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2019 SPRING

Saludando a la primavera

Heung y han son los conceptos más usados para describir el comportamiento de los coreanos. El primero alude a la alegría de vivir y al impulso de jugar cuando las energías terrenales y humanas se entrecruzan; mientras que el último se refiere a la emoción contenida que emana de problemas no resueltos.

Una acepción distintiva de heung es disfrutar las flores de inicio de primavera. Cuando llega marzo, los más ansiosos miran sin parar por sus ventanas impacientes. Sin embargo, solo a finales de mes empiezan a llegar noticias de las flores de primavera que brotaron en la isla de Jeju. Más tarde, aumenta el flujo de trenes y autobuses hacia el sur, y las almas inquietas comienzan a hacer planes de viaje. Las flores de primavera más populares entre los coreanos son las rosadas de cerezo (beotkkot), seguidas de las flores de ciruelo blanco (maehwa) y de las de cereza amarilla de cornalina (yuchae).

Los festivales de flores de primavera comienzan en la aldea de Maehwa en Gwangyang, provincia de Jeolla del Sur. Los grupos de brillantes flores de ciruelo blanco que cubren las aldeas a lo largo de las orillas del río Seomjin, ofrecen gloriosas vistas que atraen a más de un millón de visitantes cada año.

Sin embargo, el más afamado es el Festival de Cerezos en flor de Jinhae de principios de abril, que comenzó en los años sesenta, pues Jinhae fue salpicado de cerezos durante el gobierno japonés. Los árboles junto a la base naval fueron removidos tras la liberación, pero los de la base permanecieron intactos y continuaron creciendo. Cuando más tarde descubrieron que los cerezos de Jinhae no eran de una especie japonesa, sino de la misma flor de cerezo coreana de la isla de Jeju, comenzó un movimiento para restaurarlos. Así, cada primavera, Jinhae se cubre de flores de cerezo que rocían a los visitantes con pétalos.

En rivalidad con Jinhae destaca la carretera de cuatro kilómetros que bordean más de mil cerezos en Hwagae, también en la provincia de Gyeongsang del Sur. Los árboles fueron plantados a ambos lados de una carretera construida en la década de 1930 para conectar el Mercado Hwagae y el Templo Ssangye. Su trazado se extiende a lo largo del río Seomjin serpenteando alrededor de las colinas, y arqueado por viejas ramas de cerezo, formando un fantástico túnel de flores.

En tanto, los habitantes de las ciudades que no pueden viajar no son privados de los placeres de la primavera. Algunos de los enclaves más famosos para ver brotar las flores en la primavera urbana son Yunjung-ro en Yeouido y el lago Seokchon en Seúl, el lago Bomun en Gyeongju, el condado de Gurye a los pies del monte Jiri, y la colina Dalmaji(saludo a la luna) en la playa Haeundae, en Busan.

Según las estadísticas, nueve de cada diez coreanos viajan para ver las flores en primavera. Pero cuando los turistas se van, tras saborear la primavera, quedan pilas de basura. La evanescente naturaleza primaveral puede ser un hilo de han que permanece en el aire.



Kim Hwa-young Crítico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes

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