo lugar, en honor al gran aprendizaje de Yi Hwang. Al pasar por la puerta principal hacia Dosan Seowon, a la izquierda está el dormitorio llamado Nongunjeongsa, donde vivieron y estudiaron los discípulos de Yi Hwang. Más al fondo está Jeongyodang (Salón de las Enseñanzas Clásicas), una sala de conferencias con vistas al tranquilo paisaje de Andong, donde los eruditos se reunían para debates y grandes reuniones.

En el Centro de Capacitación Cultural Seonbi ofrecen un curso de dos días para aprender y experimentar la vida de un erudito confuciano, o seonbi. Tan popular clase brinda la oportunidad de vestirse con las túnicas típicas de los eruditos confucianos, de explorar las academias confucianas, la casa principal del clan familiar de Yi Hwang, el Museo Literario Yi Yuk-sa, e incluso pasear por el Camino de Meditación Toegye bajo la suave luz de la luna.

Byeongsan Seowon, academia confuciana creada en 1572 en honor a Ryu Seong-ryong, y epítome de la arquitectura confuciana de Corea. Fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO con otras ocho academias confucianas en 2019 en reconocimiento a su belleza arquitectónica y armonía con el espectacular paisaje que lo rodea.

En 1995 inauguraron el Museo de Máscaras a la entrada de la aldea Hahoe. Custodia 250 máscaras coreanas, incluidas las que se usan en Hahoe Byeolsingut Talnori, un espectáculo de baile de máscaras de la aldea, y otras 250 de otras partes del mundo.

Ciudad gourmet

 

El ambiente de los mercados es un buen barómetro de la vitalidad de una ciudad. Andong posee varios mercados grandes, incluido Gusijang o el “viejo mercado”. Es un famoso paraíso gastronómico con su callejón galbi, plagado de restaurantes que venden platos de costillas de res, el callejón jjimdak, repleto de restaurantes de pollo estofado, y Mammoth Bakery, una antigua institución local.

Para los amantes de la gastronomía en Andong se venera la comida tradicional. Tanto que varios días no permitirían probar todos los platos. ¿Cree que el kalguksu, una sopa de fideos anchos y planos hechos a mano, es demasiado común? Pruebe Andong guksi, hecho con fideos más finos que parecen temblar sobre la sopa. El único riesgo es comer en exceso, pues los fideos blandos se devoran fácilmente. En tanto, un plato imprescindible para los bedores es gukbap, que literalmente significa “sopa y arroz”. Casi siempre se toma con alcohol, o de amanecida tras una noche de copas. Ostenta un lugar importante en la cultura culinaria de Corea y la versión de Andong, con rábanos de temporada y carne coreana, entusiasma a gente de todas las edades.

Con tantos jefes de clan en Andong, los ritos ancestrales se llevaban a cabo (y todavía es así) con frecuencia, dando lugar a la costumbre de tomar la comida sobrante de la mesa ritual y mezclarla en un tazón con salsa para hacer goldongban. Hoy día se conoce más comúnmente como bibimbap. Más tarde, los restaurantes comenzaron a preparar los alimentos de las mesas rituales para que los clientes pudieran tomar bibimbap en cualquier momento. Si no se come después de un rito se llama heotjesatbap, que significa “alimento no de ritual”.

 

Gusijang, zona del antiguo mercado en el centro de Andong, tiene un callejón con más de 30 restaurantes que sirven Andong jjimdak original, uno de los platos emblemáticos de la ciudad.

Otro plato famoso local es Andong jjimdak. Cuando la locura por el pollo yangnyeom (pollo frito con salsa dulce y picante) llegó hace más de una década, los comerciantes de pollo al estilo antiguo de Andong tuvieron que buscar una respuesta competitiva. Crearon jjimdak, pollo estofado con condimentos picantes y salados, fideos gruesos transparentes y verduras, que se extendió por todo el país. La caballa salada también es una especialidad de Andong, fruto de la sabiduría de los antepasados para conservar y transportar el pescado a esta ciudad del interior, lejos del mar.

Si bien es fácil pasar días disfrutando de la comida local sin cansarse, los jóvenes chefs de Andong ofrecen creaciones totalmente nuevas con ingredientes tradicionales, como pasta de caballa de Andong o hamburguesas de caballa salada. Lo maravilloso de los antiguos mercados de la ciudad es que no han quedado anclados en el pasado, sino que combinan lo antiguo y lo nuevo de forma sugerente.

Tras una buena comida, es común pasear por Woryeonggyo, o Puente del Reflejo de la Luna. En una noche oscura, la historia de la “madre de Won” resuena como la luz que se extiende sobre el río Nakdong. Cerca del puente de madera, construido en tiempos modernos, hallaron una carta escrita por la “madre de Won”, una mujer de la dinastía Joseon repleta de pesar, anhelo y resentimiento por su esposo, quien murió antes de nacer su hijo Won.

La historia invita a reflexionar a las parejas mientras navegan por el río Nakdong en uno de esos pequeños botes con forma de luna. La zona próxima al puente está salpicada de todo tipo de alojamientos, incluidos hoteles nuevos y complejos turísticos hanok, llenos de casas tradicionales. También hay parques temáticos como Zootopium y Confucian Land, que ofrecen entretenimiento y una atmósfera totalmente distinta a la tranquila elegancia de las casas antiguas.

Pabellón del puente Woryeong, el puente de madera más largo de Corea, ofrece una magnífica vista de la presa de Andong. Los turistas se relajan en coloridos “barcos lunares” y veleros tradicionales.
Confucian Land

Lo Viejo y lo nuevo

 

No hace mucho visité Las Vegas. Sentí como si hubiera visto el ascenso y el declive de una ciudad que un día fue deslumbrante. El Espectáculo del Volcán y el Espectáculo de la Fuente eran los mismos de siempre, pero tenían el desolado aire de cansada persona de mediana edad vista desde atrás. El Caesars Palace y el Hotel Bellagio, un día epítome de luces brillantes y esplendor, también parecían agotados, aunque la ciudad aún bullía de turistas. Si lo comparo con Andong, el cambiante rostro de esta antigua ciudad coreana tiene algo nuevo.

Hace más de 20 años, no había taquilla ni autobús de enlace en el pueblo ni nada de confort, pero desde entonces lo han reorganizado para ofrecer sencillos recorridos a pie. El Museo de la Máscara Hahoe, algo antes de entrar al pueblo, es como un aperitivo del plato principal. Está decorado con las máscaras sonrientes de Hahoe (Tesoro Nacional No. 121) tan familiares para los coreanos, y con máscaras de todo el mundo.

Moverse en vez de asentarse, descubrir nuevas historias y hacer mejoras, me parecieron características no solo de Andong sino de todo Corea. En la ciudad las tiendas antiguas, traspasadas de generación en generación, conviven con los nuevos restaurantes de moda, y las casas antiguas, en riesgo de quedar sumergidas al construir la presa de Andong, fueron trasladadas y cobraron nueva vida como modernos hoteles hanok. Que Corea sea un lugar que nunca duerme puede interpretarse de varias maneras. Para mí, apunta al potencial que ha llevado a este pequeño país del este de Asia a convertirse en la décima economía del mundo. En Andong, la tradición está viva y en movimiento.

 

Baek Young-okNovelista
Lee Min-heeFotógrafo

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