Las cocinas al estilo asiático tuvieron su origen en China y más tarde llegaron a Corea y Japón. En cada uno de estos países adquirieron sus propias estructuras y características al adaptarse al clima y los usos locales. Mientras la cocina moderna es simplemente un lugar donde cocinar y comer, la tradicional era también un espacio dedicado a la fe; un lugar donde las mujeres oraban para pedir el bienestar y la prosperidad de la familia.
Un bol de agua fresca y clara encarna el dios de la cocina llamado Jowang, una poderosa deidad en una casa tradicional coreana. Venerar al dios de la cocina, o dios de la estufa,deriva de una antigua tradición de culto al fuego en las creencias populares coreanas. A veces, una ramita de pino acompaña el tazón.
El registro conocido más antiguo en el que se hace mención a la cocina coreana se halla en el “Registro de los tres reinos” (San Guo Zhi), el clásico chino escrito por Chen Shou: “Al ser los lugares donde se sirve al dios de la cocina, tienen un aire reverente y están siempre ubicadas al oeste de la puerta”. Aunque es sólo una línea, se trata de un valioso registro que revela la ubicación y la característica distintiva de las cocinas coreanas. “Al oeste de la puerta” es algo que se aplica a las casas con orientación sur, y en el pasado la cocina se emplazaba en este lugar en el noventa y nueve por ciento de los hogares coreanos. Era un lugar bien pensado desde el punto de vista científico, ya que si la cocina estuviera situada al este de la puerta los fuertes vientos siberianos causarían problemas con el humo procedente del horno.No existe un concepto similar en la disposición de las cocinas china y japonesa, y la principal razón de esto es que sus hornos de cocina no derivan en conductos para calentar el resto de la casa. De este modo, el libro antes mencionado se refiere de forma específica a la ubicación del lado oeste de las cocinas coreanas.
Las cocinas en los antiguos registros
Otros importantes registros vinculados a la cocina son los murales de la tumba de Anak Nº 3 que datan del siglo IV. Estos se encuentran en Anak-gun, en la provincia de Hwanghae. Algunos creen que el ocupante de la tumba es el rey Gogugwon del Reino de Goguryeo. Otra teoría sostiene que se trata de Murong Huang, emperador de la antigua dinastía Yan de China, mientras una tercera corriente propone que el sepulcro albergaba el cuerpo de Dong Shou, un general de la antigua dinastía Yan que se estableció en Goguryeo en el año 336 y murió en el 357.
En el mural de la tumba destaca la imagen de una cocina. Es una construcción independiente con un techo de tejas y aguilones. Desde los viejos tiempos, en los palacios reales y las mansiones de las clases pudientes la cocina era una estructura separada llamada banbitgan, ubicada detrás de los cuartos interiores reservados para las mujeres. Una entrada del sexto mes de 1666 en los Anales de la Dinastía Joseon (Joseon wangjo sillok) llama banbi a las criadas encargadas de la cocina. Mientras, las dos cocinas del Palacio de Gyeongbok, que fueron restauradas en 2015, se llaman sojubang. Este nombre aparece en una entrada del undécimo mes de 1632 en los “Diarios de la Secretaría Real” (Seungjeonwon ilgi), por lo que se deduce que en el siglo XVII se utilizaban al menos los términos banbitgan y sojubang para referirse a la cocina. En el palacio de Changdeok todavía se puede ver una cocina real que tenía el nombre de banbitgan y data del reinado del monarca Sunjo a principios del siglo XIX.
Separar la cocina de los otros edificios tenía como principal objetivo evitar que se propagara un posible fuego y mantener la vivienda lejos del olor de los alimentos. Otro motivo era que había que preparar de una sola vez grandes cantidades de comida. Por las mismas razones, en algunos hogares ordinarios se construía cerca de la cocina principal una cocina separada llamada handet bueok.
En Corea, el cuerpo del dios de la cocina adopta generalmente la forma del agua. El agua no es solo un dios auspicioso que ahuyenta la desgracia y trae la buena suerte, sino también la deidad responsable del nacimiento y la nueva vida, así como un dios guardián que protege contra el fuego.
Las cocinas independientes llamadas banbitgan fueron introducidas desde China. De las veintidós tallas pictóricas de piedra en relieve descubiertas en las tumbas de la dinastía Han, diez son de la zona de Shandong. Es natural que los murales de la tumba de Goguryeo, creados bajo la influencia de China, se asemejen a esos relieves pictóricos. El cuervo representado en la cresta del tejado es también una muestra de la influencia china. El pueblo chino adoraba al cuervo como un símbolo del Dios Sol, una tradición que también fue seguida por las gentes de Baekje.
El molino, el establo, el pozo y el almacén de la carne con animales colgando de ganchos que se observan en los murales de la tumba de Anak Nº 3 también reflejan el estilo chino. A juzgar por estos murales, no se puede descartar la posibilidad de que Dong Shou sea el ocupante de la tumba.
División lingüística
El mural de la tumba No.3 de Anak, que se remonta al siglo 4 del reinado de Goguryeo, ofrece numerosas pistas sobre las antiguas cocinas coreanas. La tumba se encuentra en el condado de Anak, provincia de Hwanghae del Sur, actual Corea del Norte.
Los coreanos usan hoy los términos bueok y jeongji para designar a la cocina. Aunque ambos significan lo mismo, se utilizan palabras diferentes en las distintas regiones. La palabra bueok se usa principalmente en la parte occidental de la península, incluyendo la provincia de Pyeongan y la provincia de Hwanghae del Norte, así como la provincia de Gyeonggi, zonas de las provincias de Chungcheong y Jeolla, y la isla de Jeju. La palabra jeongji se usa principalmente en el lado oriental de la península, en las provincias de Hamgyeong y Gangwon, así como en varias partes de las provincias de Chungcheong, Gyeongsang y Jeolla. Tal dispersión regional sugiere que en realidad había dos tipos de cocinas.
El primer registro conocido en el que aparece la palabra bueok es la traducción coreana de los poemas de Dufu, publicada en 1481. La primera sílaba bu viene de bul, que significa “fuego”, y la segunda sílaba eok es un sufijo que indica el lugar. En aquel momento la pronunciación era más cercana a buseok, que, curiosamente, es similar a la palabra buseop utilizada en Jeju, que significa “horno”.
La palabra jeongji tiene su origen en un tipo de casa llamada gyeopjip que se encuentra en la provincia de Hamgyeong, en la que las habitaciones están dispuestas en dos filas paralelas para mantenerse aisladas del frío, formando una estructura con la forma de la letra china 田 (jeon). La tribu Oroqen que vivía en las montañas del noroeste de la provincia de Heilongjiang, cerca de la provincia de Hamgyeong, habitaba tradicionalmente en tiendas de campaña. Frente a la entrada se colocaba una chimenea en el lado opuesto, detrás de un lugar llamado malo o mallu, y a la derecha estaba el jungidui, que es donde residían las mujeres. Se dice que la palabra coreana maru, que se refiere a la sala con suelo de madera en una casa tradicional, proviene de la palabra malo de los Oreqen, y se puede conjeturar que la palabra jeongji para la cocina también tiene algún tipo de vínculo con ellos.
También se considera una prueba de esto el hecho de que en los tiempos antiguos la provincia de Heilongjiang formaba parte del territorio de Goguryeo.
La palabra china para designar la cocina es chu. Originalmente se refería al plato en el que se servían las verduras saladas, pero cambió para designar el lugar donde se calienta y se cocina la comida. Los cocineros se llaman churen o paoren, términos que significan literalmente “persona de la cocina”.
En Japón la cocina se llama daidokoro o katte. Según el diccionario japonés, durante el período Heian la palabra daidokoro servía para designar una vasija con patas en la que se colocaba comida. Este tipo de vasijas se utilizaban en el palacio real y en las mansiones de la aristocracia. Katte se refería originalmente a la mano derecha, que se utilizaba para tirar del arco antes de lanzar la flecha. El significado cambió a “sustento” con el argumento de que la mano derecha es más fácil de usar que la mano izquierda, y finalmente cambió de nuevo para significar “cocina”.
Donde los dioses habitan cada casa
El antes mencionado Registro de los Tres Reinos dice: “Los dioses de la tierra son adorados de diferentes maneras, pero todos habitan en la parte superior de la cocina, al oeste de la puerta”. Los dioses de la tierra se pueden dividir en la diosa de la cocina adorada en Seúl y las provincias de Chungcheong y Gyeongsang, y el dios del fuego adorado en Jeju y las provincias de Chungcheong y Jeolla. La diosa de la cocina se llama Jowang y es un carácter femenino debido a que la persona a cargo de la cocina es generalmente una mujer. El dios del fuego se llama Hwadeok. Este nombre se acerca probablemente más a los sentimientos del pueblo coreano, ya que Jowang es más conceptual mientras Hawdeok se refiere directamente al fuego que se utiliza todos los días.
El cuerpo de la deidad (su representación física) es una cacerola de agua colocada en la repisa de la parte trasera de la cocina (buttumak) o detrás de la olla de hierro (sot) que es un elemento característico de todas las cocinas. Cada mañana la señora de la casa vierte un poquito de agua de la cacerola en la estufa, en el horno, en la tapa de la olla y en la jarra de agua. Después llena la cacerola con agua recién extraída del pozo y reza por el bienestar y la felicidad de la familia en ese día.
En cambio, en las cocinas de la isla de Jeju el horno no tenía una estufa como tal y las piedras que sostenían las ollas sobre el fuego se consideraban los dioses de la cocina. El típico horno de cocina de Jeju tenía tres piedras, así que había tres dioses de la cocina. Estos fueron denominados colectivamente Samdeok y se dedicaban ofrendas a cada uno de ellos.
Al trasladarse a una nueva casa, los dioses de la cocina siempre se llevaban desde la vivienda antigua a la nueva en un intento de asegurar que continuara la buena fortuna disfrutada en la casa anterior. Se practican costumbres similares entre las tribus de las provincias de Sichuan, Yunnam y Guizhou en China.
En Corea, el cuerpo del dios de la cocina adopta generalmente la forma del agua. El agua no es solo un dios auspicioso que ahuyenta la desgracia y trae la buena suerte, sino también la deidad responsable del nacimiento y la nueva vida, así como un dios guardián que protege contra el fuego.
La típica cocina coreana se situaba al oeste de la puerta principal de las casas, orientadas al sur para evitar los vientos del oeste de Siberia. El horno se instalaba en la parte inferior de la pared, uniendo la cocina a las habitaciones para permitir la cocción y la calefacción al mismo tiempo. La leña estaba apilada en el lado opuesto al horno.
Por el contrario, en China el dios de la cocina suele representarse mediante una pintura. Los cuadros de la deidad pintados en papel se pueden comprar en el mercado o se hacen en el país, y a veces también se utiliza con el mismo propósito una representación del espíritu en papel sobre madera. En los grandes templos coreanos se cuelga en la cocina una imagen de la diosa de la cocina y se recita el sutra del corazón tras preparar el arroz, costumbres ambas que tienen su origen en la influencia china. En la tradición china la diosa de la cocina es una sirvienta enviada desde el cielo por el emperador de Jade para vigilar los asuntos del mundo humano y, al igual que en Corea, se trata de una deidad femenina. En la parte noreste de Japón el dios de la cocina, o dios del hogar, se manifiesta en una máscara de madera de aspecto feroz.
Por lo general la diosa de la cocina llega el último día del año al mundo humano, echa un vistazo a todas las casas y luego envía el informe al cielo. El emperador del cielo dispensa buena fortuna a los hogares que han mantenido la buena virtud y el castigo a las casas que han sembrado el mal. Alrededor de finales del año la pasta de las sobras de la preparación de alcohol se pegaban en el horno de la cocina para mantenerlo en silencio, ya que el horno simboliza la boca. La gente también intentaba ganarse los favores de la diosa de la cocina ofreciéndole pasteles de arroz o fruta, e incluso preparando un caballo en el cual pudiera galopar a tierras lejanas.
En las casas chinas, con algunas diferencias regionales, las habitaciones generalmente se calentaban con braseros, por lo que no había necesidad de que el horno de la cocina fuera construido cerca de las otras habitaciones. A menudo la cocina era una estructura separada del resto de la casa. Este tipo de cocina fue introducida a Corea, donde se llamó banbitgan
La chimenea y la cocina: de Corea a Japón
En su libro Historia de los utensilios de cocina, el diseñador industrial japonés Kenji Ekuan (1929-2015) dijo: “Es asombroso pensar que el kamado [cocina] no existía en Japón hasta que fue introducido desde Corea… Gracias a esto no solo ha aumentado la eficiencia de combustible, sino que también la chimenea ha permitido a la gente librarse del humo”. También se le llama kan kamado o kara kamado, términos ambos que significan “kamado coreano”. La cocina al estilo coreano sigue siendo venerada en algunos santuarios japoneses a día de hoy.
Tras introducirse la cocina en Japón, de forma natural siguió la olla de hierro. Hakyuseki Arai (1657-1725), un erudito del período de Edo, observó que “en los viejos tiempos kama era la palabra que se empleaba para designar la cocina y más adelante también para las ollas que hay en ella. Hoy en día aún se utiliza para referirse a la olla de hierro”.
“Kama” es la palabra norcoreana para la cocina, conocida en otros lugares como buttumak. El Diccionario de japonés antiguo de Iwanami, publicado en 1990, explica que la palabra nipona “está enraizada en el término coreano kama [gama]”. Su llegada a Japón está ligada a la introducción de casas al estilo de la provincia de Hamgyeong en la parte noreste de Japón.
La sorpresa que sintieron los japoneses al ver por primera vez la olla de hierro coreana se puede deducir de que el dios de la cocina en forma de olla de hierro todavía es adorado en el santuario de Karakama en Izumo, prefectura de Shimane.
La cocina no solo trajo a Japón la olla de hierro, sino también la chimenea. Un artículo de 1906 titulado “Estudio comparativo de coreano y japonés” de Kaoru Nakata (1877-1967) dice: “Hoy en día la cocina se llama kudo, lo que es resultado de un cambio de significado, ya que en el pasado kudo significaba chimenea. La palabra coreana similar es gulttuk. Este vínculo se creó en la antigüedad”.
El santuario de Kudo en la ciudad japonesa de Nara tiene a una persona de Baekje como su principal deidad y a la olla de hierro como el dios de la tierra. La inscripción en el lado de la olla dice “elaborada en el octavo mes del año de la fundación de la era Keian [1648]”, lo que demuestra que la olla había sido reemplazada recientemente en este momento.
En las cocinas japonesas, se cocinaba sobre un brasero antes de que la cocina, kamado o buttumak en coreano, fuera introducida de Corea. La cocina era considerada como algo increíble y todavía hoy en día se venera al dios de la cocina, en forma de olla de hierro, en algunos santuarios japoneses.
Los distritos de Heigun e Ikoma en la zona circundante habían sido antiguamente áreas residenciales para la gente de Baekje. Hong Yun-gi, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Educación del Cerebro, citó en un artículo para un diario en 2007 al especialista en historia asiática Konan Naito (1866-1934) en los siguientes términos: “...la deidad de Kudo es el rey Gutae [Daeso], antepasado del rey Seongmyeong [rey Seong] de Baekje”.
Si la cultura de la cocina de Asia Oriental se pudiera comparar con un árbol, China serían las raíces, Corea el tronco y Japón las ramas. Tal y como se ha analizado anteriormente, las cocinas de los tres países adoptaron apariencias diferentes porque llegaron a reflejar los pensamientos de la gente y esto dio lugar a la diversidad. Así como las flores brotan en las ramas, se puede decir que la cultura de la cocina de Asia Oriental ha florecido en Japón.
Kim Kwang-onProfesor emérito de la Universidad de Inha