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Interview

2019 SUMMER

LA CULTURA Y EL ARTE

ENTREVISTA El hombre que fue “las manos de Paik Nam June”

Lee Jung-sung regentaba una tienda de electrónica en Seúl en 1988 cuando conoció a Paik Nam June, el padre del videoarte. Desde entonces y durante casi dos décadas, Lee fue el técnico de los proyectos de Paik y su principal colaborador. Estos días todavía se dedica a repasar el legado del difunto creador, cuyos trabajos preserva y restaura.

Lee Jung-sung, ingeniero de instalaciones del artista de video Paik Nam June, posa frente al “M200” exhibido en el Tri-Bowl en Songdo Central Park, Incheon, en 2010.
El trabajo de 1991 es un video-wall compuesto por 94 monitores.
Tiene 3,3m de ancho y 9,6m de alto. © Noticias Bank

En la sombra de Paik Nam June, el más célebre vídeoartista de la historia, estaba Lee Jung-sung. Su primer trabajo de colaboración consistió en una torre de 1.003 televisores titulada “Cuantos más, mejor” (Dadaikseon, 1988). En los siguientes 18 años Lee fue el encargado de instalar las obras de arte de Paik y, a medida que ambos recorrían juntos el mundo, se convirtió en su colaborador más cercano y en fuente de ideas del artista. Se podría decir que el cerebro de Paik Nam June se elevó junto con las manos de Lee Jung-sung, o que las manos de Lee Jung-sung lograron crear cosas increíbles gracias al cerebro de Paik Nam June.

Lee vive a día de hoy en un estudio ubicado en un sexto piso en Sewoon Sangga, un vecindario cercano al arroyo Cheonggye de Seúl y a la rambla peatonal paralela que atraviesa el centro del distrito de Jongno. Su escritorio se encuentra al final de un abultado espacio repleto de estantes llenos de televisores viejos, piezas electrónicas y libros sobre Paik Nam June. Las manos que otrora dieron forma a “Cuantos más, mejor” estrechan cálidamente las mías.

Sembrar confianza
Lim Hee-yun: ¿Cuándo comenzó a trabajar aquí en Sewoon Sangga?

Lee Jung-sung: Mi edificio en este complejo comercial se completó en 1968, pero yo llevaba viviendo en el barrio desde 1961. En aquel entonces había tiendas y talleres donde se vendían chatarra y piezas electrónicas, agrupados en edificaciones temporales que formaban una línea desde el área de Jongmyo (el Santuario Real Ancestral) hasta la calle de Toegyero. Comencé a trabajar con la electrónica gracias a una radio a válvulas que tenía uno de mis hermanos mayores cuando vivíamos en Busan.

Lim: ¿De una radio a todos esos televisores? ¿Cuándo vino a Seúl?

Lee: Yo era joven y estaba realmente obsesionado con la radio de mi hermano. La escondía debajo de las sábanas y la dejaba puesta toda la noche mientras dormía. No podíamos permitirnos comprar pilas nuevas todo el tiempo, así que mi hermano siempre me regañaba por usarla. Esa radio era para mí tan mágica que al final me decidí a abrirla y observar todas sus piezas. Me gustaba tanto que le dije a mi familia: “esto es lo que voy a estudiar”. Mi hermana mayor vivía en una pequeña habitación alquilada en el barrio de Yeongdeungpo, en los suburbios de Seúl. Le dije: “no me importa si tengo que dormir junto a la puerta, por favor, solo dame techo y algo de comer”, y así terminé quedándome con ella. Debía tener unos 18 años cuando comencé a estudiar en el Instituto de Televisión Gukje en el barrio de Euljiro 2-ga. Después de terminar mis estudios en aquel centro llegué a Sewoon Sangga y conseguí trabajo. En aquel momento no era normal que la gente tuviera un televisor en casa. Era antes incluso de que existiera la cadena nacional de televisión KBS. La gente que podía permitírselo compraba un televisor para ver las transmisiones del Ejército estadounidense. Comencé instalando y arreglando estos televisores. Lim: Entonces, ¿cómo conoció a Paik Nam June?

Lee: Tengo que explicar primero el contexto. En 1986 tuvo lugar la primera feria comercial de electrodomésticos de Corea. La Feria Internacional de Comercio de Seúl se inauguró en lo que hoy es el Centro de Convenciones COEX, en el barrio de Samseong-dong, y la competencia entre Samsung y LG era realmente intensa. Ambas corporaciones se medían en una batalla de ideas, bajo el más estricto secreto, para ofrecer la exhibición más innovadora en la gran inauguración. Samsung me encargó la instalación de un “muro de televisores”. Logré construir un muro con 528 de estos aparatos en poco tiempo, de modo que luego me encargaron hacer todas las pantallas para las principales tiendas de electrónica de Samsung en Seúl. Y luego llegó el año 1988. El Sr. Paik estaba buscando un técnico para que le ayudara a construir “Cuantos más, mejor” y acabó poniéndose en contacto conmigo, porque ya hacía ese trabajo para Samsung. Me preguntó: “¿Puedes hacerme uno con 1.003?” y por supuesto dije: “sí, lo puedo hacer”. Solo pensaba: “hice uno con 528, así que no tiene que ser una tarea imposible duplicar ese número”. En aquel momento no tenía ni la más mínima idea de lo importante que era Paik Nam June, ni de la vergüenza que supondría no poder lograrlo de cara a la comunidad artística internacional. La gente dice que la ignorancia es atrevida, ¿verdad?

Lim: ¿Llevó a cabo sin complicaciones la tarea de “Cuantos más, mejor”?

Lee: El Sr. Paik me encargó instalar los 1,003 televisores, y después se fue a Estados Unidos. Tan solo me dijo: “haz un buen trabajo”. Era el tipo de persona que, si confiaba en ti, lo hacía al cien por cien. En aquel momento el mayor desafío a la hora de instalar televisores a tan gran escala era cómo gestionar la transmisión de video. Incluso en Japón solo había un dispositivo capaz de distribuir video para un total de seis televisores simultáneamente, y cada uno de esos aparatos valía 500 dólares. Era demasiado caro. Así que empecé a hacer el mío propio desde cero. Al final los 1.003 televisores funcionaron perfectamente en la fecha prevista para la transmisión en vivo. Aquella fue la mejor sensación que tuve, y creo que el señor Paik también estaba muy sorprendido. Más tarde, de vuelta en Corea, me confesó: “Si te soy sincero, pensé que habría sido un gran logro aunque solo hubieran funcionado la mitad”. Y luego me solicitó: “tengo que hacer otro trabajo en Nueva York. ¿Podrías hacerlo?” Y respondí: “claro que sí, ¿por qué no? El trabajo era concretamente “Fin de Siècle II”, una instalación para el Museo Whitney en 1989.

Después de aquel trabajo el Sr. Paik me envió a Suiza, donde ni siquiera podía hablar el idioma. Tuve que instalar 80 televisores en una semana y, por culpa de mi enorme equipaje, repleto de piezas y herramientas de televisores, terminé atrapado en la aduana del aeropuerto de Zúrich. Discutí con el oficial de aduanas, hablando en coreano y haciendo señas con las manos y los pies. Terminé el trabajo en menos de cinco días y hasta pude salir y hacer un poco de turismo. Fue entonces cuando el Sr. Paik realmente llegó a creer en mi agilidad y capacidad de adaptación.

En esta foto de 1994, Paik Nam June y Lee Jung-sung prueban una versión previa de “Megatron / Matrix” en la oficina de Paik en Seúl.

Intercambio de ideas
Lim: Paik Nam June era artista y usted técnico. ¿Había algún problema de comunicación a la hora de trabajar

Lee: Cuando trabajaba con el Sr. Paik, nunca tuvimos que usar nada parecido a un esquema oficial. Pasábamos mucho tiempo juntos en restaurantes y cafeterías. Donde quiera que viajáramos en el mundo, nos sentábamos durante horas discutiendo cosas y dibujando ideas en servilletas de restaurantes y manteles de papel. A veces incluso dibujábamos en los estuches de las cintas de vídeo y hasta en los paquetes de tabaco. Los diagramas y explicaciones que garabateábamos parecían las tablas de dígitos aleatorios que los espías usan en las películas, pero no había problema porque en realidad yo era el único que necesitaba entenderlos.

Diagrama de las obras de Paik Nam June presentadas en la Bienal de Venecia de 1993. Paik representó a Alemania en la bienal de arte y recibió el León de Oro.

Dibujo de Paik Nam June como regalo para Lee Jung-sung.

Resumen del concepto de “Megatron/Matrix” (1995) dibujado por Paik Nam June en un mantel de papel de una cafetería junto a la estación Montparnasse de París. El primer “Megatron/Matrix” es propiedad de Smithsonian American Art Museum en Washington, DC, el segundo del Museo de Arte de Seúl y el tercero del Museo de Arte Olímpico de Seúl.

Muchas obras de arte comenzaban con el Sr. Paik diciendo: “¿recuerdas lo que hablamos en aquella cafetería en Francia? ¿Podemos hacer algo de eso?” o, “lo que habíamos comentado en Nueva York, ¡probémoslo!”. La idea de “Megatron/Matrix” (1995), que incluía imágenes animadas con pantallas de video, surgió así. Un día acababa de terminar una exposición en el Centro Pompidou en París y hubo una recepción. Los dos nos inventamos una excusa, le dijimos al director del centro que no nos sentíamos bien y salimos. Fuimos directamente a un café cerca de la estación de Montparnasse y nos sentamos en el mejor lugar. Desde nuestra mesa había una vista directa de lo que entonces era la pantalla publicitaria de neón más grande de Europa. Era una mesa en la ventana que solo se podía conseguir pagando por adelantado, incluyendo una generosa propina al camarero. Allí nos sentamos a mirar por la ventana y creamos el plan para esa obra de arte.

Lim: Cuando empezó usted era un técnico. ¿Cómo logró entender el mundo creativo de Paik Nam June, cuando ni siquiera la gente en el ámbito del arte de aquel momento lograba comprenderlo del todo.

“Torre” (2001) expuesta en “LETTRES DU VOYANT:
Joseph Beuys x Paik Nam June” en HOW Art Museum, Shanghái, en 2018. Lee Jung-sung pasó dos semanas instalando las obras de Paik para esa exposición.
Cortesía de Lee Jung-sung.

Lee: Voy a darle la vuelta a la pregunta. ¿Usted entiende las pinturas de Picasso? No existe una respuesta correcta a la hora de apreciar las obras de arte. Solo es necesario sentirlas uno mismo, como “eso es divertido” o “eso se ve bien”. Al principio yo hacía de forma pasiva lo que el Sr. Paik me pedía que hiciera, pero a partir de cierto momento empecé a proponer mis ideas con franqueza. Si tenía que decir: “creo que sería bueno si agregáramos algo como esto, ¿qué piensas?”, él respondía: “oye, amigo, deberías haberlo dicho desde el principio”. Y entonces comprendí: “ah, si sugiero mis ideas de antemano él puede decidir si aplicarlas o no”. Y así fue.

Al intercambiar opiniones así tan libremente, también me sumergí con él en su mundo artístico. Cuando salíamos juntos al extranjero nos quedábamos despiertos hablando toda la noche. Cuando fuimos al barrio coreano en Nueva York, él reservaba una mesa para seis personas en un restaurante. Íbamos los dos, pedíamos lo suficiente para seis u ocho personas y charlábamos hasta las 4 o las 5 de la mañana. El Sr. Paik generalmente se levantaba a mediodía y para él era una rutina trabajar de noche, por lo que incluso a las dos o tres de la madrugada estaba despierto y con los ojos brillantes.

Lim: ¿De qué hablaban durante tanto tiempo? ¿Qué tipo de persona era Paik Nam June?

Lee: En nuestras conversaciones los temas saltaban de aquí a allá, igual que los frijoles secos cuando rebotan sobre suelo duro. Por ejemplo, estábamos hablando de cómo vivían ahora sus antiguos compañeros de clase, o cómo se desarrollaba la política coreana, y de repente la conversación pasaba a “¿de qué va la novela Tierra de Park Kyung-ni?”. Él tenía un conocimiento muy amplio de lo que estaba sucediendo en Corea gracias a las pilas y pilas de periódicos que leía. Una de mis tareas era reunir un montón de periódicos todos los días, desde el New York Times y el Washington Post hasta todas las cabeceras coreanas, y llevarlos a su casa. Él leía todos ellos en detalle.

Cuando el Sr. Paik estaba aún vivo, un día le pregunté:
“¿qué hacemos si se rompen los televisores?”
y él simplemente respondió:
“cuando eso suceda, los reemplazaremos por otros que funcionen”.

Conservación y Restauración
Lim: Hace mucho tiempo que pudieron empezar a funcionar los televisores de “Cuantos más, mejor” en el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Gwacheon, en la provincia de Gyeonggi. La situación parece haberse estancado debido a las opiniones enfrentadas en el mundo del arte acerca de los métodos de restauración, como la sustitución de los monitores.

Lee: Hay varias formas de hacer esto. El primer método sería reemplazar los televisores por pantallas de tubo Braun, pero es una opción muy difícil al tratarse de una pirámide que mide 19 metros de altura. El método que más me convence es reemplazar los antiguos tubos Braun con pantallas LCD. Pero choca con la opinión de que los LCD de pantalla plana arruinarían las líneas curvas de los sistemas de tubos Braun de la obra original. No estoy de acuerdo en esto. Cuando se trata de arte multimedia, ¿no está el espíritu del artista en el software, en vez de en el hardware? “Rapsodia de Seúl” (2001), en el Museo de Arte de Seúl, se construyó con pantallas planas. Cuando el Sr. Paik hizo “Cuantos más, mejor” no usó los juegos de tubos de Braun porque le gustaran más. Fue porque eso era lo que había en aquel momento, y por ello no pudo evitar usarlos. Por tanto, no estoy de acuerdo con la opinión de que reemplazarlos supondría dañar el trabajo original.

Cuando el Sr. Paik estaba aún vivo, un día le pregunté: “¿qué hacemos si se rompen los televisores?”, y él simplemente respondió: “cuando eso suceda, los reemplazaremos por otros que funcionen”. Si él viera la situación actual, estoy seguro de que le produciría risa. En algunos círculos la gente incluso insinúa que la obra se debe desarmar por completo. Pero si hacemos eso, a la larga terminaremos siendo el hazmerreír de la comunidad internacional. Lim: ¿Se necesita mucho para mantener las obras de Paik Nam June? Y… ¿en qué trabaja estos días aparte de eso?

Lee: No hace mucho trabajé en restaurar la obra “108 agonías” (1998) en Gyeongju. Estaba tan dañada que me llevó una semana entera. También me ocupé de “Barco tortuga fractal”(1993) en el Museo de Arte de Daejeon. Recientemente fui al Museo Whitney en Nueva York para ayudar con la conservación de “Fin de Siècle II”. Además, doy consejos a jóvenes artistas que comienzan y ocasionalmente imparto conferencias. Este otoño hay una gran retrospectiva de Paik Nam June en Nanjing, China, y es posible que trabaje allí. También tengo que seguir poniendo mi corazón y mi alma en la organización de su archivo.

Lim: La era de YouTube está en pleno apogeo. ¿Cómo ve el arte de Paik Nam June desde el punto de vista actual

Lee: Él fue acumulando deudas para crear obras de arte innovadoras, pero con la tecnología actual habría hecho un montón de creaciones realmente inusuales. En sus últimos años dejó de hacer videoarte y trató de dedicarse al arte láser, pero el

coste era muy elevado. Estuvo a punto de probar láseres de uso militar. Si los láseres y los LED hubieran estado disponibles cuando el Sr. Paik creaba, probablemente habríamos descubierto otro Paik Nam June, completamente distinto al que conocemos. Lim: ¿Aún recuerda a veces los días en los que trabajaba con Paik Nam June?

Lee: Por supuesto. Yo no era más que un técnico, pero cuando trabajaba con el Sr. Paik en sus obras de arte viajaba por todo el mundo y no me faltaba de nada. A decir verdad, incluso ahora, una o dos veces al mes, aparece en mis sueños y trabajamos juntos en algo completamente nuevo. En los sueños nunca volvemos a trabajar en las obras del pasado. Tal vez su insistencia de buscar siempre lo nuevo perdura de algún modo.

Lee Jung-sung en su estudio de Sewoon Sangga, edificio comercial en el centro de Seúl. Su estudio está repleto de televisores viejos y piezas electrónicas coleccionadas por él. Lee afirma que, aún a día de hoy, una o dos veces al mes sueña que trabaja con Paik Nam June.

Lim Hee-yun Periodista de Cultura, The Dong-a Ilbo
Heo Dong-wuk Fotógrafo

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