En los últimos años, gobiernos locales y fundaciones culturales han establecido museos de arte coreano dedicados a un artista en particular para conmemorar sus legados individuales. Rinden homenaje a aquellos artistas que han dejado una huella indeleble en la historia del arte coreano, atesoran sus logros artísticos y perpetúan sus nombres.
Entrada principal del Museo Whanki, al pie del monte Bugak en Seúl. Formada por suaves curvas, la parte inferior del edificio principal está hecha de piedra, mientras que el acabado del techo semicircular son placas de cobre recubiertas de plomo. Inaugurado en 1992 para conmemorar al artista y su obra y apoyar a los artistas contemporáneos, el museo ganó el Premio de Arquitectura Kim Swoo-geun en 1994.
© Fundación Whanki•Museo Whanki
Los museos de arte unipersonales suelen tener dos categorías. Los primeros llevan el nombre de algún mecenas o ávido coleccionista de arte, como el Museo Solomon R. Guggenheim o el Museo Whitney de Arte Americano. Estos museos ofrecen una interesante ventana a la filosofía de coleccionismo de sus patrocinadores y al lugar de sus obras en el flujo de la historia del arte. Los segundos son museos dedicados a un solo artista, como el Museo Van Gogh, el Museo Picasso y el Museo Matisse, y ofrecen una visión multifacética de la vida y obra de cada artista.
Durante los últimos diez años, Corea ha vivido un marcado aumento de museos unipersonales. Por lo general, se ubican en sus ciudades natales o en lugares vinculados a ellos de algún modo. El Museo de Arte Jongno Pak No-soo en Jongno-gu, y el Museo Choi Man Lin en Seongbuk-gu, Seúl, son ejemplos de residencias de artistas convertidas en galerías públicas de arte de gran atractivo popular. Park No-soo (1927-2013), especializado en pintura coreana, es conocido por su estilo limpio y contemplativo, mientras que Choi Man Lin (1935-2020) fue uno de los pioneros de la escultura abstracta en Corea.
El Museo Kim Chong Yung en Pyeongchang-dong y el Museo Kimsechoong en Hyochang-dong, Seúl, son galerías de arte que ensalzan escultores marginados. Extraordinariamente elegantes, los museos en sí son hermosas obras de arte. Mientras que Kim Chong Yung (1915-1982) fue pionero en la escultura coreana abstracta, cuyas obras, enraizadas en su aguda percepción de las personas y la naturaleza, irradiaban vitalidad, Kim Sechoong (1928-1986) estuvo inmerso en gran medida en temas religiosos. Dichos museos individuales albergan exposiciones especiales y programas educativos que realzan la vida y las obras de los artistas y ofrecen a los visitantes la oportunidad de conocerlos mejor.
Kim Whanki desarrolló un estilo distintivo incorporando el modernismo occidental con un lirismo que expresaba el sentimiento coreano.
© Fundación Whanki•Museo Whanki
Museo Whanki: una mente, dos corazones
Kim Whanki (1913-1974) es sin duda el artista más destacado de la historia del arte coreano, y no solo porque “Universo 05-IV-71 #200” (1971), una de sus obras más reconocidas, se vendió por 11,2 millones de dólares en una subasta de Christie’s en Hong Kong en 2019, estableciendo el récord de un artista coreano. Mientras estudiaba en Japón, Kim aprendió técnicas de pintura occidental que usó para expresar sentimientos coreanos, incorporando motivos como la luna, las montañas, el océano, vasijas de porcelana blanca, grullas y flores de ciruelo.
Aunque en Corea le esperaba un futuro brillante, Kim dejó atrás la fama y la estabilidad y se fue a Nueva York en 1963. Allí se topó con el expresionismo abstracto y creó un estilo abstracto exclusivamente coreano que abarcaba un lirismo sutil, demostrando que era capaz de superarse a sí mismo y a su ser del pasado, otro motivo de alabanza hoy en día. En sus pinturas abstractas, Kim llenaba lienzos con miles de puntos, sin ninguno sangrante o similar superpuesto.
La sala de exposiciones muestra las pinturas de puntos de Kim Whanki de la década de 1970..
© Fundación Whanki•Museo Whanki
Situado en la montañosa Buam-dong, Seúl, al Museo Whanki se accede subiendo un callejón sinuoso. Ubicado contra el monte Bugak, el museo en sí es como una hermosa pintura. Tras fallecer Kim en 1974, su esposa la escritora Kim Hyangan (1916-2004), donó muchas de sus obras de arte, posibilitando en 1992 la apertura del museo que custodia la mayor cantidad de pinturas de puntos de Kim Whanki, valoradas en millones de dólares.
El verdadero nombre de Kim Hyangan era Byeon Dong-rim. Era una mujer moderna que se casó en primeras nupcias con Yi Sang (1910-1937), poeta y escritor pionero de la literatura coreana moderna. Pero una enfermedad pulmonar se llevó a Yi a una edad temprana, solo unos meses después de su matrimonio. Siete años más tarde, Byeon conoció a Kim Whanki, un viudo larguirucho con tres hijos. Pese a las firmes objeciones de su familia se casó con Kim y tomó el seudónimo de “Hyangan” como nuevo nombre. Al sentir que su marido necesitaba un cambio de aires, le propuso mudarse a París. Ella se adelantó para buscarle un estudio y él viajó un año después. Cuando Kim falleció en Nueva York, estableció una fundación a su nombre y abrió un museo de arte en Buam-dong, cerca del centro de la ciudad, pero rodeado de naturaleza. Fiel a su promesa, pasó el resto de su vida velando por el nombre de su esposo.
Una característica única del Museo Whanki son los dos techos de bóveda de cañón semicircular unidos, de modo que el edificio principal recuerda a dos personas de pie una junto a la otra. Los trabajos posteriores de Kim, como “Duet 22-IV-74 #331” (1974), presentan imágenes abstractas de dos personas juntas, representadas con puntos y líneas. Los dos pinos altos en el patio del museo también recuerdan al artista y su esposa.
Anhelo familiar: Museo de Arte Chang Ucchin en la ciudad de Yangju
Chang Ucchin (1917-1990) fue un artista conocido por sus inocentes representaciones de la naturaleza y la familia. En 1963 abrió un taller en Deokso, ciudad de Yangju, provincia de Gyeonggi, donde podía disfrutar de la belleza de la naturaleza no muy lejos de su familia en Seúl. Sus 12 años allí fueron un periodo activo de experimentación e innovación en el que realizó su primera exposición individual y participó en varias exposiciones colectivas.
En 2014 inauguraron el Museo de Arte Chang Ucchin en la ciudad de Yangju con 260 obras de arte donadas por su familia a la ciudad. Los murales “Mesa” (1963) y “Familia animal” (1964), retirados de las paredes de su atelier en Deokso cuando fue derribado, integran la exposición permanente del museo. El diseño blanco del edificio refleja la sencillez del estilo pictórico de Chang. Fue esbozado por los arquitectos Songhee Chae y Laurent Pereira de Chae Pereira Architects, en base al motivo de la pintura del artista “Tigre y Urraca” (1984).
A Chang le gustaban las pinturas pequeñas. Entre las obras donadas destaca “Un retrato de familia” (1972), pieza del tamaño de la palma de la mano de un adulto. La casita del cuadro ocupa todo el lienzo, con un espacio justo para cuatro personas: una familia compuesta por un padre artista con bigote, una madre vestida de blanco y dos niños con las manos bien juntas al frente. La casa destaca sobre un fondo rojo, posiblemente representando la puesta de sol que la familia contempla, y los árboles que flanquean la casa parecen guardianes protectores.
Frente al museo hay un valle. En verano, muchas familias visitantes no solo acuden por las exposiciones, sino también para jugar en el agua; y en primavera y otoño, para disfrutar de las hermosas flores de primavera y del follaje de otoño. A Chang no le gustaba la bulliciosa ciudad y le hubiera encantado el museo que lleva su nombre, pues permite deleitarse con un paisaje estacional en constante cambio. Parece encarnar su estilo artístico, caracterizado por una audaz composición surrealista y la armonía entre naturaleza, animales y humanos.
El Museo de Arte Chang Ucchin en la ciudad de Yangju fue inaugurado en 2014 para honrar a uno de los artistas modernos y contemporáneos más destacados de Corea. En octubre de ese año fue elegido por la BBC como uno de los ocho nuevos mejores museos del mundo. © Museo de Arte Chang Ucchin, ciudad de Yangju
“Niño”. 1980. Óleo sobre lienzo. 33,4 × 19,2 cm.
Una de las pinturas de Chang de la primera mitad de la década de 1980, cuando el artista vivía en Suanbo. Sus obras de este período sugieren pinturas de paisajes.
© FUNDACÍON CHANG UCCHIN
“Retrato de familia”. 1972. Óleo sobre lienzo. 7,5 × 14,8 cm.
Pintura de los últimos años de Chang en Deokso. Muestra la típica composición simétrica de sus obras..
© FUNDACÍON CHANG UCCHIN
Chang elegía temas de la vida cotidiana, como casas, árboles, niños y pájaros, y expresaba su naturaleza esencial con un estilo simple y audaz.
© Kang Woon-gu
Park Soo-keun, quien captaba imágenes de personas comunes en lienzo, logró una estética campechana con líneas y composiciones simples, en ásperas texturas que parecen granito.
© Moon Sun-ho
Pinturas que vuelven a casa: Museo Park Soo Keun en el condado de Yanggu
Park Soo-keun (1914-1965), uno de los artistas más apreciados de Corea, nació en el condado de Yanggu, provincia de Gangwon. Tras ver un cuadro de “L’Angélus” de Jean-François Millet a la edad de 12 años, decidió convertirse en pintor. La abyecta pobreza le impidió obtener una educación artística formal, y mucho menos ir al extranjero a estudiar, por lo que aprendió a pintar por su cuenta. La naturaleza fue su maestra, y sus sentidos su guía.
Tras la Guerra de Corea, Park trabajó en un PX (puesto de intercambio) del ejército de EE. UU. dibujando retratos. Park Wansuh (1931-2011), una de las escritoras más destacadas de Corea, conocida por sus profundas representaciones de la sociedad coreana, incluido su oscuro punto débil del capitalismo y el anacrónico sistema familiar, trabajaba en la comisaría. Y es comúnmente sabido que Park Soo-keun la inspiró para escribir su novela de debut: El árbol desnudo.
Park sentía predilección por pintar árboles sin hojas. Sus ramas desnudas escondían capullos y brotes que esperaban florecer en primavera. Sus cuadros modestos y desolados susurraban esperanza y añoranza. Empleaba una técnica matière distintiva, basada en pintar, secar y volver a pintar varias capas, creando una textura única que convierte a la pintura terminada en casi una talla de roca. Las figuras de sus obras se expresan en líneas simples con rasgos faciales indistintos. Es difícil identificarlos o discernir sus expresiones: parecen figuras universales que representan su tiempo. Las madres en sus obras pueden ser vistas como la madre de uno o la madre de todos, pues sus simplificadas formas poseen ese algo sublime de las pinturas religiosas.
El Museo Park Soo Keun, en el condado de Yanggu, abrió sus puertas en 2002 en el lugar donde nació el artista. El arquitecto Lee Jong-ho lo diseñó para que pareciera grabado en el suelo, como una de las pinturas del artista. Ubicado entre la naturaleza, el museo presenta un ambiente acogedor y tranquilo. Actualmente alberga más de 235 obras, incluidas las piezas donadas por la familia y los mecenas del artista, y otras adquisiciones anuales del museo. Lee Kun-hee (1942-2020), difunto expresidente del Grupo Samsung y ávido coleccionista de arte, era un gran admirador de las obras de Park. En 2003 compró “Día de ocio” (1959) a un coleccionista privado en una subasta de Christie’s en Nueva York. Su familia donó la pieza al museo en 2021, junto con otras tres pinturas al óleo y catorce bocetos. Las pinturas cálidas y terrenales de Park, que representan el sentimiento de la ciudad natal, finalmente volvieron a casa.
Pabellón Park Soo-keun, ubicado en los terrenos del Museo Park Soo Keun, en el condado de Yanggu. Creado en 2014 para conmemorar el centenario del nacimiento del artista, exhibe obras donadas por mecenas.
© Museo Park Soo Keun, condado de Yanggu
Museo Park Soo Keun, en el condado de Yanggu. Creado en 2002 donde nació el artista. Irregulares pilas de granito se superponen en capas simulando la textura áspera de las pinturas de Park. El museo comenzó con una pequeña colección por el elevado precio de sus obras, pero hasta la fecha entre donaciones y adquisiciones ya ha reunido 235 piezas.
© Organización de Turismo de Corea
“Día de ocio”. 1959. Óleo sobre lienzo. 33 × 53 cm.
Park envió esta pintura a la 8ª Exposición Nacional de Arte de la República de Corea celebrada en 1959. Lee Kun-hee, el difunto presidente del Grupo Samsung, la compró en 2003 en una subasta de Christie’s en Nueva York y su familia la donó al museo en 2021.
© Instituto de investigación Park Soo Keun
“Árbol y dos mujeres”. 1956. Óleo sobre aglomerado. 27 × 19,5 cm.
Una de las obras más famosas de Park. La pintura presenta un árbol desnudo en homenaje al pueblo coreano tras la Guerra de Corea, que nunca perdió la esperanza. Supuestamente fue motivo de la primera novela de Park Wansuh, El árbol desnudo (1970).
© Instituto de investigación Park Soo Keun
Vuelta a sus raíces: Museo de Arte Kim Tschang-Yeul en la isla de Jeju
El Museo de Arte Kim Tschang-Yeul en Hallim-eup, en la isla de Jeju, alberga la primera pintura de gotas de agua del artista. Ampliamente conocido como “el pintor de gotas de agua”, Kim Tschang-yeul (1929-2021) nació en 1929 en Maengsan, provincia de Pyongan del Sur, actual Corea del Norte. Era un niño brillante y no solo talentoso en el arte, sino que a una edad temprana dominaba el “Clásico de los mil caracteres”. Tachado de anticomunista cuando tenía 17 años, Kim huyó de Corea del Norte hacia el Sur cruzando solo a través del paralelo 38, que divide Norte y Sur. Tras pasar seis meses en un campo de refugiados, milagrosamente se reunió con su padre. Feliz de ver a su hijo con vida, su padre cedió y le permitió perseguir su sueño de pintar, y Kim ingresó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Seúl. Cuando estalló la Guerra de Corea, Kim se unió a la policía en lugar de al ejército. Tras graduarse en la academia de policía trabajó en la isla de Jeju un año y medio, y su relación con la isla llevó a la apertura de su museo homónimo allí.
Kim participó en el movimiento Art Informel de la década de 1960 y en los primeros años se centró en la abstracción, expresando el sufrimiento de las cicatrices de la guerra. Tras revelar su primera pintura de gotas de agua en una exposición en París en 1972, continuó explorando sus formas con diversos materiales como periódicos, cáñamo, arena y tablas de madera.
© Museo de Arte Kim Tschang-Yeul, Jeju
Las obras de Kim de la década de 1960 son oscuras y pegajosas. Podrían calificarse como
Art Informel, al expresar el existencialismo de posguerra con una pasión informe. Los grumos de pintura, como un bulto en el corazón de una persona, se transforman gradualmente en un líquido pegajoso que sale de un agujero. Brotan como lágrimas de sangre derramadas en silencio por aquellos que sufren las cicatrices de la guerra. A medida que llegaban más invitaciones para exponer en el extranjero, Kim se mudó a Nueva York, y luego a París en 1969. Era una época de dificultades financieras. Su estudio era un antiguo establo y, al no poder costear los materiales, reutilizaba los lienzos tras salpicarlos con agua y quitarles la pintura. Una mañana, al ver una gota de agua colgando sobre el lienzo brillando a la luz, tuvo un brote de inspiración.
Las gotas de agua de Kim pintadas sobre cáñamo son hiperrealistas, como si se deslizaran hacia abajo al sacudir la pintura. Es una ilusión óptica creada por la yuxtaposición de los colores blanco y amarillo, las áreas sin dibujar y las partes sombreadas. Las gotas luminosas, que parecen voluminosas esferas vacías, son una paradoja que expresa la delicada tensión entre la tirantez que rebota y la gravedad que fluye. Engañosamente simples, estas pinturas han cosechado elogios de crítica y público.
El edificio del museo tiene forma de un pequeño cuadrado dentro de otro grande, como el carácter chino “hoe” (回), que significa “girar”. A los 60 años, Kim se embarcó en su serie “Recurrencia”, con gotas de agua sobre personajes del “Clásico de los mil caracteres”. Era un regreso a sus raíces, a la primera vez que sostuvo un pincel. “Nací en Maengsan y logré llegar a la isla de Jeju sin que los tigres me comieran vivo”, relató Kim en la inauguración del museo en septiembre de 2016. “Mi deseo es pasar mis últimos días aquí, es decir, si no me comen vivo los tiburones”. Y en base a sus últimos deseos, fue enterrado bajo un árbol junto al museo. Aunque Kim nunca volvió a su ciudad natal en el norte, fue sepultado en la isla de Jeju, su segundo hogar. El artista pervive a través de sus obras de arte y del museo que lleva su nombre.
El Museo de Arte Kim Tschang-Yeul, en la isla de Jeju, fue establecido en 2016 para conmemorar los logros y el espíritu del artista. El museo, cuyo diseño se inspira en las pinturas de gotas de agua de Kim, presenta exposiciones especiales sobre temas variados y programas educativos para los residentes de Jeju.
© Museo de Arte Kim Tschang-Yeul, Jeju
“Recurrencia”. 2012. Acrílico sobre cáñamo. 195 × 300 cm.A mediados de la década de 1980, Kim se embarcó en su serie “Recurrencia”, con gotas de agua sobre los personajes del “Clásico de los mil caracteres”. Representan la filosofía y la espiritualidad oriental.
© Kim Simon
Cho Sang-inReportero, The Seoul Economic Daily