Good Neighbors, una ONG internacional fundada y dirigida por Yi Il-ha, lleva a la vanguardia de la asistencia humanitaria en Corea del Norte desde mediados de los años noventa. Sus esfuerzos van mucho más allá de simples folletos, y son ejemplo de proyectos similares de la organización en todo el mundo.
Yi Il-ha, fundador de Good Neighbours, una ONG de ayuda internacional y ayuda al desarrollo, visita un orfanato en Nampo, a unos 55 km de Pyongyang, en 2004. La asistencia humanitaria de Good Neighbours a Corea del Norte ha incluido protección infantil, desarrollo agro-ganadero y servicios médicos y de salud desde 1995.
Una de las cuestiones más controvertidas en torno al enfoque de Corea del Sur con respecto a Corea del Norte es la ayuda humanitaria. Algunos consideran la asistencia como un esfuerzo equivocado e infructuoso que arruina a los líderes en Pyongyang. Otros instan a la caridad, independientemente de la relación adversa entre ambas partes. Yi Il-ha, conocido como el padrino del movimiento de las ONG de Corea, está en este último bando.
El objetivo de Good Neighbors es lograr un mundo sin hambre y en armonía pacífica y universal. Establecida por Yi en 1991, la ONG tiene 52 sucursales en Corea del Sur y 303 oficinas en otros 40 países. En 1996, Good Neighbors se convirtió en la primera ONG coreana en recibir el estatus de “consultoría general” del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), el mayor reconocimiento que dan las Naciones Unidas a las ONG.
Un mundo sin hambre
Más de 3.000 empleados operan los programas de ayuda social y asistencia de una entidad que cuenta con más de medio millón de donantes solo en Corea del Sur. A principios de año, Yi anticipó el fin de un largo congelamiento de los programas de ayuda civil para Corea del Norte; pero el colapso de la Cumbre de Hanói celebrada en febrero entre Estados Unidos y Corea del Norte frustró sus esperanzas.
Yi planeaba construir una enorme granja lechera y una planta de procesado de leche en Corea del Norte si las relaciones entre Washington y Pyongyang mejoraban. Tenía la intención de sentar las bases para criar cerdos, vacas y pollos, y construir fábricas de procesamiento de lácteos y de salchichas. También esperaba proveer a los surcoreanos con samgyetang, sopa de pollo con ginseng, hecha en el Norte.
Además, tenía planes para ayudar a mejorar la infraestructura de salud del Norte, incluida la construcción de un centro de investigación de fármacos, plantas farmacéuticas, hospitales y otros centros de salud, así como fábricas para producir soluciones inyectables y cápsulas y medicamentos a base de hierbas.
Sin embargo, mientras las negociaciones nucleares entre Estados Unidos y Corea del Norte siguen en el limbo, esos planes han quedado en un mero boceto.
Veterinarios surcoreanos inspeccionan una vaca en la Granja Cooperativa Kubin-ri en el condado de Kangdong, cerca de Pyongyang. Good Neighbours proporcionó las vacas y envía veterinarios y expertos para cuidar del rebaño.
Proyecto de ganado lechero
Los programas de ayuda humanitaria de Good Neighbors en el Norte se pueden dividir en tres categorías: cuidado y protección infantil; desarrollo agrícola y ganadero; y servicios de salud. La presencia de esta ONG en el Norte comenzó en 1995, cuando empezó a donar alimentos y otros bienes para las necesidades diarias. Entonces, la economía de Corea del Norte caía en picado y culminó en una hambruna generalizada en 1997, año en que Yi visitó el Norte por primera vez.
El año siguiente, el paradigma de Good Neighbors cambió cuando Chung Ju-yung, fundador del Grupo Hyundai, llevó 1.001 cabezas de ganado al Norte en dos espectaculares desfiles de 500 camiones a través de la Línea de Demarcación Militar. Siguiendo el ejemplo de Chung, Good Neighbors entregó 200 vacas lecheras preñadas unos meses más tarde y construyó granjas lecheras en el Norte. La generosidad de Chung apareció en los medios, pero los funcionarios norcoreanos querían que las entregas de esa ONG no se divulgaran.
Yi accedió sin objeciones. Sin embargo, el hecho de que las vacas permanecieran en cuarentena en Incheon antes de su entrega se convirtió en un secreto a voces y fueron filmadas por un equipo de noticias de televisión cuando salían del puerto, tema que molestó a las autoridades norcoreanas. Después de dar muchas vueltas, un total de 510 vacas lecheras fueron enviadas al Norte y sirvieron para crear manadas en cuatro nuevas granjas lecheras.
De hecho, la idea de enviar vacas lecheras al Norte fue concebida en 1995, cuando Yi visitó la ciudad fronteriza china de Dandong. Allí, se encontró con un australiano de ascendencia coreana que había enviado 200 cabezas de hanu, el ganado autóctono de Corea, a la ciudad norcoreana de Haeju, solo para que le dijeran que unas vacas lecheras habrían sido más útiles.
Convencido de que los norcoreanos podrían tener un mejor futuro al disponer de una industria láctea viable, Yi consultó a un importante investigador del sector lácteo en los Estados Unidos que prometió ayudarle, pero se topó con la desaprobación del gobierno de su país. Cuando un colega de Good Neighbors que trabajaba para Seoul Milk se enteró del problema, ayudó a Yi a comprar las 200 vacas lecheras de su compañía por un simbólico precio de 1,5 millones de won por cabeza.
Un motivo secundario para Good Neighbors en impulsar la ganadería lechera en el Norte fue que los rebaños requerirían continuos intercambios entre veterinarios de Corea del Norte y de Corea del Sur, expertos en lácteos y personal de Good Neighbors. Efectivamente, sus empleados han realizado hasta el momento unas 140 visitas al Norte, mientras que Yi cuenta en su haber con 120.
Aumentar los ingresos
Finalmente, los funcionarios norcoreanos querían equipos de procesamiento de leche para aumentar el valor añadido de ese producto. Después de construir una planta de procesamiento de queso para ellos, Good Neighbors estableció una condición: la mitad de las ganancias serían para los aldeanos y la otra mitad para alimentar a niños indigentes.
Después de ver el éxito del proyecto de productos lácteos, el Ministerio de Agricultura del Norte solicitó ayuda para la cría de pollos. Se planteó la necesidad de comprar embriones caros para mejorar las razas y también equipos del extranjero. Good Neighbors compró embriones de las razas de pollos más productivas en Francia, que costaron entre 5.000 y 200.000 won cada uno, mientras que el Norte construyó una granja para cría de pollos fuera del alcance de curiosos en un radio de 4 kilómetros.
El éxito del proyecto superó las expectativas. Los ingresos de los residentes en Kubin-ri, una aldea rural en el condado de Kangdong a las afueras de Pyongyang, se multiplicaron por 10 en cinco años. Naturalmente, la población de esa localidad también creció. Los aldeanos estaban tan orgullosos que incluso colocaron un cartel a la entrada de su aldea destacando sus logros en letras grandes.
Una vez más, el éxito generó una petición. Esta vez fue una planta de fertilizantes. Good Neighbors planeaba ampliar una fábrica de zinc existente cerca de Wonsan y vender ese zinc a fin de proveer de materias primas para fertilizantes. El proyecto comenzó con una subvención de 1,5 millones de dólares del Gobierno de Corea del Sur y un préstamo bancario de 7 millones de dólares. El proyecto tuvo tanto éxito que en solo dos años devolvieron el préstamo.
En general, Good Neighbors ha ayudado a unos 220.000 norcoreanos, niños incluidos, en 25 zonas de trabajo repartidas por todo el territorio norcoreano, y la experiencia de esta ONG en el Norte se ha convertido en modelo para implementar proyectos de desarrollo regional en otras partes del mundo.
“Antes que nada, debemos desarrollar programas de ayuda especialmente diseñados para ellos. Necesitamos fortalecer los recursos humanos y materiales en agricultura, ganadería, salud y educación del Norte”.
La compañía farmacéutica Chongsong en Pyongyang produce dosis para inyecciones. Good Neighbours ayuda a Corea del Norte a mejorar su sistema de atención médica.
Ayuda alimentaria
Los programas de entrega de alimentos de Good Neighbors para guarderías en varias regiones ayudan a paliar la escasez crónica de alimentos en Corea del Norte. Solo en 2018 enviaron 114 toneladas de leche en polvo a través de Good Neighbors USA. En tanto, otras entregas para niños incluyen 150 toneladas de papel para imprimir libros de texto y computadoras educativas, así como patines en línea y balones de fútbol.
A mayor escala, Yi considera que el programa de asistencia alimentaria humanitaria actualmente a debate en Corea del Sur debía haberse implementado antes, pues ahora “es un poco tarde”, señala.
“Pero el Norte no necesita desesperadamente unos cientos de miles de dólares del exterior actualmente. Antes que nada, debemos desarrollar programas de ayuda especialmente diseñados para ellos. Necesitamos fortalecer los recursos humanos y materiales para agricultura, ganadería, salud y educación. Además, el Norte también prefiere ayuda en cooperación para lograr un desarrollo sostenible, más que en donaciones de alimentos o fertilizantes”.
Yi recuerda una inolvidable experiencia en la Granja Cooperativa Kubin-ri, donde permaneció con algunos de sus empleados durante 10 días y se granjearon la confianza de los residentes locales. Juntos capturaron peces en un arroyo y luego los prepararon y compartieron un guiso de pescado picante.
“Puedes lograr éxito invirtiendo en el Norte, si lo ves como un potencial mercado de talento sobresaliente y abundantes recursos naturales”, asegura Yi. “Podríamos avanzar en la reunificación si muchos más norcoreanos tuvieran ocasión de trabajar y compartir experiencias con los surcoreanos”.
Finalmente agrega: “Mi principal deber como fundador de Good Neighbors es crear una atmósfera de reconciliación entre las dos Coreas. Por eso no podemos reducir ni suspender los programas de ayuda humanitaria para los norcoreanos. Creo que habré cumplido mi misión en el mundo si ambas Coreas se reconcilian y firman la paz”.