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2022 SUMMER

K-melodramas en prime time

Los dramas coreanos violentos acaparan los titulares por su éxito mundial, pero aquellos con alquimia de romance, comedia y desarrollo son el núcleo del entretenimiento en vídeo coreano. El nuevo término “K-melo” refleja valores que atraen especialmente a los jóvenes-adultos.

 

“Kingdom”, “Squid Game”, “Hellbound”, “All of Us Are Dead”… un recién llegado a los dramas coreanos a través de los recientes éxitos mundiales de Netflix podría pensar que son todos de terror y sangre.

Pero las historias de romance, comedia, tragedia y conquista personal siempre fueron la base de los dramas televisivos coreanos. La verdadera chispa del interés internacional por los dramas coreanos se remonta a 2002, cuando KBS lanzó “Sonata de invierno”, que conquistó el corazón de los espectadores japoneses. Al año siguiente, el drama histórico “Dae Jang Geum” (conocido como “Joya en palacio”) cautivó a una mayor audiencia extranjera. Notables éxitos posteriores incluyen “My Love from the Star” de 2013 y “Crash Landing on You” de 2019.

Una correcta combinación de elementos genera atracción masiva, aunque no cause tanto ruido mediático. Mientras “Squid Game” se convirtió en sensación mundial en 2021 y paralizó al espectador con una competencia de vida o muerte, “Hometown Cha-Cha-Cha”, una comedia romántica ambientada en un pueblo costero, integraba silenciosamente el Top 10 de Netflix en muchos mercados. Asimismo, mientras malhechores y criminales de “Hellbound” eran sentenciados, “A King’s Affection” también estaba en el Top 10, tejiendo un romance en un palacio ficticio.

Como eje del drama no violento está el conflicto entre protagonistas masculino y femenino y sus emociones individuales, todo sutilmente expresado. La llegada de plataformas OTT (over-the-top) globales como Netflix ha arraigado estos dramas en el menú de los espectadores.


Las dos heroínas de “Twenty Five Twenty One” comienzan como esgrimistas rivales, pero se convierten en entrañables amigas que se animan y apoyan mutuamente.
© Studio Dragon

Nuevo sello
El término usado para este recalibrado género es “K-melodrama” o “K-melo”.

Aparentemente, los melodramas pueden no haber cambiado mucho, pues aún aluden a un amor cliché, pero hay cambios básicos en tono y contenido. El cambio deriva de la transición generacional en las audiencias. Los principales espectadores de los melodramas son los millennials y la generación Z, entre la adolescencia y 40 años. Al dar mucha más importancia al equilibrio entre el trabajo y vida privada que sus padres, los K-melos están repletos de gestos para alcanzar la felicidad, tener experiencias enriquecedoras y hallar un sentido de identidad mediante diversas relaciones.

El cambio básico refleja una ausencia casi total del tropo de damisela en apuros, antes típico de los dramas coreanos. La historia de un caballero de brillante armadura que mejora la escala social de una mujer en apuros ya no interesa. A los espectadores les atrae más ver relaciones igualitarias donde hombre y mujer comparten intereses, valores y estilos de vida similares, y al final hallan el amor verdadero.

Por ejemplo, la heroína de “Hometown Cha-Cha-Cha” es una dentista que huye de su agitada carrera en Seúl y abre una consulta en un pueblo costero. Allí conoce a un manitas “oficialmente desempleado” pero mucho más complejo y educado de lo que parece. Ella se enamora de él y olvida los típicos valores mundanos. “Our Beloved Summer”, que se emitió el año pasado, fue otro éxito de historia atípica. Dos jóvenes que compartieron el primer amor se reencuentran al realizarse un documental sobre ellos. El drama se centra en las emociones que comparten y no en las circunstancias en las que se hallan.

El elemento común de estos recientes K-dramas es que los protagonistas no se obsesionan con el éxito o la riqueza. En cambio, valoran las relaciones y los placeres simples de la vida cotidiana. La audiencia global puede empatizar con dramas que proyectan cambios de valores que cuestionan necesidades y prioridades personales.

“Thirty-Nine” es un drama romántico sobre la amistad, el amor y las emociones de tres amigas que pronto cumplirán 40 años.
© SLL

 

“Hometown Cha-Cha-Cha” presenta un romance en flor entre una dentista desplazada de la ciudad y un inteligente manitas, y sus cálidas relaciones con los vecinos en un pueblo costero.
© Studio Dragon

Divergencias
A diferencia de generaciones previas, cuyas vidas giraban principalmente en torno al trabajo, los jóvenes coreanos de hoy buscan equilibrio entre vida y trabajo. Atrás quedaron los días en que una tarjeta de presentación demostraba el valor de una persona. Los jóvenes buscan felicidad en disfrutar con algo irrelevante para su trayectoria laboral, como refleja “Hospital Playlist”, banda creada por unos médicos para relajarse el fin de semana. En vez de soñar con tener éxito como médicos, son felices haciendo algo que les gusta.

Aunque los melodramas antes se centraban en la relación hombre-mujer, cada vez se enfocan más en otro tipo de relaciones. Antes, la lente generalmente se fijaba en las mujeres que competían por el Sr. Perfecto. Sin embargo, “Thirty-Nine”, que emitió su último episodio en marzo de este año, se centraba más en la “mujer” y en las tres heroínas, que en sus relaciones románticas con los hombres.

Más que la historia de amor de los dramas, los espectadores buscan historias con un nuevo ángulo que refleje un drama humano. El reciente “Twenty Five Twenty One” contó con Na Hee-do y Ko Yu-rim, esgrimistas rivales que terminan siendo mejores amigas y apoyándose mutuamente. “Hometown Cha-Cha-Cha” también se centró en la calidez y proximidad de la comunidad, algo difícil de encontrar en las individualistas sociedades de hoy. Y mientras que en melodramas previos solo se sabía el título laboral de los personajes, los dramas recientes representan los trabajos con mayor detalle, dando una mejor idea de los personajes y haciéndolos más realistas.

Jung Duk-hyun Crítico de cultura pop

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