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2020 SPRING

El resplandor del karma

Anton Scholz

Tres décadas después de comenzar a aprender taekwondo, Anton Scholz es un experto muy demandado en Corea. Trabaja duro como periodista, empresario y celebridad en la televisión de Gwangju.

Alos 16 años, Anton Scholz tocó a la puerta de un estudio de taekwondo. Llámalo destino o simplemente un hecho derivado de su interés por Asia. Él asegura que fue el karma. Ahora, 32 años después, Scholz es uno de los expertos en Corea más reconocidos de Alemania.

“Como estudiante de secundaria, tenía mucho interés en el mundo oriental: su filosofía, religión y cultura”, explica Scholz, mientras recuerda sus años de adolescencia en Hamburgo, Alemania. “Mi maestro de taekwondo, Shin Boo-young, enseñaba a sus alumnos no solo habilidades de lucha, sino cómo buscar el do o cultivo espiritual”.

Mientras practicaba taekwondo, Scholz también se interesó por el budismo. En 1994, seis años después de esa trascendental llamada, recibió el consejo de un monje budista coreano que visitaba Alemania. Scholz siguió ese consejo y llegó por primera vez al umbral de Corea. “Tenía la intención de volver a Alemania en un año más o menos. Pero, como pueden ver, llevo viviendo aquí casi la mitad de mi vida”, destaca.

Durante sus primeros años en Corea, Scholz aprendió el idioma coreano en la Universidad Nacional de Seúl, mientras se sumergía en los estudios de Asia Oriental, profundizando en temas como la meditación, los Ocho Trigramas (bagua o palgwae en coreano) y los pensamientos de Lao Tzé. Luego regresó a Alemania para estudiar en la Universidad de Hamburgo. Era una de las pocas universidades alemanas que en aquel entonces ofrecía estudios coreanos, y de su promoción fue el único graduado en Corea, porque Japón y China eran las áreas más populares de entre los estudios asiáticos.

Desde su regreso a Corea, Scholz ha sido consultor, periodista y profesor, de forma alternativa o simultánea. Gran parte de su trabajo consiste en ayudar a los extranjeros a hacer negocios en Corea y en asesorar a los coreanos sobre Alemania.

Anton Scholz frente a su casa, creada hace tres años en Jangdeok-dong, Gwangju. Se instaló en Gwangju con su familia mientras ejercía como catedrático en la Universidad de Chosun, de 2003 a 2011.

Puente cultural

Scholz creó una empresa integral de servicios para ayudar a las empresas extranjeras a establecerse sin problemas y a comenzar a operar en Corea. Entre otros, su compañía ayudó a los participantes internacionales de la Expo Yeosu 2012, también en el Campeonato Mundial de Atletismo IAAF 2011 en Daegu, y en la final de la Copa Mundial de la FIFA Corea-Japón 2002. Scholz también abrió una firma de medios para coordinar servicios de traducción, alojamiento y transporte para periodistas extranjeros visitantes.

De 2003 a 2011, Scholz ocupó una cátedra en la Universidad de Chosun enseñando alemán y comunicación internacional. Durante esos años, su familia se estableció en la ciudad suroccidental de Gwangju, donde se ubica la universidad.

Previamente, había sido productor oficial de ARD, una emisora pública en Alemania, y ahora ejerce como periodista independiente. Aparece como panelista habitual en debates de televisión y programas de entrevistas, mientras contribuye con artículos de opinión en los diarios. Su tarjeta de presentación le identifica como ‘Representante honorario de la ciudad libre y hanseática de Hamburgo’.“Mi felicidad proviene del trabajo. A menudo lamento que el día solo tenga 24 horas”, resalta Scholz. La relación de este adicto confeso al trabajo con Corea, país conocido por sus largas jornadas de trabajo, era probablemente inevitable. Está especialmente ocupado cuando las relaciones intercoreanas atraen la atención mundial y los equipos internacionales de noticias de televisión solicitan ayuda.

La colaboración con estos corresponsales de televisión extranjeros ofrece otra oportunidad para que Scholz ejerza como embajador cultural no oficial, igual que hizo en 2002 cuando Corea y Japón fueron anfitriones del torneo de la Copa Mundial de fútbol.

“Mi felicidad proviene del trabajo. A menudo lamento que el día solo tenga 24 horas”.

As Anton Scholz es periodista a tiempo parcial y consultor. Al ser un reconocido experto en Corea ejerce de embajador cultural y promueve Corea en el extranjero.

Crítica sincera

Pero Scholz no duda en criticar a su país anfitrión, específicamente los medios y el sistema educativo. Duda sobre la forma en que se maneja el flujo noticioso, o sobre la asignación permanente de ciertos reporteros a las agencias gubernamentales o a los chaebol (conglomerados empresariales). Su crítica se reduce a que los medios están “muy próximos a las fuentes y muy cerca de extraños”.

Otro problema – destaca- es la validez de los reportes de prensa. Scholz menciona la cobertura noticiosa del caso de unos 550 refugiados yemeníes que llegaron a la isla de Jeju en 2018. Las solicitudes de asilo de los refugiados provocaron gran controversia en la sociedad coreana, y un debate sobre si el gobierno debía otorgarles estatus legal de refugiado.

“La oposición divulgó noticias falsas para generar sentimientos de odio contra los refugiados”, aclara Scholz. “Incluso algunos medios de comunicación solventes difundieron esas historias en sus cuentas de redes sociales sin contrastar los hechos. Más tarde resultó que muchas de esas historias no eran ciertas”.

La discusión sobre la integridad de los medios de comunicación naturalmente deriva hacia Jürgen Hinzpeter (1937-2016). Dicho periodista de televisión alemán filmó la brutal represión de los ciudadanos de Gwangju por parte de las tropas gubernamentales durante el levantamiento democrático de mayo de 1980. Gracias a su valentía, el mundo supo que esa ciudad coreana estaba aislada del resto del país y bajo la ley marcial. “Respeto a Hinzpeter. Fue un gran periodista”, asegura Scholz. “Pero también creo que aún quedan muchos periodistas que hoy día arriesgarían sus vidas para obtener historias de interés mediático”.

Scholz ha ayudado a hacer un al sobre Hinzpeter. También desempeñó un papel secundario en la película de 2017 ‘Un taxista, que cuenta la historia de Kim Man-seop. El personaje principal se basa en un taxista de la vida real llamado Kim Sa-bok, que ayudó a Hinzpeter en su cobertura sobre Gwangju.

Anton Scholz (segundo por la izda.) ponente en “Guerra económica: ¿Qué es ganar?”, debate del 10º Foro de Estrategia EDAILY, Hotel Shilla Seúl, junio de 2019.© EDAILY

Scholz interviene en “Journalism Talk Show J” de KBS, en el segmento “Ex presidente Roh Moo-hyun y la reforma de los medios”. Reconocido por sus agudos análisis y comentarios, Scholz aparece con regularidad en programas televisivos.Captura de imagen de “Journalism Talk Show J”

Consejos sobre reunificación

Pasando al tema de la reunificación alemana, Scholz enfatiza que Alemania Occidental y Alemania Oriental trabajaron enérgicamente hacia ese objetivo, además de tener una dosis de buena suerte y estar en el momento perfecto. “Creo que Corea del Sur y Corea del Norte podrían hacer lo mismo, aunque la situación es más complicada en la península de Corea, pues está rodeada de grandes potencias con intereses muy diferentes”.

La unificación coreana puede ser difícil de lograr a corto plazo. Aun así, Scholz señala que “las dos Coreas pueden adoptar el principio de ‘un país, dos sistemas’, similar al de China y Hong Kong, o buscar alguna otra forma de reunificación. El camino alemán no debería ser la única opción”, agrega.

Expresó su pesar por la tendencia de los coreanos a eludir los consejos críticos. “Muchos coreanos dicen: ‘No entienden nuestra situación’. Aunque lo cierto es que muchos extranjeros sí pueden entender la situación de Corea, pero los coreanos a menudo parecen no estar listos para aceptar distintos puntos de vista ni otras soluciones”, recalca Scholz.

Con respecto al sistema educativo de Corea, asegura que tanto énfasis está fuera de lugar. “Parece no centrarse en la calidad sino en la cantidad, a nivel educativo, destruyendo así la creatividad de los estudiantes”.

“No hay un solo Premio Nobel (no político) en Corea, y es por un motivo”, afirma. “Los niños necesitan jugar más y estudiar menos. Y el estudio debería centrarse en aprender algo, y no solo en prepararse para los exámenes”.

Tras llevar varias décadas en Corea, Scholz disfruta de su segundo hogar, pero no descarta la posibilidad de afrontar nuevos retos, de buscar otra puerta a la que llamar. “El tiempo dirá”, concluye.

Choi Sung-jinEditor Ejecutivo, Korea Biomedical Review
Ha Ji-kwonFotógrafo

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