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2016 WINTER

REPORTAJE ESPECIAL

El cine coreano en el SXXI: Presente y futuroREPORTAJE ESPECIAL 2El cine coreano en el siglo XXI: Muchas caras nuevas

Han transcurrido menos de dos décadas desde el cambio de siglo, pero si observamos la actual trayectoria del cine coreano, el siglo XX parece historia antigua. Durante el siglo XXI, los cambios en la industria cinematográfica nacional han sido extremos. No obstante, Corea todavía no ha conseguido posicionarse con nombre propio en el mapa del cine mundial.

La alfombra roja instalada para el pase VIP de “Train to Busan”,evento celebrado el 18 de julio de 2016 en el centro comercial TimeSquare de Yeongdeungpo, en Seúl, atrajo a una gran multitud. La galade preestreno de un gran éxito de taquilla surcoreano refleja en partela industria cinematográfica coreana del siglo XXI.

Hasta los años ochenta en Corea no existía la moda de ir a ver películas coreanas. Durante mucho tiempo los coreanos tendieron a pensar en las producciones nacionales como dramas de perfil bajo. En los años 60, las películas coreanas eran diversas y singulares a su manera, pero durante los 20 años siguientes, el desarrollo en la industria se vio obstaculizado por las restricciones y la censura de los regímenes dictatoriales, así como por la rápida difusión de la televisión. Posteriormente, los cambios políticos y sociales de mitad de la década de los 90 provocaron un renacer en el cine coreano. Nuevos movimientos fueron dirigidos por jóvenes e inteligentes productores, intrépidos y ambiciosos directores con ojo artístico. Las películas coreanas lograron un gran progreso tanto en términos de arte como de atractivo comercial.
La percepción internacional sobre el cine coreano también empezó a cambiar. A mediados de los años noventa, un estudioso del cine en París podría haberse preguntado: “¿Hacen películas en Corea?”. A excepción de un puñado de expertos en cine, muy pocos, incluso entre los entusiastas del cine extranjero, había visto una producción coreana. Pero las cosas cambiaron rápidamente en el siglo XXI. Las obras coreanas comenzaron a ser invitadas a prestigiosos festivales internacionales de cine y a ganar importantes premios. La nueva generación de directores que debutaron en la segunda mitad de los años noventa, como Hong Sang-soo, Kim Ki-duk, Park Chan-wook y Bong Joon-ho, atrajo a un considerable número de seguidores extranjeros.

Escena de “Chunhyang”de Im Kwontaek(2000), la primerapelícula coreana seleccionadapara competiren la sección principaldel Festival de Cine deCannes.

El rápido crecimiento de la industria
Pocos países han visto un crecimiento tan rápido de la industria cinematográfica como Corea. El número de entradas de cine vendidas explotó de 61,69 millones en el 2000 hasta 217,3 millones en 2015, y el número de producciones nacionales aumentó más de cuatro veces, desde 57 hasta 232; mientras que el número de pantallas en las salas se multiplicó de 720 a 2.424 durante el mismo período. Los ingresos de taquilla alcanzaron 2,1 billones de wones en 2015, un considerable incremento en comparación con los 1,52 billones de wones de 2005. Hasta entonces no había cifras exactas de la recaudación de taquilla. Sin embargo, estos datos no son nada comparado con China. Con una increíble tasa de crecimiento del 64,3 por ciento en 2010, la industria cinematográfica de China ha seguido aumentando un 30 por ciento anual desde entonces. Y eso que el número de películas vistas per cápita fue de sólo 0,92 en 2015, cifra que indica que un incremento verdaderamente exponencial está por llegar en dicho país. Pero a excepción del caso de China, la industria cinematográfica de Corea ha experimentado una expansión más rápida que casi cualquier otro país.
El aumento más notable se centra en el número de películas vistas per cápita. En el 2000 cada coreano vio un promedio de 1,3 películas.

Escena de “Oasis” deLee Chang-dong (2002),una historia de amorentre una mujer conparálisis cerebral y uninadaptado social.

Choi Min-sik interpretaal genial artista JangSeung-eop de la dinastíaJoseon a finales delsiglo XIX en “PaintedFire” (2002), unapelícula del director ImKwon-taek.

Esta cifra se duplicó a 2,95 en 2005 y llegó hasta 4,17 en 2013 y hasta 4,22 en 2015. Estos números son particularmente altos, en comparación con las cifras de 2013 que fueron de un 4,0 en Estados Unidos, un 3,14 en Francia, un 2,61 en Gran Bretaña, un 1,59 en Alemania y un 1,22 en Japón. Incluso en India, país que produce más películas que cualquier otro del mundo (1.602 títulos en 2013), la cifra per cápita se ubicó en 1,55 durante dicho periodo.
Entonces, ¿cuál es la fuerza motriz detrás de tan destacados números? Una posible respuesta conduce a la política de promoción cinematográfica del gobierno. Bajo un estricto sistema de cuotas, cada pantalla debe proyectar películas coreanas por lo menos 73 días al año. Pero además, los directores también reciben apoyo de diversas fuentes, incluyendo el Consejo de Cine de Corea, los comités regionales de cine, los gobiernos locales y los festivales internacionales de cine. Una vez más, aparte de China, país con fuertes restricciones a la importación de películas extranjeras, Corea ofrece el mayor apoyo a la promoción de películas nacionales.
Gracias a esta diversidad de medidas de fomento, las producciones coreanas dominan la taquilla. En 2013, los títulos nacionales lograron una cuota de mercado del 59,7 por ciento y desde entonces han venido representando más de la mitad del mercado, con un 50,1 por ciento en 2014 y un 52,0 por ciento en 2015. Aparte de Estados Unidos y de India, con un 94,6 y un 94,0 por ciento respectivamente en 2013, Corea es el país donde los títulos locales son más populares que las películas estadounidenses, junto con China (58,6 por ciento de cuota de mercado) y Japón (60,6 por ciento). Dichas cifras fueron del 33,8 por ciento en Francia y del 22,1 por ciento en Gran Bretaña (incluyendo las coproducciones con otros países).

Otros factores que han contribuido a la expansión del mercado cinematográfico coreano incluyen la abolición de la censura y el ascenso de muchos jóvenes y talentosos directores. Por supuesto, el mercado ha entrado claramente en una nueva etapa; pero como los umbrales se miden por el número de pantallas y el número de películas vistas per cápita, y como las medidas de promoción de cada película van por su parte, los patrones de crecimiento presentan límites a futuro.

Escena de “The Face Reader” (2013), dirigida por HanJae-rim, donde Kim Hye-soo interpreta a Yeonhong, unseductor actor y lector de rostros.

Escena icónica de “The Thieves” (2012), dirigida por ChoiDong-hoon, un thriller de acción cómica con 10 ladronespersiguiendo un diamante.

El estado del cine coreano
Antes de que “Chunhyang” de Im Kwon-taek fuera seleccionada para la sección de competición oficial del Festival de Cine de Cannes en el 2000, ninguna película coreana había llegado tan lejos desde que el festival comenzara en 1946. Y aunque una nominación para la Palma de Oro en Cannes no marca en sí misma el estándar a alcanzar, se puede decir que hasta entonces las producciones coreanas simplemente no existían en el mapa de las películas del mundo del siglo XX, trazado por expertos y críticos del cine occidental. Así, “Historia del cine” (Oxford University Press), publicada en 1966, no incluye una sola película coreana; mientras que en otros libros relacionados Corea también era invisible.

1 Escena de “The Chaser” (2008), dirigida por Na Hong-jin.El thriller cuenta con un asesino en serie, sus víctimas,y un proxeneta y un ex detective policial que persigue alasesino.
2 Escena de “Veteran” (2015), dirigida por Ryoo Seung-wan.La película representa la vida oculta de un heredero detercera generación de un conglomerado.
3 Escena de “The Handmaiden” (2016), la última y tan referidapelícula de Park Chan-wook.
4 Escena de “Jeon Woochi: El mago taoísta” (2009), dirigidapor Choi Dong-hoon, una película cómica de héroes ambientadaen el periodo Joseon.

Pero las cosas comenzaron a cambiar con el inicio del siglo. En 2002, Im Kwon-taek ganó el Premio al Mejor Director en Cannes por “Ebrio de mujeres y pintura (Chihwaseon)”. En 2004 Park Chan-wook ganó el Grand Prix por “Old Boy” y en 2009 el Premio del Jurado por “Thirst”. Mientras tanto, Jeon Do-yeon ganó en 2007 el premio a la mejor actriz por su papel en “Sol secreto” de Lee Chang-dong; y el propio director ganó el premio al mejor guion en 2010 con “Poesía”. Tres de las cintas de Hong Sang-soo y dos de las obras de Lim Sang-soo fueron seleccionadas para la competición oficial en Cannes, aunque no lograron ningún premio.

En el Festival de Cine de Venecia 2002, “Oasis” logró el Premio al Director Especial para Lee Chang-dong y el de Actriz Revelación para Moon So-ri. Por su parte, Kim Ki-duk ganó el premio al Mejor Director en 2004 por “Samaritan Girl” en el Festival de Cine de Berlín, y por “3-Iron” en el Festival de Cine de Venecia; donde también obtuvo con “Pieta” el León de Oro a la Mejor Película en 2012.
Estos logros de los últimos 10 años permiten afirmar que el cine coreano ha recibido un asombroso reconocimiento en la escena internacional en lo que va del siglo XXI. Y sin embargo, no podemos decir que Corea haya encontrado un destacado lugar en el mapa de películas mundiales. Cada 10 años, la revista británica Sight & Sound publica un listado con “Las mejores películas de todos los tiempos”, basado en una encuesta de críticos de cine y directores de todo el mundo. En 2012, ninguna película coreana llegó a ese top 100, aunque no fue algo inesperado. Además, de las seis películas asiáticas que fueron incluidas en las diez primeras listas anuales desde el año 2000, ninguna es coreana.
Pero no hay que tomarse esas listas demasiado en serio. Seguirán cambiando a futuro y, como siempre, surgirán muchas películas que serán más aclamadas a la postre que en el presente. Pero la ausencia de Corea de estas listas indica que muchos expertos en cine aún no consideran que las obras coreanas estén a la vanguardia de la estética cinematográfica. Es decir, el lugar de Corea en el mapa mundial de películas todavía no está firmemente establecido.
Aquí podríamos reflexionar sobre la denominación de “película coreana”; ya que contiene una sutil dualidad, al igual que las etiquetas “película india” o “película británica”. Es decir, no está claro si estas etiquetas simplemente denotan el país de origen o expresan un mayor punto común de referencia. Generalizar respecto al carácter de las películas procedentes de una misma región crea nociones preconcebidas que llevan a la gente a pasar por alto las fortalezas únicas de las películas individuales. Sin embargo, un indefinible color regional presenta un común arraigo en las películas procedentes de un mismo lugar.

El actor Song Kang-ho yla actriz Kim Ok-bin enuna escena de “Thirst”(2009), un thriller sobreun sacerdote convertidoen vampiro, dirigida porPark Chan-wook.

¿Qué hace pues a las películas coreanas ser coreanas? O en otras palabras: ¿Qué factor o carácter regional de identidad puede encontrarse en las creaciones de cineastas coreanos como Hong Sang-soo, Bong Joon-ho y Lee Chang-dong, así como en las de Park Chan-wook y Kim Ki-duk?

Generalizar respecto al carácter de las películas procedentes de una misma región crea nociones preconcebidas que llevan a la gente a pasar por alto las fortalezas únicas de las películas individuales. Sin embargo, un indefinible color regional presenta un común arraigo en las películas procedentes de un mismo lugar. ¿Qué hace pues a las películas coreanas ser coreanas?

Es una pregunta difícil, porque sus películas parecen no tener absolutamente nada en común. Las obras de Hong Sang-soo y Kim Ki-duk podrían pertenecer a una rama del modernismo europeo, mientras que las de Park Chan-wook y Bong Jong-ho (y ocasionalmente las de Kim Ki-duk) pueden verse como variaciones estéticas de cine asiático extremo. En otras palabras, el cine coreano es una combinación de diversos tipos de películas que no pueden reducirse a un único carácter regional, aspecto que dificulta el posicionamiento de Corea con una identidad común en el mapa cinematográfico mundial.

1 Hwang Jung-min interpretaa un chamán en“The Wailing” (2016), dirigidapor Na Hong-jin. Elfilm se ubica en una aldearural donde tienen lugaruna serie de misteriososasesinatos.
2 Escena de “The HighRollers” (2006), dirigidapor Choi Dong-hoon, conuna banda de jugadoresilegales.
3 Escena de “El Rey y el payaso”(2005), dirigida porLee Joon-ik, que afirmóser el primer “burlesquede corte real” de la historiadel cine coreano.

Directores de diversas tendencias
El cine coreano no se puede resumir en características; pero pese a caer en un riesgo de simplificación excesiva, podríamos esbozar cuatro categorías.
La primera categoría podría llamarse “realismo nacional”. Sin lugar a dudas, el líder aquí es Im Kwon-taek. Este gigante, que durante mucho tiempo fue la cara del cine coreano y concentraba la taquilla en su etapa de juventud. Pero a partir de mediados de los 70, empezó a luchar por incorporar una nueva estética al “cine nacional”. Él lanzó su película nº 102, “Revivre”, en 2012. También un integrante adecuado de este grupo sería Lee Chang-dong, un moralista que se ubica en el lado opuesto del placer empedernido que buscan lograr las películas; pero se ha mantenido en silencio desde el lanzamiento de “Poesía” en 2010. Im Sang-soo, que dirigió “La criada” (2010) y “El sabor del dinero” (2012), también pertenecería a este grupo. Estos directores se han centrado en las singularidades regionales de Corea y han tratado incidentes históricos y locuras de la vida cotidiana; mientras que el vínculo sobre cómo abordan los temas prioriza sobre el estilo y la forma.

Jun Ji-hyun interpreta unpapel principal en “Assassination”(2015), dirigidapor Choi Dong-hoon.Los críticos la elogiaroncomo la primera películacoreana en poner a unamujer como epicentro delmovimiento de la resistenciacontra el dominiocolonial japonés.

La segunda categoría es “modernismo”. Hong Sang-soo y Kim Ki-duk podrían ser ubicados aquí, pero en realidad sus diferencias son mayores que sus similitudes. A través de formatos innovadores Hong Sang-soo busca crear un nuevo sentido de la realidad, mientras que Kim Ki-duk está absorto con la idea de la salvación a través del dolor físico. Un puñado de directores más jóvenes están haciendo películas que podrían encajar en este epígrafe, pero ninguno de ellos es muy conocido todavía.
La tercera categoría sería “innovación de género”. Los directores que pertenecen a este segmento son los que han obtenido una cierta aclamación de crítica y público, incluidos Park Chan-wook, Bong Joon-ho, Kim Jee-woon y Ryoo seung-wan. Con un fondo fanboy, ya que están todos cautivados por películas de serie B o de género; sus propias creaciones de género mixto se basan en thrillers o películas de acción, impregnados con algo de comedia y de horror, así como de otros elementos. A pesar de su audiencia masiva de público, estas películas a veces revelan aspectos de estilista obstinado. En esta categoría, al igual que en las otras, también los directores muestran muchas diferencias entre sí. Park Chan-wook reinterpreta las tragedias clásicas como películas de género, mientras que Bong Joon-ho fusiona la política regional con la dinámica de películas de género. Por su parte, Ryoo Seung-wan y Kim Jee-woon nunca abandonan la diversión de los fanboys. De estas innovadoras películas de género, “The Host” de Bong Joon-ho (2006) y “Berlin” de Ryoo Seung-wan (2015) atrajeron a más de 10 millones de espectadores cada una, y se han convertido en un modelo a seguir para muchos de sus compañeros cineastas. Entre ellos está Na Hong-jin, quien ha logrado hacerse notar por “The Chaser” (2008), “El Mar Amarillo” (2010), y más recientemente “El extraño” (2016).
La cuarta categoría englobaría las películas convencionales, a donde pertenece el mayor número de directores. Durante mucho tiempo el líder fue Kang Woo-suk, pero desde mediados de la década de 2000 fue reemplazado por figuras como Choi Dong-hoon y Youn Je-kyun. De hecho, Choi Dong-hoon ya cuenta con dos hits de 10 millones de espectadores en su haber, y sus cinco películas, desde su debut en 2004 con “Ladrones” hasta “El asesino” en 2015, han tenido éxito comercial.
Sería difícil decir que cualquiera de estas categorías define el cine coreano mejor que las otras; pero a su vez, la amplia diversidad generada por estos directores va dando forma al vertiginoso pero dinámico rostro del cine coreano.

Huh Moon-youngCrítico de Cine
Cine21Fotografías

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