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2020 WINTER

REPORTAJE ESPECIAL

Minhwa: Pinturas para la felicidad REPORTAJE ESPECIAL 4 Pintura popular del siglo XXI

El popular minhwa de hoy no se ciñe fielmente a los tonos y diseños del género tradicional. Al expresar los intereses y deseos actuales, las versiones de pintura popular del siglo XXI son transformadoras.

Hasta hace unas décadas, minhwa tenía una apreciación limitada. Las décadas de los 70 y los 80 tuvieron entusiastas fácilmente identificables, como marchantes de arte extranjeros, sobre todo de Japón, y un puñado de hoteles de lujo que compraban piezas de arte popular coreano, como morando (pinturas de peonias), sipjangsaengdo (pinturas de los diez símbolos de la longevidad) o kkachi horangi (pinturas de urracas y tigres). Pero hoy minhwa llega a una audiencia mucho más amplia. Este género es apreciado por muchas personas, y representa un enfoque fresco y rentable del diseño en productos de empresas de moda y cosmética.

Artistas individuales con pequeños talleres provocaron la emergencia de la pintura popular. En la década de los 90, muchos de esos artistas expandieron sus operaciones llevando la pintura popular a institutos universitarios de educación continua o a los centros culturales de grandes almacenes. Y los pintores noveles perfeccionaban sus habilidades trazando contornos de pinturas conocidas: así comenzó a crearse una comunidad de arte popular.

En la década de 2000, el número de artistas aumentó drásticamente, a la par que sus habilidades mejoraron. Aquellos que intentaban expresar la sensibilidad y los valores modernos basándose en formatos antiguos, hasta llegaron a reformular su enfoque con nuevos estilos.

“Tigre moderno”. Keum Goang-bok. 2020. Tinta y pigmentos sobre papel morera (barra, polvo, pinturas para tubos, polvo blanco chino). 130 × 160 cm.

Narrativas contemporáneas
Keum Goang-bok posee talento tanto en estilo tradicional como en creatividad minhwa. Su retrato humorístico del tigre, también valorado como talismán, genera protección hacia la cultura coreana. “Así como minhwa surgió de la vida cotidiana de nuestros antepasados, las obras contemporáneas también deberían contar nuestras historias actuales”, resalta Keum. “Para continuar impulsando este arte, nuestro trabajo no solo debe transmitir mensajes felices, sino también conciencia histórica”.

Ahn Seong-min (más conocida como Seongmin Ahn), trabaja a caballo entre Seúl y Nueva York, y es conocida por el aura surrealista que impregna a sus pinturas de flores y a las puertas y ventanas de piedra rojiza, un estilo arquitectónico común en Nueva York. En sus llamados “paisajes de fideos”, combina con gracia escenarios naturales con este alimento diario.

Kim Saeng-a incorpora con avidez el paisaje local y los cuentos populares de la isla de Jeju, donde reside. Sus piezas de arte incluyen trozos de vidrio que recoge al caminar por la playa y cuece en un horno. Su mensaje expresa que “pequeños gestos como recoger vidrio tirado en la playa, podrían suponer un significativo cambio para la hermosa Jeju, que sufre de contaminación ambiental”.

“Amigos a primera vista”. Kwak Su-yeon. 2010. Tinta y color sobre papel morera. 162 × 131 cm.

“Spielraum Nº5”. Choi Seo-won. 2020. Técnica mixta sobre lienzo. 91 × 116,8 cm.

Nuevos experimentos
Varios experimentos estilísticos que usan iconografía minhwa, como la repetición de patrones específicos en papeles pintados, o la presentación de personajes ficticios de las pinturas, han intentado estimular la curiosidad y la sensibilidad del espectador. Usando la técnica Gestalt de cambio (que permite percibir una imagen de dos formas diferentes según la perspectiva), ‘Flowery Path’ de Lee Jee-eun, muestra la extraordinaria sensibilidad y comprensión de la artista sobre los sujetos. “Un cráneo generalmente se asocia a la muerte y evoca un efecto negativo”, explica. “Pero pensé que alguien que haya tenido una vida hermosa dejaría un cráneo hermoso. Por eso lo pinté así”.

Otro experimento significativo emplea una pequeña parte de una pintura existente para llenar todo un lienzo. En ‘Bookshelf’, Yoon In-soo ofrece un primer plano de un florero extraído de un típico chaekgado (estanterías). El efecto es extraordinario, animando el hermoso color y la forma del jarrón, que de otra forma apenas se habría notado. Para captar la esencia del minhwa, Yoon se sometió a un intenso entrenamiento en un taller de manualidades. Y siempre les dice a sus estudiantes: “dominar los estilos tradicionales es clave para crear otros nuevos”.

Algunos artistas adoptan personajes representados en sus pinturas, mientras que otros usan personajes de ficción ya conocidos, como el Principito, de la novela de Saint-Exupéry, para hacer que su arte llegue a un mayor público. En tanto, Kwak Su-yeon es famosa por su serie de trabajos con mascotas. Sus pinturas de estanterías y los diez símbolos de la longevidad, divierten a los espectadores con sus graciosas representaciones de perros y gatos.

Que los elementos del minhwa hayan sido tan ampliamente usados por artistas occidentales y orientales contemporáneos, refleja la popularidad del renacer del arte folclórico en el presente.

Superar la tradición
Recientemente, muchos artistas contemporáneos de minhwa han intentado apartarse de los pigmentos tradicionales en papel morera para explorar una gama más amplia de materiales. El proceso de selección les permite crear su propio lenguaje visual. Estos artistas coinciden en que en un mundo globalizado no tiene sentido distinguir entre materiales orientales y occidentales.

Algunos usan pinturas acrílicas, crayones o lápices de colores sobre lienzo, mientras que otros hacen collages de tela, papel tapiz u otros materiales, para impregnar sus obras de una textura moderna. Otros incluso se distancian por completo del trabajo bidimensional, y experimentan con formatos como instalaciones y arte multimedia. Lee Don-ah era conocida previamente por sus imágenes de iconografía tradicional desmanteladas y mostradas en hexaedros, cuadrángulos y marcos cuadrados. Desde 2015, ha venido trabajando con tecnologías de media art, como imágenes de vídeo, impresión lenticular y media façades, para incorporarlas a sus pinturas.

Que los elementos del minhwa hayan sido tan ampliamente usados por artistas occidentales y orientales contemporáneos, es muestra del popular renacer del arte folclórico en el presente.

El diseñador Yang Heill, de la marca de moda HEILL, presentó este vestido inspirado en minhwa en Le Bristol Paris, durante la Semana de la Moda de París en septiembre de 2019.

“Peony Pot Macaron 02 (Dessert Bouquet Series)”. Ahn Seong-min. 2015. Tinta y color sobre papel morera. 75 × 50 cm.

Comercialización
La popularidad del minhwa trasciende la escena artística para entrar en cosmética, moda y artículos para el hogar. Las pinturas populares siempre han tenido el propósito práctico de decorar un hogar. La practicidad, la calidad decorativa y la singular estética coreana inherente al género, lo hacen altamente efectivo como marca distintiva de productos.

El fabricante de cosméticos Sulhwasoo adopta totalmente el estilo minhwa y colabora con artistas de renombre en el empaquetado de sus productos. En 2019, una exposición de Sulhwasoo mostró una reinterpretación moderna de patrones tradicionales, con trabajos de diseño de interior, muebles y moda con motivos típicos prestados de dos géneros de pintura popular: hojeopdo (pinturas de mariposas) y hwajo yeongmodo (pinturas de flores, pájaros y animales).

En tanto Heill, una marca de alta costura, presentó su Colección Primavera-Verano 2020 en París con un motivo de abanicos coreanos tradicionales de pinturas populares. Antes del evento, el diseñador Heill Yang resaltó: “Estoy feliz de tener tan bella reserva de recursos en minhwa”. La primera dama Kim Jung-sook llevó un atuendo suyo para la toma de posesión del presidente Moon Jae-in en 2017. 

Las marcas globales ya lo saben: minhwa tiene una belleza exclusivamente coreana, pero puede conectar fácilmente con el mundo. Los mensajes auspiciosos y deseos de felicidad de las pinturas poseen un atractivo universal, y eso ayuda a explicar el resurgimiento de un género atemporal, que quizá llegue a ser conocido como “K-Art”, provocando otra ola coreana de exportación cultural, gracias a un desafío y experimentación implacables.

Moon Ji-hye Reportero, Monthly Minhwa

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