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2022 WINTER

Cómo la audiencia global se enganchó a los dramas coreanos

Hubo un tiempo en que los K-dramas debían describirse con términos como “telenovelas” o “series” o “miniseries” coreanas, pero ahora conforman una categoría singular que no requiere explicación. Pierce Conran, crítico de cine y televisión, explora las razones de su popularidad, y varios fans internacionales aportan su punto de vista.

Discurso de Lee Jung-jae tras ganar el Premio al Mejor Actor Principal en una serie dramática por su papel en “Squid Game” durante la 74.ª edición de los Premios Emmy, en el Teatro Microsoft de Los Ángeles el 12 de septiembre de 2022.
© YonhapNews



Sin importar la época, el país o el medio, las películas y los programas de televisión más exitosos del mundo han cumplido una función básica: ofrecer un placer escapista. Para la mayoría de los espectadores, esta es la función principal del entretenimiento en sus ocupadas y estresantes vidas.

Sin embargo, Corea del Sur, uno de los principales proveedores globales de entretenimiento, muestra ciertas anomalías. La lista de éxitos de taquilla se lee en parte como capítulos de un trágico libro de historia, mientras que muchos de los dramas televisivos de calado internacional son distopías que destacan la desigualdad social.

El público occidental lleva tiempo buscando en los mercados extranjeros (particularmente en los asiáticos) formas muy concretas de entretenimiento. En la década de 1970, por ejemplo, Hong Kong exportaba películas de kung fu, y recientemente Irán emerge entre el público de autor por sus sofisticados dramas.

¿Y Corea? A riesgo de encasillar a otras industrias nacionales, durante casi tres décadas el mercado coreano ha fomentado la reputación de ser infinitamente dinámico. Nunca es “solo una cosa” y está constante en proceso de cambio. Nadie sabe qué será lo próximo y eso favorece al impredecible encanto de la industria.

Si bien estilos y géneros circulan con vertiginosa velocidad, hay un par de aspectos comunes a gran parte de las historias coreanas. El principal es el deseo de proyectar un espejo sobre la sociedad, sea cual sea el ambiente del momento.

Hace seis años, esos intentos cosecharon “Train to Busan”, una producción de zombis y éxito global que entretejió el caos al llevar la alegoría social a un género que hasta la fecha había sido anatema para el mercado. Tres años después pasaron dos cosas: Netflix lanzó varias producciones originales coreanas, como “Kingdom”, un gran éxito de zombis de época, y Bong Joon-ho conquistó Cannes (y eventualmente los Premios de la Academia) con su aclamada parábola social “Parasite”.

El año pasado, “Squid Game” volvió a romper moldes convirtiendo un espeluznante drama de combate a muerte en la serie más vista de Netflix de todos los tiempos. Con una producción sofisticada, emociones de género y temas sociales digeribles que aprovechan el descontento a nivel mundial, el contenido coreano finalmente se convirtió en global.

Los acérrimos fans del K-drama quizá rechacen que brillantes series de género como “Kingdom” o “Squid Game” catalizaron la conversión del K-drama en contenido de potencial mundial. Los dramas han gozado de un espectacular éxito en el frente doméstico durante décadas, al tiempo de consolidar un importante contingente de fans internacionales.

A comienzos del milenio los K-dramas eran muy populares en Japón y eso generó una ola de turismo, pues los espectadores japoneses deseaban viajar por la península de Corea y la isla de Jeju para visitar los escenarios de los K-drama. Entonces el sector estaba dominado por comedias románticas, melodramas y dramas de época. Pero la popularidad de los K-dramas se extendió al resto de Asia y, a través de los coreanos expatriados por el mundo, pronto se expandió más allá del continente.
Lo que ha cambiado entre entonces y ahora es la audiencia. A los acérrimos fans de los K-dramas clásicos, que no pararon de aumentar en la década de 2000, se unieron los admiradores de la reciente ola de éxitos coreanos, estimulando a otro tipo de espectador a probar los contenidos coreanos.

Estos nuevos espectadores de K-drama que llegaron atraídos por distopías lujosas e impactantes, ya se han acostumbrado a la cultura de la pantalla coreana. Ahora todo “lo coreano” podría llamar su atención en Netflix, mientras que antes el algoritmo nunca habría incluido los K-dramas en su página de inicio.

En esencia, el éxito de esa serie social que llamó su atención ha abierto las puertas a una mayor audiencia que abraza los placeres más suaves de los K-dramas tradicionales, generando nuevos éxitos internacionales como “Crash Landing on You”, “Hometown Cha-Cha-Cha” y “Extraordinary Attorney Woo”.

Mientras superhéroes y óperas espaciales, así como un “elevado horror” de mentalidad social, dominan los medios occidentales, los medios coreanos cubren una necesidad que Hollywood intentaba satisfacer los últimos tiempos: contenido para sentirse bien. En tiempos difíciles de pandemias, guerras e inseguridad financiera, los espectadores demandaban ese “escapismo suave” que el K-drama tradicional ofrece en abundancia.

Espectadores de todo el mundo están ya familiarizados con los contenidos coreanos, pero lo que las legiones de recientes conversos ignoran es que la industria lleva tiempo en continua evolución para adaptarse a ellos. Series violentas como “Sweet Home”, “Squid Game” y “All of Us Are Dead” a menudo reciben reacciones tibias a nivel nacional, pero la increíble acogida internacional de esas series obliga a los espectadores locales a revalorarlas, al tiempo de inspirar a la industria para crear contenido similar.

Por otra parte, muchos fanáticos de K-dramas son bastante conservadores, particularmente en países musulmanes como Indonesia. Y las audiencias de esos países se aseguran de que ese “romance de vieja escuela” impulsado por las estrellas mantenga la castidad.

Pero así como el sueño de Hollywood podría quebrarse fácilmente, la imagen de Corea que sale en los K-dramas de colores brillantes, vestidos a medida y hermosas estrellas, también puede hacerse añicos. Tras suprimir las restricciones de viaje por la pandemia los turistas llegan masivamente a Corea, y el país también da la bienvenida a una nueva generación de jóvenes inmigrantes que crecieron disfrutando del contenido K. Sin embargo, algunos han sufrido “una experiencia reveladora”. En sectores como enseñanza de ESL (inglés como segundo idioma), los extranjeros llegan a un mercado con salarios estancados durante décadas, mientras que el coste de vida se ha disparado.

La realidad de trabajar para empresas coreanas (por no entrar en la escena de las citas locales) difícilmente podría diferir más de los edulcorados centros de trabajo y del café americano que salen en los K-dramas. Los dramas coreanos son divertidos y adictivos, pero en realidad son así porque han sido diseñados como entretenimiento escapista. Podemos escapar a estas tierras de fantasía en nuestras mentes, pero no en el mundo real.


Nida Karim
32 años, una india en Corea

 

¿Cómo se interesó por los dramas coreanos?
En secundaria me quedé sin comedias románticas de Hollywood para ver y recurrí al Hallyu. Tras enamorarme de películas como “200 Pounds of Beauty”, “My Sassy Girl” y “My Little Bride”, quise más y llegué a los K-dramas naturalmente. Me emocionaba ver que las comedias románticas duraban entre 16 y 20 episodios y no solo dos horas como las películas: ya no había vuelta atrás.


¿Qué tipo de dramas coreanos le gustan?
Mi género favorito son las comedias románticas. Las historias de amor en los K-dramas tienden a ser limpias y puras. No necesariamente reflejan el romance de la vida real, pero sin duda es lo que todos desearíamos que fueran los romances de la vida real. Juegan con la fantasía que tenemos del amor, algo que florece en lugares y circunstancias inesperados. Ofrecen motivos para creer en el amor, y eso es un sentimiento adictivo.


¿En qué se parecen los dramas coreanos a los dramas indios?
En el fondo, siento que los dramas indios y los dramas coreanos son muy similares. Las historias en los dramas indios se dan en entornos tradicionales y eso dificulta que la gente se identifique con ellos, mientras que los dramas coreanos han logrado ser universalmente identificables. Espero que los dramas indios también evolucionen en esa línea, y a futuro sean como los dramas coreanos.


¿Cuál es su drama favorito?
“Reply 1988”. Las relaciones humanas que retrata son tan reales que podrían darse en nuestro propio vecindario, sin importar en qué parte del mundo vivamos. Aunque adoro dramas de fantasía como “My Love from The Star” y “A Korean Odyssey”, “Reply 1988” tiene mi corazón.


¿Sociedad coreana en dramas vs. vida real?
La inocencia de los dramas no es real. La sociedad coreana la conforman personas reales con problemas reales. Muchos amigos extranjeros vienen a Corea con la esperanza de alcanzar la vida perfecta de los K-dramas, pero se deprimen porque los ricos chaebol [conglomerados surcoreanos] no se rinden a sus pies como en “Heirs”, ni resuelven sus problemas como en “Boys Over Flowers”. Y muchas chicas se dejan engañar al buscar a su “oppa” de K-drama. Espero que todos comprendan que los dramas son un hermoso entretenimiento y esperanza en un mundo de fantasía.


Bridget McKeon
36 años, Australia

 

¿Cómo se interesó por los K-dramas?
Estaba buscando nuevo contenido en Netflix y tras ver un J-drama, el algoritmo me sugirió “Boys Over Flowers” y me enganché. Luego comencé a revisar la biblioteca en Netflix y vi que estaban cobrando importancia, pues también estaban disponibles en Prime y Disney +.


¿Cuál cree que es su atractivo global?
La calidad de la producción es realmente elevada, en general. Las series están bien hechas, con ese suspense al final de cada episodio que te atrapa. También creo que la mayoría son de una temporada, pero al ofrecer un mayor arco narrativo (16 episodios) se consumen fácilmente, pues no permiten atracones. Me gusta tener solo dos por semana, así las espero con ansia.


Personalmente, ¿qué le gusta de ellos?
Para mí, gran parte de la televisión occidental actual refleja la realidad. Ofrecen bajo coste de producción y extremadamente conflictivo contenido (gráfico y violento), por lo que los K-dramas, aunque tocan temas serios, son menos controvertidos y ofrecen algo de escapismo. La forma en que los guionistas construyen las relaciones para involucrarte en los personajes es increíble. ¡Muchas veces me hacen sentir mariposas, y solo soy una espectadora! Las comedias románticas suelen ser predecibles y eso es reconfortante. Me encanta cómo ofrecen la perspectiva de una cultura que es bastante diferente a la mía. Además, mentiría si no mencionara que son todos súper atractivos.


¿Han aumentado su interés por la cultura coreana?
Totalmente. Empecé a aprender coreano en 2019 al pensar que sería divertido leer menos subtítulos. De ahí pasé al K-pop (gran música para hacer ejercicio) y hago todo lo posible por probar diversos platos coreanos, y hasta tengo kimchi en mi nevera. Mi próximo viaje al extranjero definitivamente incluirá Corea del Sur.



¿K-drama favorito?
Tengo tantos que es difícil responder, pero mi favorito de siempre es “Legend of the Blue Sea”. Lee Min-ho y Jun Ji-hyun probablemente sean mis actores favoritos, y su mezcla de comedia, fantasía y romance es perfecta.

Nguyen Thi Thuy Lan
23 años, Vietnam

 

¿Cómo se interesó por los dramas coreanos?
Cuando estaba en primaria la Ola coreana llegó a Vietnam. Entonces yo no tenía celular e internet no era tan bueno como ahora, así que solo podía ver los programas de música o dibujos animados que ponían en la televisión nacional. Pero a diario pasaban “Boys Over Flowers” a la hora del almuerzo. Era tan popular que todos en Vietnam lo sabían. Yo era muy joven y no me interesaban los dramas coreanos ni el K-pop, pero mi hermano me dijo: “¿Por qué no lo ves? Es divertido y salen muchos chicos guapos”. Entonces comencé a interesarme por los dramas coreanos.


¿Cuál es su mayor atractivo?
Aparte de los hermosos paisajes y los atractivos actores, el encanto de los dramas coreanos es su contenido, pues permite a los espectadores conocer indirectamente los problemas sociales, culturales e históricos de Corea. Los dramas también reflejan la realidad de la vida coreana, pues muchos se basan en historias reales. Además de los dramas románticos con interesantes tramas, aquellos que reflejan la sociedad, la historia o la cultura coreana, son los más atractivos.


¿En qué medida reflejan la realidad de la sociedad coreana?
Creo que los que tratan sobre la vida cotidiana reflejan bastante bien la realidad de la sociedad coreana, pues no percibí mucha diferencia entre lo que vi en la televisión y lo que experimenté cuando estudiaba en Corea. Gracias a esos dramas aprendí sobre la cultura coreana y pude mantener la etiqueta adecuada en lugares públicos. Aunque también hay dramas que distorsionan la realidad. No solo los coreanos ven esos dramas, sino también muchos extranjeros, y por tanto podrían pensar que reflejan la realidad.


¿Son populares los dramas coreanos en Vietnam?
Sí, los dramas coreanos son populares en Vietnam por varias razones. Primero, los actores son atractivos y actúan bien, y hay muchos paisajes hermosos. Muchos vietnamitas quieren viajar a Corea por los bonitos paisajes de los dramas. Además, el contenido es interesante y variado. Muchos dramas coreanos se emiten todos los años, pero cada uno presenta distintos problemas y significados sociales. Por último, y especialmente para los que estudian coreano, ver dramas permite adquirir conocimientos y mejorar habilidades con el coreano.

Joel D.
71 años, un americano en Tailandia

 

¿Cómo se interesó en los K-dramas?
Mis amigos me introdujeron al K-drama en 2006. El primer drama que vi (en DVD) fue “All In” y me enganchó. Al terminar cada episodio solo me permitía ver uno más, pero de pronto… eran las 5 a.m. Todavía recuerdo los siguientes que vi: “Winter Sonata”, “Lovers in Paris” y “Dae Jang Geum” – todos tremendamente adictivos.


¿Qué los hace diferentes?
Me lo he preguntado a menudo. Primero, la actuación. En general me impresiona la expresividad de los actores coreanos. Lloran de forma muy creíble… Logran expresar complejas emociones como enamoramiento, angustia, tristeza o ira de forma creíble y dramática. Después está el esquema narrativo, que consta de un número finito de episodios y se distingue de muchas series occidentales que se centran en episodios individuales. Finalmente, otra seña de identidad son los inesperados e interesantes giros de trama, que mantienen enganchado al espectador.


¿Está satisfecho con los subtítulos?
Lamentablemente, mi coreano no da para entender K-dramas sin subtítulos, pero puedo captar palabras y frases. Me interesa el arte de la traducción y la cuestión de cuánto debe conservarse de la cultura original a través del idioma (es decir, optar por una traducción literal) y cuánto debe traducirse al uso estándar del idioma de destino. Siempre capto detalles. Por ejemplo, mientras que en inglés normalmente se llama a las personas por su nombre, el coreano a menudo lo evita y en cambio usa algún tipo de título que va desde algo cariñoso (oppa) hasta algo formal (ajeossi, sonsaengnim, seonbae). Esos subtítulos sustituyen a los nombres de los personajes. Es una opción razonable, pero siento que en parte distorsiona la naturaleza de las relaciones interpersonales coreanas, adaptándolas al estilo estadounidense o europeo.


¿Cuán importante es la música?
Eso depende del drama, aunque ha cambiado a lo largo de los años. Mencioné “All In” y “Winter Sonata”. Su música sigue siendo un elemento crucial en mi memoria. Creo que afecta que la música, particularmente el K-pop, salga a menudo en los K-dramas, no solo como fondo. Los personajes a menudo cantan en noraebang, y tanto los temas como la interpretación contribuyen al desarrollo del personaje o a las interacciones entre ellos. La serie “Reply” (1997, 1994, etc.) usó música pop de la época como punto focal. Aunque no estaba familiarizado con esos cantantes, pude identificarme con los personajes en el papel de fans. En tanto, “Heard It Through the Grapevine” utilizó la música extremadamente bien. Contenía temas poco comunes que a veces servían como motivo para representar a los distintos personajes.


Pierce ConranCrítico de cine

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