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2022 WINTER

De qué vive la gente

Las “anima-máquinas” de Choe U-Ram son esculturas cinéticas imbuidas de narrativa. De explorar la forma en que los deseos humanos se proyectan en el desarrollo tecnológico, ha pasado a cuestionar el significado de la simbiosis y la existencia humana.

“Little Ark”. 2022. Cajas de cartón abandonadas, material metálico, maquinaria, dispositivos electrónicos (placa CPU, motor). 210 × 230 × 1272 cm.
Cuando los 35 pares de filas a cada lado del barco comienzan a moverse, se mezclan con las diversas instalaciones escultóricas cercanas como en una magnífica coreografía.
Cortesía del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo

“¿De qué vive la gente?” se preguntaba el autor ruso León Tolstoi en el siglo XIX. Un siglo después, el filósofo francés Albert Camus recordó a todos que, aunque nos sintamos impotentes ante la crisis, la solidaridad y la cooperación pueden salvar a la humanidad. A preguntas tan esenciales como el significado de la vida y el valor del humanismo, el artista coreano contemporáneo Choe U-Ram da sus respuestas.

Choe aborda ciertos temas relevantes en la exposición “MMCA Hyundai Motor Series 2022: Choe U-Ram Little Ark”, que puede verse hasta el 26 de febrero de 2023 en la sede de Seúl del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Corea. Critica la ineludible esclavitud del deseo, la repetición del trabajo no deseado y la era de la competencia ilimitada. No obstante, los humanos sueñan. Tenemos voluntad propia y esperanza en el corazón, que es lo que nos hace humanos. Organizada por la MMCA y patrocinada por Hyundai Motor, MMCA Hyundai Motor Series lleva realizando exhibiciones anuales de aclamados artistas coreanos desde 2014.



Metáforas de vida
Mirando a lo lejos, al acercarse a la sala de exposiciones verá tres pájaros negros que vuelan lentamente en círculos por el techo. Como si vinieran del “Trigal con cuervos” de Vincent van Gogh, parecen estar tras la bola de paja de la mesa redonda negra que hay debajo. Este es el último trabajo de Choe, “Black Birds”, que combina con la instalación del suelo llamada “Round Table”. Figuras de paja sin cabeza forman un gran círculo, hombro con hombro portan la mesa redonda. De cerca se escucha un murmullo y las figuras de paja comienzan a moverse. La pesada mesa negra redonda, de 4,5 metros de diámetro, se inclina de un lado a otro. El montón de paja sobre la mesa rueda como una pelota. Las figuras en cuclillas se levantan rápidamente cuando la bola rueda hacia ellos.

Esas 18 figuras de paja sin cabeza, incapaces de pensar, ver o hablar, han perdido el norte. Sostienen la mesa redonda desde abajo y repetidamente se ponen en pie o en cuclillas, al igual que Sísifo repetidamente empuja una roca colina arriba. Están motivados para agarrar la bola o la cabeza de paja sobre la mesa. Cuando sienten que la bola de paja se les acerca, rápidamente se levantan para reclamarla, haciéndola rodar en la otra dirección. Si alguien saliera de debajo de la mesa y la agarrara, todos se ahorrarían el trabajo duro, pero nadie da un paso al frente ni tampoco ceden. Los pájaros que sobrevuelan se burlan de la escena. Si quisieran, podrían arrebatar la bola de paja en cualquier momento y volar lejos.

Un detalle a observar en esta obra son las rodillas de las figuras de paja cuando intentan levantarse. Cuando doblan o estiran las rodillas, generan una sensación de tensión, como un suave temblor en los músculos, una sensación de urgencia. Esta simple máquina rodeada de paja parece encapsular la historia de la vida humana.

“Las anima-máquinas que construyo representan la vida humana y actúan como metáforas”, explica Choe. Cuando era niño soñaba con convertirse en ingeniero en robótica, pero su potente imaginación lo llevó a convertirse en artista. Tras especializarse en escultura en pregrado y posgrado, comenzó a hacer anima-máquinas con movimientos intrincados en la década de 1990, con apenas 20 años. Más tarde fundó un laboratorio internacional virtual llamado United Research of Anima Machine, que combina arqueología, biología y robótica. Es un organismo colaborativo integrado por expertos de diferentes campos, y su acrónimo (URAM) coincide con su nombre. En esta exhibición participó como asesor técnico el Laboratorio de Robótica de Hyundai Motor Group.



“Ángel”. 2022. Resina, lámina de oro de 24 quilates, acero inox. 162 × 133 × 56 cm.
Un mascarón de proa de ángel dorado, que debería haber servido como decoración, cuelga del techo en el lado izquierdo del barco. Luce frágil. Simboliza a los humanos modernos que han perdido el sentido de la orientación.

“Mesa redonda”. 2022. Aluminio, paja artificial, maquinaria, cámara de detección de movimiento, dispositivo electrónico. 110 × 450 × 450 cm.
Dieciocho figuras humanas hechas de paja sostienen una mesa redonda de 4,5 metros de diámetro. Cuanto más intentan agarrar la cabeza sobre la mesa, más se aleja rodando de ellos. Lo irónico de la situación lleva a la gente a pensar el mensaje.

Una realidad repleta de absurdos
De las 53 obras de esta exposición, 49 son nuevas. En la Galería 5 se encuentra “Little Ark”, obra que da nombre a la exposición. Es un gran barco de 12 metros de largo de apariencia bastante desalentadora, pero no puede flotar ni avanzar sin agua. Cuando está cerrado, parece un gran cofre rectangular de 2,1 metros, de mayor altura que un adulto, y cuando los remos se pliegan el arca se extiende hasta 7,2 metros. A los lados hay 35 juegos de remos cuyos movimientos son tan suaves como los de una bailarina. La gente se queda hipnotizada mirándolo por mucho tiempo. Dentro del barco dos capitanes se dan la espalda en sentido opuesto. ¿Qué instrucciones debemos seguir? En el centro del barco hay un faro de 5,5 metros de altura. Un faro debería estar fijo en el suelo, pero si se mueve con el barco, no puede servir como referencia constante. La luz giratoria que emana del faro es más un sistema de vigilancia que una guía.

En la parte trasera del barco se abre una puerta. Más allá hay otra puerta, pero está cerrada. Esa puerta también se abre, pero da a otra puerta cerrada. El título de esta pieza de videoarte es “Salir” y representa un vacío distante sin fin del que uno no puede escapar. A ambos lados de la pared hay un ancla y un ángel dorado que alguna vez decoró el arco. El ancla, teóricamente para mantener el barco en un punto, rueda en un lugar fuera de su alcance, y el ángel parece tan indefenso como Ícaro justo antes de caer: demasiado engreído e incapaz de evitar que sus alas se derritan bajo el sol.

Choe U-Ram diseñó y creó estas obras de arte durante la pandemia. “Nada ha cambiado desde que tenía siete años, cuando dibujé un robot que me salvaría de la guerra nuclear. El mundo sigue en guerra y nada se ha resuelto para siempre. Cuando trabajamos duro por abrir la puerta de salida, nos espera otra puerta cerrada”, resalta. “Los humanos pensaron haber hallado la solución con el desarrollo científico, pero seguimos con una pandemia que quita vidas y genera confusión, al igual que la viruela o la peste negra. En 2022 parece que todavía necesitemos un arca. Puse ‘pequeña’ en el título considerando los interminables deseos humanos, nunca capaces de cargar todo en el arca”.

El título puede ser “Pequeña arca”, pero es, con diferencia, el trabajo más grande de Choe. Su mensaje también se zambulle en el metadiscurso, y plantea aspectos de la creación y la destrucción de una civilización, desde la perspectiva histórica y del ciclo vida-muerte.

Las obras de Choe, con situaciones ineludibles y absurdas de rumbos perdidos y repeticiones infinitas, hablan de los tiempos actuales. Pero no es absurdo. El artista aún desea hablar de las esperanzas y los sueños a los que nos aferramos. Ha insuflado vida a cosas que habrían terminado en la basura. Creó la serie “URC” con faros y pilotos de automóviles listos para el desguace. Las esculturas circulares semejan un planeta blanco y un planeta rojo. Las luces parpadean de vez en cuando, mostrando que están vivas, que la esperanza permanece.



“URC-2”. 2016. Luces traseras de automóviles Hyundai, metal, LED, placa CPU personalizada, PC. 170 × 180 × 230 cm. (izda.)
“URC-1”. 2014. Faros de automóviles Hyundai, acero, LED COB, radiador de aluminio, controlador DMX, PC. 296 × 312 × 332 cm.

Las dos grandes esculturas esféricas instaladas en el pasillo de la Sala 5 son un ensamblaje de faros y luces traseras de coches a punto de ser desguazados.

Coronas para el tiempo presente
Las instalaciones de flores “One” y “Red” se fabricaron con la misma fibra (Tyvek) que se usa para los trajes de protección de los sanitarios en los centros de prueba y tratamiento de COVID-19. Lentamente, pasan por los movimientos repetidos de florecer y marchitarse, emitiendo un sonido susurrante. El ritmo se asemeja a inhalar y exhalar profundamente, y respirar profundamente con las flores se siente bien. El movimiento es vida. Entre el caos y la confusión inducidos en el mundo por un virus, las flores rinden homenaje y brindan gratitud y consuelo a todos los que están en una situación desesperada de vida o muerte. Son coronas dedicadas al tiempo presente. Una flor que florece, se marchita y vuelve a florecer, denota el círculo de la vida con humanos marchando valientemente.

La exposición tiene carácter de retrospectiva. Presenta los diseños y dibujos técnicos de Choe antes de empezar a construir las máquinas. También exhibe las pequeñas y brillantes anima-máquinas en las que ha seguido trabajando. Nos hacen observar de cerca porque son pequeños, y de más lejos porque son muy precisos. La “Lámpara de Cakra”, en forma de rueda giratoria, se asemeja a la “Mesa Redonda”, continuamente levantada y recolocada por las figuras de paja. “Ala Aureus Nativitas”, que parece un insecto con alas doradas abiertas que mueve rápidamente sus muchas patas, es como una miniatura de “Little Ark” con sus 35 juegos de remos. El tamaño no importa. Todo el cosmos cabe en una pequeña máquina. Y esas máquinas nos preguntan: ¿por qué vivimos y trabajamos tan duro?



“Red”. 2021. Material metálico, Tyvec y acrílico, motor, dispositivo electrónico (placa CPU personalizada, LED). 223 × 220 × 110 cm.
La fibra Tyvec de los pétalos es del mismo material de los trajes protectores de los profesionales médicos en centros de pruebas y tratamiento de COVID. El artista dedica esa flor a todos los que sobrellevan estos tiempos difíciles.

Choe U-Ram posa frente a “Little Ark”. El artista combina objetos mundanos con tecnología avanzada para hablar sobre la esperanza de vida en su primera exposición individual en el MMCA de Seúl. Transmite un mensaje de consuelo en esta era de crisis y desastres.

Cho Sang-in Periodista, Seoul Economic Daily

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