La provincia de Gangwon es una tierra de montañas, ríos y mar, y posee una cultura única que se nutre de esos elementos geográficos. Numerosos templos budistas antiguos se encuentran diseminados entre las profundas montañas de todo el país, mientras que el sonido de las canciones marineras, imbuidas de las alegrías y tristezas de la vida, fluye por los ríos que alguna vez transportaron la madera que se producía en regiones apartadas.
Auraji en Jeongseon es punto de encuentro de dos arroyos, desde donde se origina el río Namhan [El sur del río Han]. Lugar de nacimiento de “Jeongseon Arirang”, una de las canciones folclóricas más famosas de Corea, fue durante mucho tiempo una famosa parada en el canal, donde la madera de las montañas de la provincia de Gangwon era transportada a la capital.
La gente se ha sentido atraída por la provincia de Gangwon debido a sus montañas, sus ríos y su mar. En verano, el mar es el mayor atractivo, y en invierno, la nieve prístina se acumula en la cima de las montañas. En otoño, aquí las hojas comienzan a cambiar de color, y su fascinante follaje otoñal se mueve gradualmente hacia el sur, hasta extenderse por todo el país.
La provincia de Gangwon se ubica en el lado este de la península de Corea, y está dividida por Baekdu Daegan [“Gran cresta de cabeza blanca”], la larga cadena de montañas que conforma la columna vertebral del país. Para llegar desde Seúl, hay que cruzar los elevados pasos de montaña de Daegwallyeong, Jinburyeong, o Misiryeong más al norte. Si no, se puede optar por un tren, que da la vuelta y llega desde el sur tras pasar por Taebaek, Jeongdongjin hasta finalmente llegar a Gangneung. O bajando aún más al sur, se puede tomar la carretera nacional Nº 7 y conducir por la costa este pasando por Samcheok, Donghae y Gangneung hasta llegar a Goseong, justo debajo de la DMZ, la zona desmilitarizada.
La provincia está dividida en las regiones de Yeongdong [“Al este de los pasos”] y Yeongseo [“Al oeste de los pasos”], junto a la cordillera Taebaek, una de las principales cadenas de montañas de Baekdu Daegan. Los lugares mencionados anteriormente se encuentran en la región de Yeongdong; pero la región de Yeongseo es más grande e incluye las ciudades de Chuncheon, Hwacheon y Yanggu. Si bien Yeongdong es una tierra de montañas y mar, Yeongseo es una tierra de montañas y ríos. Así, una misma provincia ofrece entornos muy diferentes a los lados este y oeste de la cordillera que la atraviesa.
La columna vertebral de la península
El corazón de todas las montañas coreanas es la Cordillera Taebaek. Este sistema montañoso abarca una gran cantidad de altas montañas. De hecho, contiene una cadena de montañas de más de 1.500 metros de altura, que incluye el monte Seorak, el monte Odae, el monte Gariwang, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018, y por supuesto, el monte Taebaek, considerado como un sagrado desde la antigüedad.
En comparación, Daegwallyeong es solo una pequeña colina. Pero su paso es la principal ruta a través de la Cordillera Taebaek, que conecta las regiones oriental y occidental de la provincia, por lo que está muy arraigado en la mente de muchos coreanos como el paso de montaña por excelencia. En los viejos tiempos, cuando construir una carretera sobre las montañas no era nada fácil, el primer paso que conectó las dos regiones fue el de Daegwallyeong, a 832 metros de altura, entre Gangneung y Pyeongchang. Por tanto, era un camino y una puerta.
A lo largo de Baekdu Daegan no hay aldeas pues las montañas son muy escarpadas y la zona alrededor de Daegwall-yeong comprende una amplia área montañosa. Desde principios de verano hasta el otoño, está alfombrada con verdes vegetales, cultivados a gran altura. La primera vez que crucé este paso tenía 17 años. Mientras contemplaba los vastos campos de coles y de rábanos, pensé en la meseta de Kaema en Corea del Norte, un lugar donde nunca había estado y que nunca había visto ni en fotos. Probablemente es culpa de la palabra gowon, que significa “meseta”, cuyo nombre contiene. Luego comencé a entender por qué los adultos de entonces se referían a Daegwallyeong como “bisan biya”, expresión que alude a un terreno que “ni es monte ni es llano”.
Me entristece pensar en el monte Kumgang, ubicado en la parte norte de Baekdu Daegan, y por lo tanto en la Corea del Norte de hoy día. He oído que mi difunto abuelo pasaba todos los veranos en Oncheon-ri, un balneario al pie de la montaña. Solo una vez visité la montaña de la que siempre escuché hablar como en una leyenda. Fue en el año 2000, cuando partimos hacia la montaña en crucero desde el puerto de Donghae, a lo largo de la costa este.
templos enclavados en las montañas
Después de que la nación quedara dividida en Corea del Norte y Corea del Sur por la DMZ, el monte Seorak se convirtió en la montaña más famosa del sur. El peñón de Ulsan es sin duda magnífico, pero es el ambiente de la montaña cubierto de hojas de otoño lo que invita a pensar: “Ah, aquí es donde se enciende el fuego del otoño”.
En la profundidad de las montañas, los templos budistas fueron inevitablemente construidos. Gangneung es conocida por sus restos culturales confucianos y dicha ciudad costera no posee grandes templos, pero el Templo Sinheung y el Templo Baekdam, donde el famoso monje Manhae permaneció durante muchos años y elaboró un plan para reformar el budismo coreano, se encuentran en los más profundos recovecos del monte Seorak, al igual que el templo Woljeong y el templo Sangwon se ubican en el monte Odae. En el patio del templo Woljeong hay una pagoda de piedra octogonal de la dinastía Goryeo y frente a ella hay un bodhisattva de piedra sentado en postura de oración. Ambos sobrevivieron a los estragos de la Guerra de Corea cuando todas las estructuras de madera del templo fueron destruidas por el fuego. El Templo Sangwon custodia una serie de preciosos tesoros culturales, como la campana de bronce más antigua de Corea, y una escultura de madera de Manjusri, el bodhisattva de la sabiduría suprema, cuando era niño.
La figura sentada de Manjusri está envuelta en leyendas. Cuentan que el rey Sejo de la Dinastía Joseon sufría una terrible enfermedad de la piel y recorrió todos los manantiales de aguas famosas del país en busca de cura. Mientras se estaba bañando en el arroyo bajo el templo de Sangwon, dicen que Manjusri se le apareció y empezó a frotarle la espalda hasta sanarle. La leyenda dice que la historia está pintada en un mural del templo. Manjusri fue destinado originariamente al templo cercano a Munsu por la hija del rey Sejo, la princesa Euisuk, para rezar por su hijo, pero en algún momento se trasladó al templo de Sangwon.
El pico principal de la cordillera es, obviamente, el monte Taebaek, con una altura de 1.567 metros. Desde la antigüedad, es venerado como una de las tres montañas sagradas de Corea.
Pero además también es un lugar de leyenda. Dicen que el niño rey Danjong, derrocado del trono por su tío, el rey Sejo, murióen las montañas de Yeongwol y llegó al monte Taebaek montado en un caballo blanco para convertirse en dios de la montaña. En tanto, otro lugar históricamente significativo de la zona es el Archivo del monte Taebaek, donde fue custodiada una copia de los “Anales de la dinastía Joseon” (Joseon wangjo sillok) entre 1606 y 1910. Desde la cordillera Taebaek, se ramifica la cordillera Sobaek para formar el límite geográfico y cultural entre Gangwon y las provincias de Gyeongsang, al sur.
Cada verano, Auraji organiza un festival de rafting, y en las balsas de madera se canta el popular y tradicional “Arirang”. Nacido y ambientado en Auraji, el “Arirang” resuena con las alegrías y las tristezas de la vida, y las tristes notas de la canción fluyen río abajo con el agua atravesando Chungju, hasta que la corriente llega a Yangpyeong, en la provincia de Gyeonggi.
En los profundos barrancos de la provincia de Gangwon, se construyeron varios tipos de puentes en lugares donde era preciso cruzar. El puente de maleza (seopdari) sobre la corriente de Odae en el monte Odae es uno de ellos.
Bendición y regalo de la naturaleza
La Cordillera Taebaek se inclina abruptamente en el lado este, donde desciende hasta encontrarse con el mar. Las laderas más suaves del lado occidental acunan la cuenca de drenaje de los ríos Han y Nakdong. En Samsu-dong, en la ciudad de Taebaek, hay una montaña llamada Samsuryeong, literalmente “tres aguas fluyen”. Como su nombre indica, Samsu-dong es cuenca de tres ríos: el río Han, que desemboca en el Mar del Oeste; El río Nakdong, que desemboca en el Mar del Sur; y la corriente de Osip, que desemboca en el Mar del Este. Según un viejo y simpático cuento, una gota de lluvia que cayó en la cima de la montaña, salpicó y se esparció en tres gotitas: una fluyó hacia el este, otra hacia el oeste y otra hacia el sur.
Samsu-dong también es hogar de Hwangji, el lago del que fluye el río Nakdong, y Geomnyongso, manantial que es la fuente del río Han. La corriente principal del río Han, conocida como “cuerda de salvamento” del pueblo coreano, recorre 514 kilómetros, comenzando en Geomnyongso y se encuentra con otras corrientes en muchos valles, hasta desembocar en Jeongseon. Allí se une con Songcheon, un arroyo que comienza en el monte Hwangbyeong. Esas dos corrientes se encuentran en Auraji, nombre que significa “lugar donde se unen dos vías fluviales”. Y juntas, esas vías navegables adornan el paisaje. Jeongseon, aunque montañoso, posee tierras fértiles y aguas limpias. Gracias a su espléndido entorno, la gente solía acudir hasta allí para disfrutar del paisaje y deleitarse con la poesía, la música y el arte. En tanto, Auraji también era ampliamente conocido porque las balsas se reunían allí para transportar madera, cortada en las profundas montañas de la provincia, que luego bajaba por el río Namhan hasta Mapo, en la periferia sur de la capital, Hanyang (actual Seúl).
Cada verano, Auraji organiza un festival de rafting, y en las balsas de madera se canta el popular y tradicional “Arirang”. Nacido y ambientado en Auraji, el “Arirang” resuena con las alegrías y las tristezas de la vida, y las tristes notas de la canción fluyen río abajo con el agua atravesando Chungju, hasta que la corriente llega a Yangpyeong, en la provincia de Gyeonggi. Allí se encuentra con el río Bukhan, que nace en el monte Kumgang, y fluye hacia el sudoeste a través de Inje, Yanggu y Chuncheon antes de llegar a este punto. De ahí su nombre Dumulmeori, que significa “cabeza de dos canales”.
Donde el río Namhan se une al río Bukhan, ambos forman un río verdaderamente grande. Los ríos son una bendición de la naturaleza; algo que es posible comprobar no solo a lo largo de los tramos superiores; pues aquellos que viven río abajo, también son bendecidos. En Seúl y la provincia de Gyeonggi, 15 millones de personas dependen del río Han, mientras que aguas arriba tan solo viven 800.000 personas. Allí, el agua no se usa con fines industriales: solo se destina a uso doméstico o agrícola. Por tanto, el agua que fluye río abajo es verdaderamente limpia, y un maravilloso regalo para los habitantes de la ciudad.
Para la mayoría de los coreanos, “el mar” generalmente alude a las aguas azules del Mar del Este. Es por eso que un gran número de turistas acude a la playa de Gyeongpo, en Gangneung, durante todo el año. No muy lejos de Gyeongpo se encuentra Jeongdongjin, un lugar famoso a donde la gente acude en masa cada fin de semana para ver salir el sol sobre el Mar del Este. No en vano, la estación de Jeongdongjin solía ser solo una pequeña parada, pero a medida que las multitudes del amanecer entronizaron la noción de que Jeongdonjin es el lugar más cercano al “rumbo al este” de Seúl, se ha convertido en una gran y concurrida estación, por donde pasan 26 trenes diariamente. El amanecer sobre el Mar del Este ofrece una magnífica perspectiva desde cualquier parte de la costa; pero desde las vallas de alambre de púas de la zona desmilitarizada, en la parte más al norte de la provincia de Gangwon, resulta tan espectacular como desgarrador.
El amanecer visto desde la DMZ
Bodhisattva sentado en piedra adorna el patio principal del templo Woljeong en el monte Odae. Réplica de la escultura original del siglo XI, que se encuentra en el museo del templo.
Tan fascinante como el amanecer sobre el Mar del Este, es la vista nocturna del mar con los barcos de pesca. La frase “una ciudad que nunca duerme” comúnmente alude a una ciudad con calles bien iluminadas por la noche, pero si hay algo más brillante que las luces de la ciudad, son los cientos de barcos que pescan calamares de noche y convierten el mar en una alfombra de bombillas. Es una vista fantástica, incluso desde la muy lejana cima de Daegwallyeong; pero de cerca es realmente espectacular.
Tan hermoso y alto como las luces es el duro trabajo que realizan los barcos durante la noche. Recuerdo que durante mis años de secundaria y preparatoria en Gangneung, los niños que vivían en zonas mineras siempre pagaban la matrícula escolar por adelantado, al margen de la fecha para abonar los plazos. En cambio, los niños de familias agrícolas pagaban cuando podían, en base a sus recursos, mientras que los niños de la costa pagaban las cuotas acumuladas de una sola vez, cuando el calamar era abundante.
Hasta la costa de Gangneung se extiende el condado de Yangyang. Aunque no es exactamente un distrito de pesca, por así decirlo, es el hogar de Namdaecheon, el “Gran arroyo del sur” al que cada otoño regresan los salmones. Aguas arriba, alevines de salmón del tamaño de un dedo se dirigen hacia el Mar del Este, y comienzan su largo y arduo viaje hacia el distante océano. Posteriormente, nadan desde el Pacífico Norte, a través del Mar de Bering y del Mar de Ojotsk, para luego regresar a Namdaecheon en Yangyang, donde nacieron y pasaron sus primeros días.
Un poco más al norte de Yangyang está Sokcho, la base pesquera de la costa este. En el pasado, cuando llegaba la marea, el puerto se abarrotaba de barcos de pesca para atrapar abadejo de Alaska. Pero con el cambio climático y el aumento de la temperatura del agua, los peces de agua fría como el abadejo han desaparecido casi por completo. No obstante, Sokcho continúa siendo el centro de la industria pesquera de la costa este. Más al norte de Sokcho, los muelles de Geojin, Daejin y Ayajin, en el condado de Goseong, están repletos de barcos.
Y aún más arriba en la costa, de camino hacia el monte Kumgang, el territorio de la nación se reduce abruptamente a la mitad. Los civiles solo pueden llegar hasta el Observatorio de la Unificación. Aunque ahora ya casi se ha olvidado, hasta la liberación nacional en 1945, un tren solía recorrer toda la costa este desde Yangyang hasta Wonsan, atravesando el monte Kumgang. Pero cuando Corea fue dividida en sur y norte a lo largo del paralelo 38, las vías fueron levantadas. En mi mente, imagino el día en que una vía férrea que lleve hasta Kumgang sea instalada de nuevo. Desde el Observatorio de la Unificación, la costa en el lado norte queda dolorosamente a la vista.