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2020 SUMMER

Dos ingeniosas vacunas contra pandemias

Sociobiólogo, etólogo y profesor de la Universidad de Mujeres Ewha, Choe Jae-chun, ha advertido durante mucho tiempo del riesgo de destruir los ecosistemas. Mientras que la Humanidad lidia con el COVID-19, predice una repetición de escenario si no cuidamos el entorno natural.

“Necesitamos reflexionar sobre la destrucción ecológica que toleramos en nombre del crecimiento económico y dar marcha atrás. Resulta mucho más económico proteger la naturaleza que desarrollarla”.

El profesor Choe Jae-chun y la Dra. Jane Goodall visitan Dragon Swamp en el monte Daeam, provincia de Gangwon, en un evento de 2017 en pro del medio ambiente, organizado por Biodiversity Foundation, dirigida por ellos. La fundación apoya la investigación de estudios animales y ambientales, y divulga material educativo. Dragon Swamp, o Yongneup, es el primer humedal protegido de Corea bajo la Convención de Ramsar. © Cho Soo-jeong

La hormiga cortadora de hojas es la estrella del Instituto Nacional de Ecología ubicado en el condado de Seocheon, provincia de Chungcheong del Sur. Endémicas de las regiones tropicales de América Central y del Sur, estas hormigas cortan las hojas de los árboles, las llevan a su nido y las mastican hasta lograr una mezcla que usan para fertilizar sus jardines de hongos. Estas hormigas han sido granjeras durante mucho, mucho más tiempo que los humanos, que comenzaron a domesticar animales y cultivar campos hace unos 10.000 años.

Si observamos cuidadosamente a estas hormigas veremos que, mientras se apresuran, algunas van cubiertas de una especie de polvo blanco. Ese polvo es en realidad una bacteria con propiedades antimicrobianas que esterilizan contra la plaga que ataca los cultivos de hongos de las hormigas. Durante millones de años, esta ha sido la simbiosis entre la hormiga cortadora de hojas y los microorganismos.

El profesor Choe Jae-chun, ecólogo y director-fundador del instituto, lo primero que hizo fue traer esta hormiga a su lugar de trabajo. Conocido como el “Doctor de las hormigas” y defensor del conocimiento consistente, Choe asegura desde hace tiempo que “para mantener la biodiversidad, la Humanidad ha de afrontar la crisis climática y actuar”. En un reciente día de primavera, con las forsitias en plena floración, le conocí en el campus de Ewha.

El profesor Choe Jae-chun enfatiza el compromiso con los problemas del cambio climático en unaen el campus de la Universidad Ewha Womans. Defensor de la unidad del conocimiento, el Dr. Choe actualmente es jefe de departamento en Ewha.

Hace tiempo predijo un brote viral como el que ahora vivimos, ¿verdad?

Como ecólogo que estudia tanto la ecología como la evolución era imposible no preocuparse por los problemas que se gestaban entre virus y seres humanos. Primero hay que reconocer algo básico: si los humanos y los virus compiten entre sí, sencillamente no hay forma de que ganen los humanos. Los virus llevan mucho más tiempo en la Tierra que los seres humanos, y en este mismo momento hay innumerables cepas en todo el planeta, emboscadas y listas para atacar. Entre ellos hay algunos que, a la menor ocasión, harán todo lo posible por mutar para hacer de los seres humanos un huésped adecuado. La mayoría falla, pero lo que ha sucedido ahora es eso: uno tremendamente astuto se ha revelado. Es fácil de propagar incluso con síntomas débiles, su tasa de mortandad no es muy elevada y, con los humanos como anfitrión, ha logrado propagarse por todo el mundo.

¿Qué se puede hacer para resolver esta pandemia?

La Humanidad hallará una forma concreta de superar esta pandemia, pero el problema es que no será la última. Habrá un flujo interminable de nuevos virus que buscan ser huéspedes de los humanos. Entonces, aunque logremos una vacuna para esta cepa de coronavirus durante los próximos 18 meses, quizá cuando la vacuna llegue, ya tengamos otro virus.

Entonces, ¿qué debe hacer la Humanidad?

Necesitamos contramedidas esenciales para evitar la propagación de cualquier virus. Me gustaría llamarlas “eco-vacunas” o “vacunas de comportamiento”.

Esa vacuna conductual suena a “distanciamiento social” amplificado…

Así es. El distanciamiento social es un gran ejemplo de excelente vacuna conductual. Eso puede sonar demasiado simple, pero si pudiéramos congelar el mundo exactamente dos semanas, no más, todas las vías de propagación del COVID-19 se bloquearían y el único trabajo que quedaría sería tratar a los ya infectados. Si el mundo pudiera llegar a un acuerdo y detenerse todos a la vez, no habría una vacuna más efectiva que esa.

¿Esa eco-vacuna implica acabar con la imprudente destrucción de ecosistemas que con tanta frecuencia se da en la Humanidad?

Exacto. La razón por la que los virus atacan continuamente a los seres humanos es que muchos de los animales, previos huéspedes de los virus y sus ecosistemas naturales han desaparecido. Durante mucho tiempo, era casi imposible que un virus que viviera en un murciélago en una cueva del bosque se topara con un ser humano. Realmente no había razón para que los murciélagos, las civetas, los camellos o los pangolines tomaran contacto con nosotros. Es resultado de la destrucción de bosques y de la captura y cría de animales salvajes para alimentación. Todas estas prácticas se han vuelto comunes. De ahora en adelante debemos dejar a los animales salvajes solos, para que los virus no puedan dar ese salto. Por eso el cambio climático y la eliminación de la biodiversidad implican propagación de virus.

El profesor Choe explica ecología a unos alumnos de primaria, en una exposición especial sobre el hábitat de las hormigas del Instituto Nacional de Ecología, en 2015. Fue fundador del instituto y director de 2013 a 2015. © Munhwa Daily

La humanidad ha visto la destrucción ecológica como parte del crecimiento económico…

Ese es el problema. Estábamos tan ocupados persiguiendo el crecimiento económico que nunca consideramos la destrucción ecológica como un problema. Pero, ¿qué tenemos como resultado? Toda la economía global se ha frenado en seco por el brote viral y sufre un daño inimaginable. Necesitamos reflexionar sobre la destrucción ecológica que permitimos en nombre del crecimiento económico, y dar marcha atrás. En realidad, resulta mucho más económico proteger la naturaleza que desarrollarla. Y debemos entender que una vacuna ecológica es la receta básica para bloquear otro brote vírico.

¿Cree que esta ocasión permitirá tomar otro camino?

¿Cómo podría pasar? Los humanos somos animales olvidadizos. Una vez pase la pandemia, las personas volverán a vivir como antes. Aunque a la vez esta pandemia se convertirá en un despertar ecológico, y el volumen de personas que pasarán a la acción aumentará gradualmente, quizá a pares. Pero esas personas deben unirse para liderar el camino hacia un cambio significativo.

Sobre la vacuna conductual, parece que el distanciamiento social será permanente…

Los humanos son los únicos animales en la tierra que han evolucionado hasta el libre intercambio entre un gran número de individuos desconocidos de la misma especie. Imagina que hay 20 y 30 extraños sentados en un Starbucks, podemos entrar allí solos, sin temor. ¿Qué crees que pasaría si eso ocurriera en el mundo de los chimpancés? El grupo de chimpancés atacaría, y el extraño moriría en menos de un minuto. Lo mismo ocurre en el mundo de las hormigas. Claro, este virus significa que los humanos nos distanciaremos por un tiempo, pero no creo que esa preocupación dure para siempre. Por mucho que seamos fruto de un maravilloso proceso evolutivo, continuaremos agrupándonos, reuniéndonos y tocándonos. Por supuesto, si el patrón de brotes virales persiste, tendremos que repetir todo el proceso de distanciamiento cada vez. Nos separaremos un tiempo y nos volveremos a reunir, y probablemente nos amaremos y apreciaremos mucho más.

Los campus han cerrado y las ponencias son en línea. ¿Cómo pasa su tiempo?

Es el tiempo de mayor libertad que he tenido en años. Gran parte de la amplia gama de conferencias y clases planificadas, tanto aquí como en el extranjero, han sido canceladas. Me reúno con mis alumnos mediante ponencias en línea y disfruto de este espacio inesperado. De hecho, he podido hacer un gran progreso en el manuscrito de un libro que llevaba tiempo aplazando por mi apretada agenda. Casi lo he acabado, podrán verlo pronto.

¿De qué trata su próximo libro?

Es un libro que enseña a ser bueno debatiendo. Suena exagerado para un ecologista, pero en realidad no lo es. Muchos animales aprenden del mundo natural. Pero de entre todos los que aprenden, solo los humanos nos hemos convertido en “señores de toda la creación”. La razón clave es que los humanos son animales que llevan su línea de origen con ellos.

¿Animales que llevan su línea de origen?

Cada generación de seres humanos mueve el punto de partida exactamente hasta los logros de la generación anterior, y luego comienza desde ese punto. Somos la única especie que hace eso. Así, la tarea más importante para los humanos es aprender de las generaciones que nos precedieron, confiar en los demás y compartir ese conocimiento.

Sería bueno que esta pandemia afectara positivamente al punto de partida de la Humanidad…

La Dra. Jane Goodall, que siempre tiene palabras de esperanza, me dijo algo la última vez que hablamos. “También pasarán cosas buenas”, afirmó. “Ya hemos pasado por esto varias veces. Quizá ahora la gente comience a ver que en realidad es bueno para nosotros dejar a la naturaleza en paz, tal como es y tanto como sea posible”. Realmente, espero que así sea. 

Kang Yang-guPeriodista científico
Heo Dong-wukFotógrafo

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