Pese al duro aterrizaje inicial, la posterior opresión política y otras fluctuaciones, el rock se asentó continuamente hasta arraigar en Corea. Generaciones de nuevas bandas con talento y singularidad han creado obras maestras que representan el espíritu de su época.
Legendary. El legendario guitarrista de rock, cantante y compositor Shin Joong-hyun luce una “guitarra homenaje a medida” de Fender. El fabricante estadounidense solo regaló guitarras a contadas estrellas del rock, como Eric Clapton y Jeff Beck. En 2009, Shin fue el sexto destinatario. © Kwon Hyouk-jae
En 1964, los Beatles actuaron en el popular programa de variedades estadounidense “The Ed Sullivan Show”. Fue un momento decisivo para la “invasión británica”. Casi a la vez, en Corea, los ambiciosos primeros pasos de un joven grupo de rock se frustraron por la fría respuesta del público. Shin Joong-hyun, ahora conocido como el “padrino del rock coreano”, creó una banda llamada Add4 y lanzó el primer álbum de rock de Corea, pero el resultado fue devastador.
Ese fue un mal momento en la carrera del ya conocido músico, que aprendió solo a tocar la guitarra de niño y debutó en 1955 en un programa de clubes en la base del Octavo Ejército de los EE. UU. Tiempo después, volvió a publicar ese álbum con Seo Jeong-gil como voz principal, pero la respuesta siguió siendo tibia. Y solo mucho después, varias pistas de ese álbum, como “Woman in the Rain” y “A Cup of Coffee”, obtuvieron reconocimiento como canciones de época que trajeron una nueva era a la música popular coreana. En este país, la música rock comenzó con un fracaso.
Rock coreanizado
The Add4, primera banda de rock de Corea formada por Shin, lanzó su primer álbum “Woman in the Rain” en 1964, pero fue un estrepitoso fracaso.
Entonces, solo se tocaba rock en clubes en vivo en las bases del ejército de los EE. UU. o en salas de música de Seúl que atendían a un pequeño número de acérrimos fans. Las industrias de radiodifusión y grabación no entendían el rock, y carecían de la técnica para lanzar adecuadamente sus sonidos. Frustrado, Shin decidió irse a Vietnam, acompañando a las tropas estadounidenses que reconocían y disfrutaban su música. Pero si antes de partir no hubiera decidido producir un álbum para el dúo femenino Pearl Sisters, y si ese álbum no hubiera tenido tanto éxito, podría haber dejado el país y el título de “padrino del rock coreano” habría sido para otra persona.
En 1967, tres años después del fallido debut de Add4, hubo un “concurso de grupos vocales” sin precedentes en la pista de patinaje de Dongdaemun [Puerta Este], patrocinado por “Pops Koreana”, la primera revista de música pop del país. Y en 1969, tuvo lugar la competencia nacional de grupos vocales de la Copa Playboy (Playboy Productions) en el Salón de los Ciudadanos de Seúl (hoy Centro Sejong de Artes Escénicas). El evento, que se repetiría anualmente hasta 1971, fue un gran éxito que congregó a 17 bandas y atrajo a 40.000 espectadores. Obviamente, desde el primer intento de Shin de formar un grupo de rock, la escena musical había cambiado por completo. Diversos concursos de ese periodo fueron la base que ayudó a los músicos a perfeccionar sus habilidades en los clubes del Ejército de EE. UU., para poder llegar a más público. En ese proceso, las bandas de rock se hicieron fuertes para sobrevivir.
Shin creó una nueva banda llamada Shin Joong-hyun & The Yup Juns (yupjun significa “monedas de agujero cuadrado") en 1974, y a la primavera siguiente, lanzaron su primer álbum, que contenía “The Beauty” (Mi-in), tema destinado a convertirse en un clásico del rock coreano. Caracterizado por letras simples y melodías breves y pegadizas, el álbum vendió 100.000 copias, una impresionante hazaña para el deprimido mercado musical de la época. Este dio pasó a “You Don’t Know” de Black Butterfly (Dangsin-eun molla), que vendió más de 50.000 copias, mostrando el potencial del rock coreano, que dio un giro sorprendente en solo una década.
Otros proyectos de Shin demostraron que las habilidades de los grupos coreanos iban a la par con las prominentes bandas de rock occidentales; talentos que brillaron en una versión de “In-A-Gadda-Da-Vida” de Iron Butterfly por Questions, y en las interpretaciones psicodélicas de la banda The Men, ambas a cargo de Shin, en 1970 y 1972, respectivamente. Muchos otros grupos del momento también absorbieron e internalizaron el impacto de la música rock esparcido por el mundo, dotando al “rock coreano” de un marchamo distinto del rock occidental. En resumen, la primera mitad de la década de 1970 fue un momento de gran apogeo para el rock nacional.
Días oscuros y repunte
Sin embargo, ese auge naciente se detuvo abruptamente cuando el autoritario gobierno del presidente Park Chung-hee adoptó medidas para “purificar la música y las actuaciones populares” en 1975. Bajo esa política, varios artistas fueron encarcelados por fumar marihuana, Shin Joong-hyun entre ellos. Por frustración, y tras un largo periodo de declive, bastantes rockeros abandonaron la música.
Llegado un punto, los concursos para músicos universitarios que se emitían por televisión, comenzaron a llamar la atención del público sobre nuevas bandas, que tocaban música simple y honesta. Sanullim ("Mountain Echoes"), que debutó en 1977, fue una de esas bandas. Estaba formada por tres hermanos: Kim Chang-wan (guitarra, voz), Chang-hun (bajo, voz) y Chang-ik (batería). Su música presentaba letras sinceras y un sonido psicodélico que causó gran sensación, levantando el oscuro telón que había caído sobre la música rock. Su primer álbum vendió 400.000 copias en solo 20 días, y en febrero de 1979, los fans hicieron más de 500 metros de cola para comprar las entradas de su concierto de despedida. Otra destacada banda de finales de los 70 fue Love & Peace, cuyo álbum debut “It’s Been a While", de 1978, figura indiscutiblemente en cualquier lista de los 100 mejores álbumes de la música popular coreana.
Aunque la segunda mitad de la década de 1970 fue un desierto para la música rock en general, plantó semillas de esperanza para los rockeros de la siguiente generación.
MBC celebró el primer Festival Riverside en 1979 en el parque de atracciones Cheongpyeong. Este concurso de canciones creativas para universitarios sirvió como puerta al éxito a muchos músicos-estrella. © Kim Hyeong-chan
Diversidad y madurez
La década de 1980 vio surgir varios géneros musicales nuevos en Corea, tales como new wave, funk, fusión, hard rock y heavy metal, y los músicos de rock respondieron con entusiasmo. En particular, la banda Songgolmae ("Halcones peregrinos") pudo llegar a un público más amplio, ajustando su sensibilidad pop hasta captar el gusto local. El grupo contribuyó a la popularización del rock al actuar con frecuencia en televisión y radio.
En tanto, otra distinguida banda que crecería hasta convertirse en símbolo de la música de los 80 al margen del mainstream fue Deulgukhwa ("Crisantemo salvaje"). Actuaban principalmente en teatros pequeños, y su atractivo derivaba en parte de sus magistrales composiciones, que abarcaban rock, blues, pop y folk. Esas clásicas melodías de piano y esos fuertes ritmos de batería encendían los corazones de los jóvenes fans, que ardían como un cóctel molotov lanzado en la penumbra de la opresión política. Su álbum de debut “Parade” (1985) batió récord de permanencia en la cima de los 100 mejores álbumes de música popular coreana que compilaban varios medios de comunicación.
Deulgukhwa lideró esa etapa junto con otras bandas dotadas de talento y singularidad. Algunas mezclaban sonidos pop con rock progresivo, otras creaban sofisticado jazz de fusión, mientras otras cantaban blues con estilo coreano. Gracias a esas bandas, el rock coreano de la década de 1980 logró diversidad y madurez.
El rockero Jeon In-kwon (1954-) en el Festival Arirang de Seúl 2016 en la Plaza Gwanghwamun. Vocalista principal de la banda de rock Wild Chrysanthemums (activos 1985-1995), cautivó a los jóvenes de la década de 1980 con su voz áspera y gritona. Su álbum de debut es considerado una de las obras maestras del pop coreano. © Seoul Arirang Festival
La escena indie
La zona junto a la Universidad Hongik de Seúl ha sido durante mucho tiempo un espacio cultural especializado, repleto de estudios de arte, institutos, talleres y galerías. Cuando abrieron la estación de metro en 1984, los artistas y los jóvenes que amaban ese ambiente comenzaron a establecerse en las cercanías, convirtiendo la zona en un punto de interés cultural que se ganó el apodo de “Hongdae” (acrónimo coreano de la Universidad de Hongik). Además, el alquiler relativamente barato de la zona hizo posible que abrieran clubes de música en vivo, que trajeron el funk tecnológico y el rock moderno a Corea. Todo comenzó con músicos que habían rechazado el sistema de producción de las grandes agencias, optando por una vida más sostenible y por hacer música sin interferencias, con producciones independientes y a pequeña escala. Al final, generaron un cambio tectónico que dividiría la música popular coreana en pre y post-1990.
Pero la llegada de Internet también influyó en los jóvenes músicos independientes. Por ejemplo, Deli Spice, una banda de los 90 que tocaba música experimental basada en rock moderno, surgió porque sus integrantes se conocieron en un chat de Hitel, una plataforma de comunicación en línea. La canción “Chau Chau” de su primer álbum y “Run the Horse” de la banda de punk rock Crying Nut, estimularon el nacimiento y la revuelta de la música indie coreana, a manos de la recién creada comunidad musical de Hongdae.
Más tarde, diversos subgéneros como el garaje, el rock moderno y el hardcore encandilaron más a los fans musicales de la década de 2000, que la potencia del rock en la escena indie. Varios de esos grupos saltaron al estrellato, y bandas como Black Skirts, Broccoli, You Too? y Kiha & The Faces marcaron el apogeo de la escena indie coreana. En cambio, otras bandas de finales de la década de 2010, como Jannabi y Hyukoh, comenzaron a pasar del indie al mainstream, aprovechando al máximo los renovados sistemas de producción de Corea. Hoy ya no sorprende que las bandas coreanas colaboren en eventos del Sudeste Asiático o actúen en países occidentales.
El mainstream y la música indie se retroalimentan mutuamente. Aunque es lamentable que las bandas de rock ya no sean el eje de la música popular, el rock coreano continúa evolucionando, y la historia de la década de 2020 está por escribir.
Banda de ‘indie rock’ Kiha & The Faces (activa 2008-2018) en 2009 en KT&G Sangsang Madang, barrio de Hongdae. Con sus letras y melodías radicalmente innovadoras y su estilo de canto, se convirtió en ícono de la música indie de segunda generación de Corea. Mimi Sisters, el coro de la banda, formó un dúo independiente en 2011. © Newsbank
Aunque es lamentable que las bandas de rock ya no sean el eje de la música popular, el rock coreano todavía evoluciona, y la historia de la década de 2020 está por escribir.
Raíces de la música afroamericana en Corea
Kim Zak-ka Crítico musical; Miembro del Comité de selección, Korean Music Awards
Como subcultura de jóvenes afroamericanos de Compton, California o del Bronx, Nueva York, el hip hop produjo legión de estrellas en los 80 y 90, destronando al R&B como género dominante de la música afroamericana. También tuvo un fuerte impacto en los jóvenes coreanos entonces, y mantiene un gran influjo en la escena de la música pop de Corea.
Batalla de baile en Moon Night, un club nocturno de Itaewon, Seúl. Conocido como cuna de la música dance en Corea, fue pionero en eventos de ese estilo musical en los noventa. © Gramho
Logotipo de Moon Night, apodado como “Leyenda de Itaewon”.
Hip Hop
A finales de los 80, cuando la música rock era un elemento destacado de la cultura juvenil coreana, en el país comenzó a crearse una comunidad de fans de la música afroamericana. El caldo de cultivo fue Moon Night, un club nocturno en el barrio Itaewon de Seúl, lugar que siempre estaba a la última en música de baile occidental. Previamente, la clientela de Moon Night eran soldados estadounidenses estacionados en Corea, pero años antes también iban los locales. Los jóvenes bailarines coreanos que frecuentaban el club estuvieron expuestos a la auténtica música de baile negra estadounidense, como música disco y funk, y a las últimas tendencias, como el hip hop y el nuevo jack swing.
Ahí surgieron muchos impulsores de la música dance, que reinaron en las ondas en la década de 1990. Apasionados clubbers como Seo Taiji & Boys, demostraron que podían rapear de modo natural en idioma coreano, y cautivaron a los fans con la enorme potencia de sus movimientos de baile. Gracias a este célebre trío, la música dance se adentró en el panorama del pop local, y las agencias de talentos comenzaron a entrenar formalmente a los bailarines que se habían hecho un nombre en el Moon Night. El increíble éxito de “Come Back Home” (1995), tema basado en el rap gánster del cuarto álbum de Seo Taiji & Boys, abonó el terreno para que el hip hop arraigara en Corea.
Casi a la vez, Black Loud Exploders (BLEX), una sala de chat para fans de la música afroamericana, de la plataforma en línea Hitel, sirvió como cuna del hip hop underground. Los miembros de BLEX produjeron mixtapes, grabando raps con ritmos que ellos componían, y usando rap de estilo libre como tono de llamada. Además de escribir su propia música, también recopilaban información relevante del extranjero, ayudando a enriquecer la cultura local del hip hop. Masterplan, uno de los clubes en vivo del barrio de Hongdae, ofrecía regularmente su escenario a los músicos de hip hop, que a su vez generaba una mayor demanda de música.
Escena de “Show Me the Money”, programa de supervivencia hip-hop del canal por cable Mnet. Desde su primera temporada en 2012 se emite anualmente, impulsando la popularidad del hip hop. © Captura de Mnet
Junto al trío masculino Solid, Lena Park (1976-) lideró la etapa del R&B que arrasaba en la escena del pop coreano a finales de los noventa. © Captura de KBS
R&B
Mientras que el hip hop surgió espontáneamente en Corea, el R&B fue importado a través de los coreano-estadounidenses. Excepto por el impresionante intento del residente local Yoo Young-jin, quien compuso y cantó “Your Scent”, las voces de R&B con letras coreanas llegaron principalmente de artistas criados en Estados Unidos. Un buen ejemplo es Solid, un trío de coreanos estadounidenses, incluido George Han Kim. “Holding onto the End of the Night” (1995), un sencillo de su segundo álbum, fue el éxito que marcó el comienzo de una era dorada del R&B coreano.
Poco después, otra vocalista coreana-estadounidense llamada Lena Park tuvo un exitoso debut con “P.S. I Love You” (1998), y su popularidad puso al R&B como centro del género de baladas. Al no haber entrenamiento profesional de música pop en ese entonces, para los cantantes coreanos nativos resultaba difícil aprender los vibratos y otros rasgos típicos de la música afroamericana. Los coreanos estadounidenses familiarizados con las voces del R&B a través de coros de iglesias, podían crear un estilo original con mucho más éxito.
En la década de 2000, impulsada por el mega hit de Brown Eyes “Already One Year” y “Think About‘ Chu” de Asoto Union, las canciones de estilo afroamericano copaban gran parte de la música popular convencional. Mientras, los músicos se esforzaban continuamente por no solo imitar estilos extranjeros, entrelazando sensibilidades coreanas en el R&B para crear las llamadas “baladas de tiempo medio”, una megatendencia en la escena de la música pop de mediados de la década de 2000.
Michael Jackson
Junto con la música electrónica de baile (EDM), el hip hop fue un elemento crucial de la música idol K-pop actual. “Show Me the Money”, un programa de audición televisiva que impulsó el auge del hip hop desde mitad de la década de 2010, elevó la presencia de los raperos en las listas de música y en festivales universitarios. Esto supuso un cambio radical respecto a antes de 1990, cuando el hip hop era ridiculizado como “música de briquetas de carbón”. Incluso entonces, sin embargo, hubo una sorprendente excepción: Michael Jackson.
Michael Jackson tuvo un impacto masivo en las posibles estrellas pop de Corea, que bailaban toda la noche gastando el piso del Moon Night. Esos apasionados jóvenes tienen una gran deuda con su icónico héroe, y en este sentido, podríamos decir que Michael Jackson y su música marcaron todo un hito en la historia de la música pop coreana.
SeoJeong Min-gapComentarista de Música popular