Los callejones de Gahoe-dong en Seúl, donde se concentran las casas coreanas típicas (hanok), están repletos de talleres tradicionales. Entre ellos está Kum Bak Yeon, que significa “fiesta de pan de oro” a cargo de Kim Gi-ho, con el título de Propiedad Cultural Inmaterial Nacional número 119. Es el único artesano en Corea que ha heredado el oficio de pan de oro, en su familia por cinco generaciones.
Kim Gi-ho retira el pan de oro sobrante al definir el contorno del patrón dorado en el dobladillo de una falda. Aunque parezca simple, el proceso de impresión con pan de oro requiere intensa concentración y delicadas habilidades.
El taller de Kim Gi-ho es como una pequeña sala de exposiciones que muestra el pasado y el presente de la artesanía de pan de oro. La variedad de ropa ceremonial, cintas para el pelo (daenggi), tocados de novia (jokduri) y bolsas con cordón (bokjumeoni) muestran el esplendor de la ropa tradicional coreana, mientras que otros accesorios como corbatas, joyeros y broches reflejan las aplicaciones modernas de la artesanía tradicional.
“Desde la antigüedad, el oro se ha asociado con grandeza y autoridad porque es precioso, y su color y brillo perduran con el paso del tiempo. El oro se usaba con moderación incluso en la corte de la dinastía Joseon (1392-1910), pues no todos podían llevar ropa adornada con pan de oro”, explica Kim.
Mientras habla, señala una réplica de la túnica ceremonial verde (wonsam) que la princesa Deogon, la tercera hija del rey Sunjo (r. 1800-1834), usó en su boda. De hecho, la impresión de pan de oro se usaba exclusivamente en trajes reales para imbuirlos de dignidad y esplendor. Incluso en la familia real, motivos como dragones, aves fénix y flores servían para mostrar el estatus del usuario. Sin embargo, a finales de la era Joseon comenzaron a permitir que los plebeyos usaran ropa con pan de oro en ocasiones especiales como bodas, primer cumpleaños (dol) o sexagésimo aniversario (hoegap).
Habilidades y creatividad
Kim talla patrones intrincados pintados sobre un bloque de madera. Para hacer los bloques usa madera de peral de arena secada por más de cinco años, pues es dura y fácil de tallar.
El pan de oro se obtiene batiendo oro en hojas delgadas como el papel. En la era Joseon, se distinguía entre artesanos especialistas en producir pan de oro (geumbakjang) y en la impresión de patrones con pan de oro (dodaikjang o bugeumjang). Sin embargo, al llegar la producción mecánica de pan de oro en el período moderno temprano, el proceso de batido de oro quedó obsoleto. Con el tiempo, la gente llegó a identificar el pan de oro con patrones dorados, y el término geumbakjang ahora alude a los artesanos que decoran telas con diseños de pan de oro.
A primera vista, el proceso de impresión de pan de oro puede parecer simple: un bloque de madera grabado con un patrón se recubre con pegamento, el patrón se estampa en la tela y el pan de oro se presiona sobre el patrón. Pero cada paso requiere de un alto grado de concentración y paciencia. El bloque por tallar utiliza madera debe secarse por más de cinco años para evitar deformaciones. Kim usa madera de peral de las arenas o asiático (Pyrus pyrifolia), de madera dura pero fácil de tallar. Las tablas se remojan durante dos minutos en agua hirviendo con aceite de soja y, luego se dejan secar al aire en un lugar sombreado. El procedimiento se repite varias veces para crear bloques de patrones que no se deformen. Cuando están suficientemente secas, las tablas se cepillan y se lijan suavemente.
El siguiente paso es el grabado. Los patrones se dibujan en las tablas y luego se tallan en relieve. Es importante grabar el diseño de forma que los bordes queden inclinados, para que cualquier pegamento que se derrame en las ranuras pueda eliminarse fácilmente. El pan de oro se adhiere con pegamento de pescado, que se obtiene dejando hervir vejigas de corvina secas en agua por muchas horas. Al ser un pegamento natural con gran fuerza adherente, el pegamento de pescado no solo se usaba para hacer ropa y artesanías en la corte, sino también para cocinar platos gourmet. Cuando el pegamento se cepilla sobre la superficie grabada de un bloque de madera, es importante mantener la consistencia correcta. Si es demasiado gruesa la hoja de oro se arrugará, y si es demasiado fina se destensará, dejando el patrón incompleto.
El bloque de madera pegado se estampa en un trozo de tela como un sello sobre papel. Luego, el pan de oro se une a las partes pegadas de la tela, tras unos ligeros golpecitos con las yemas de los dedos secas. Esta parte debe hacerse con agilidad y precisión antes de que el pegamento se seque. La tela se deja secar y cualquier trozo de pan de oro adherida a las partes en blanco del patrón se retira suavemente para definir los contornos. Colocar pan de oro requiere destreza, mientras que diseñar y organizar patrones exige gran creatividad.
“Los chinos y los japoneses valoran los patrones simétricos en su artesanía de pan de oro. Encuentran belleza en la proporción y el equilibrio exactos. Los coreanos, en cambio, ven natural y hermosa la asimetría. Pienso en esto como la diferencia entre lo digital y lo analógico”, dice Kim.
Cuando trabaja en un proyecto, Kim pasa la mayor parte de su tiempo creando patrones. Debe decidir de antemano qué diseño usará y cómo disponerlo, y cómo manejar los márgenes.
“Los patrones del pan de oro cambian con el tiempo, mostrando la atmósfera social. El diseño de patrones también debe evolucionar para reflejar el periodo al que pertenecen. Además, el mismo motivo puede percibirse distinto según se diseñe y se exprese”, asegura.
Ingeniería avanzada del pasado
Kim es el sucesor de un negocio familiar de quinta generación que comenzó con su tatarabuelo, quien suministraba productos de tela a la familia real durante la era del rey Cheoljong (r. 1849-1864). En aquella época, el pan de oro principalmente se pedía y se usaba en China. Como los retrasos en la entrega generaban muchos problemas, su antepasado comenzó a producirlo él mismo. Y aunque transmitió el arte de batir el oro a su abuelo, ahora solo queda esa transmisión oral.
“Mi abuelo también trabajó en el palacio real, al igual que hicieron su padre y su abuelo previamente. Estaba a cargo de decorar la ropa de la reina Yeongchin, la última princesa heredera del Imperio Coreano, y de la princesa Deokhye, la famosa hija menor del emperador Gojong”, recuerda Kim.
En 1973, cuando Kim tenía cinco años, la impresión de pan de oro fue designada patrimonio cultural inmaterial nacional, siendo su abuelo el primer titular del oficio. Meses más tarde, sin embargo, murió de una enfermedad crónica y su oficio quedó excluido de la lista de patrimonio a falta de sucesor.
“Entonces mi padre tenía un empleo, aunque trabajaba como aprendiz en el taller de mi abuelo. Al fallecer mi abuelo renunció a su trabajo y se comprometió con este oficio tradicional. Y cuando la salud de mi padre empeoró, yo también renuncié a mi trabajo y me convertí en artesano a tiempo completo. Supongo que esta forma de vida es una especie de tradición familiar”, comenta.
En 2006, cuando el pan de oro volvió a ser designado como patrimonio, su padre Kim Deok-hwan se convirtió en el primer titular del oficio. Y en 2018, justo antes de fallecer su padre, Kim obtuvo el mismo reconocimiento. Tras graduarse en la universidad, Kim trabajó en Samsung Electronics como ingeniero y diseñador de robots durante cuatro años. La decisión de renunciar podría parecer difícil, pero dejando aparte su sentido del deber, Kim sintió que no congeniaba con la vida empresarial.
“Renunciar no fue tan complejo pues sentí que la vida corporativa no era para mí. Otros ingenieros podían reemplazarme en la compañía, pero el oficio de mi familia se hubiera perdido. También estaba convencido de su potencial comercial a futuro. Cuando comencé en serio, comprendí que diseñar un robot o manejar pan de oro a escala micrométrica, de una décima de milímetro de grosor (1/10.000), no era tan distinto. Una sola capa de pan de oro tiene aproximadamente 0,1 μm. El arte de hacer pan de oro también es una suerte de alta tecnología, una avanzada tecnología creada en un pasado remoto”, comenta.
Lo primero que hizo Kim al dejar la compañía en 1997 fue crear su propia página web. Estaba bastante adelantado a su tiempo, pues el uso de internet acababa de generalizarse en Corea. Su plan era vender en línea y promocionar sus obras fuera de Corea, pero la crisis financiera asiática estalló ese mismo año.
“Los primeros tres meses no tuvimos ingresos, pero pudimos sobrevivir pues los clientes de toda la vida seguían pidiendo nuestros productos para sus hijos y nietos en el extranjero. Ahora, además de trabajos de impresión de pan de oro, también creamos y comercializamos nuestros propios productos culturales bajo la marca de taller”, explica.
Familia de artesanos
Los patrones de pan de oro son hermosos y simbólicos. Los símbolos auspiciosos de uso común incluyen caracteres como larga vida (壽) o vida feliz (福), así como símbolos de fecundidad (granada), riqueza y prosperidad (peonía) y muchas otras bendiciones.
Cuando una familia dirige un negocio artesano está destinada a convertirse en una comunidad artesanal, porque el trabajo no puede realizarlo una sola persona.
“Pude continuar y promover nuestro negocio familiar porque otros artesanos, como mi abuela y mi madre, estaban a mi lado. Mi esposa también trabaja conmigo todo el tiempo, tan cerca que siento que es mi alter ego”, afirma Kim.
Su esposa Park Soo-young, de la misma edad, fue reconocida como aprendiz certificada de artesanía de pan de oro en 2009, y su hijo, que en la universidad se especializó en animación, también le ayuda. En 2022, Park fue elegida como ‘Artesana del Año’ por YÉOL Korean Heritage Preservation Society, entidad que se dedica a apoyar artesanos coreanos establecidos y emergentes. Sus obras fueron muy aclamadas en una exposición de proyectos coorganizada entre YÉOL y Chanel, la marca francesa de moda de lujo.
“Hay un renovado interés en la artesanía de pan de oro que combina equilibradamente belleza tradicional y sensibilidad moderna. Es una artesanía que evoca sueños, y sus diseños reflejan los deseos de honor, riqueza, amor y otras bendiciones de las personas”, apunta Kim.
Pero además Kim tiene otro sueño: crear un museo de artesanía de pan de oro. Quizá por eso últimamente se ha comprometido aún más con su trabajo.