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2017 SUMMER

REPORTAJE ESPECIAL

Baekje: en busca de las huellas del reino perdidoREPORTAJE ESPECIAL 3Baekje emergede una tumbareal

Debido a la escasez de material de investigación sobre el Reino de Baekje,su cultura era en gran parte desconocida antes de que el descubrimientode la tumba de un rey comenzara a revelar su esencia. Hallada poraccidente en 1971 durante la construcción de un sistema de drenaje enun cementerio real de Baekje perteneciente a la antigua capital Gongju,la tumba del rey Muryeong es el único sepulcro real con un ocupanteidentifi cado del período de los Tres Reinos (57 a. C. hasta el 668 d. C.).

Cámara principal de la tumba del reyMuryeong, vista desde el pasillo. Latumba fue encontrada en 1971 en uncementerio real de Baekje en Songsan-ri, Gongju. Bajo la bóveda, construidaa base de amontonar ladrillos dediversas formas y patrones, la cámararectangular contenía los ataúdes demadera del rey Baekje y de su esposa, ycolapsó por el paso del tiempo.

Situada en la región del monzón de Asia Oriental, la península coreana se vio inmersa en la temporadade lluvias del verano de 1971. En un sitio que alberga patrimonio cultural un diluviosuele ser sinónimo de desastre, pero ese año en Gongju fue una inesperada bendición.

Junto con Silla y Goguryeo, el Reino de Baekje, que se prolongó por casi 700 años desde su fundaciónen el 18 a. C., fue uno de los Tres Reinos que se consolidaron en la Corea antigua. En Gongju,la segunda capital de Baekje situada en la actual provincia de Chungcheong del Sur, hay un conjuntode tumbas reales en Songsan-ri, al pie de una colina baja en su parte meridional, donde el río Geumfluye desde el norte a lo largo de la ciudad. En este lugar histórico, donde los suaves contornos de losantiguos montículos funerarios crean un ambiente acogedor, el descubrimiento de la tumba del XXVmonarca de Baekje, el rey Muryeong (501-523) y su esposa se produjo por casualidad debido a la lluvia.

Mantenimiento del sistema de drenaje para la temporada de lluvias

En el libro del siglo XVI Estudio revisado y ampliado de la geografía de Corea (Sinjeung dongguk yeojiseungnam) figura una entrada sobre Gongju que describe las tumbas reales de Songsan-ri: “Hay unaescuela del condado a 3 li (unos 500 metros) al oeste de la localidad, con un conjunto de antiguas tumbasal oeste. Se dice que son tumbas reales de Baekje, pero se desconoce quiénes son en concreto susocupantes. Los sepulcros ya habían sido señalados en la época de Joseon como pertenecientes a losreyes de Baekje. Durante la mitad del siglo XX, las excavaciones revelaron que el sitio era un cementerioreal creado entre los años 475 y 538 cuando Ungjin (la actual Gongju) era la capital del reino, aunque nose aclaró a quién pertenecía cada una de las tumbas. A principio de la década de 1970, con seis montículosde presuntos sepulcros reales expuestos, la zona fue declarada como un sitio histórico.

Cada verano estas antiguas tumbas sufrían daños provocados por las lluvias, ya que el agua que fluíadesde la colina trasera se filtraba en las cámaras funerarias subterráneas. Para proteger los dos montículossituados en dirección de este a oeste, la Oficina de Propiedades Culturales (actual Administracióndel Patrimonio Cultural), dependiente del Ministerio de Cultura e Información, decidió excavar uncanal de drenaje en paralelo a ellos, a unos tres metros de distancia en dirección a la colina trasera. Laobra comenzó el 29 de junio, cuando el frente monzónico comenzaba a moverse hacia el norte procedentede la costa sur de Corea, con el objetivo de terminar los trabajos antes de que llegaran las lluvias.

Una semana más tarde, sobre las 2 de la tarde del 5 de julio, uno de los trabajadores que cavabanen el canal golpeó con su pala una piedra en el río. “¿Una roca en el fondo del río? Al instante supe quealgo era extraño, porque las piedras del río se usaban para las tumbas. Cavando más profundo llegué auna sólida estructura de adoquín y vi que la suciedad que salió a la superficie contenía cal. Después golpeéalgo duro con mi piqueta: los ladrillos tradicionales”, afirmó Kim Yeong-il, entonces encargado dela obra asignada al contratista Samnam Construction. Ese momento anunció el inesperado descubrimientode una magnífica tumba real y un hito en la historia de la arqueología coreana. La piqueta habíatocado el techo de la parte sur del pasadizo hacia la cámara principal, construido por completo conladrillos tradicionales.

Un diluvio nocturno

¿Qué se suponía que debían hacer con la recién descubierta tumba de ladrillos? El director de laobra informó inmediatamente del descubrimiento a Kim Yeong-bae, director de la sucursal de Gongjudel Museo Nacional de Corea (actual Museo Nacional de Gongju). El museo se vio obligado a informara la Oficina de Propiedades Culturales con el fin de obtener el correspondiente permiso para laexcavación, pero con la emoción de haber hallado una nueva tumba real de Baekje al final se ignoraronlos procedimientos adecuados. El mismo día los funcionarios del museo comenzaron rápido a excavaren el lugar junto con algunos arqueólogos locales y llegaron a la conclusión de que se trataba de unatumba real de Baekje construida con ladrillos tradicionales.

El Ayuntamiento de Gongju informó del descubrimiento a la Oficina de Propiedades Culturales aldía siguiente, el 6 de julio. La oficina envió personal al sitio para investigar el escenario, ordenó detenerinmediatamente cualquier obra no autorizada y decidió organizar un equipo oficial de excavación. El 7de julio llegó el equipo. Estaba liderado por Kim Wonryong,entonces director del Museo Nacional de Corea,e incluía investigadores del Instituto afiliado a la Oficinade Propiedades Culturales, como Cho Yu-jeon y Ji Gongil(véase el anexo). La excavación comenzó a las 4 dela tarde del mismo día.

Encontrados en la tumba del rey Muryeong, los ornamentos parala corona del rey, recortados en relieve sobre una placa de oro puracon diseño de madreselva, parecen llamas de fuego. Longitud: 30,7cm. Ancho: 14 cm. Tesoro Nacional Nº 154. Museo Nacional deGongju.

el descubrimiento de la tumba del rey Muryeong ha rescatado la historia de Baekje de la oscuridaden la que se hallaba sumida. Baekje había permanecido en un rincón inexplorado de la historiaantigua de Corea debido a la escasez de literatura al respecto, pero las reliquias halladas en la tumbaproporcionaron evidencias sólidas que, desde diversas perspectivas, arrojan luz a la historia delantiguo reino.

Los ornamentos de la corona de la reina fueron hallados en la partede la cabeza de su ataúd. Longitud: 22,2 cm. Ancho: 13,4 cm. TesoroNacional Nº 155. Museo Nacional de Corea.

Solo dos horas después, sin embargo, cayó unarepentina lluvia torrencial. El sitio quedó inundado y elagua de lluvia amenazaba con filtrarse en la cámarafuneraria real. El equipo se vio obligado a abandonarel sitio, dejando solo a los operarios que a duras penastrataron de construir una zanja de drenaje en la oscuridadde la noche. Mientras tanto, el equipo de excavaciónse reunió en un motel del centro de Gongju paradebatir el modo de proceder con la excavación y decidióreanudar el trabajo al día siguiente.

Entusiasmo en el sitio de excavación

Por fortuna el cielo se despejó al día siguiente y elsol brillaba con gran intensidad. Después de reanudarla excavación a las 5 de la mañana del 8 de julio,el equipo logró descubrir la entrada del pasillo queconducía a la cámara principal. Claramente se tratabade otra tumba real de Baekje. A las 4 de la madrugada,antes de abrir finalmente el sepulcro, se celebróun sencillo rito conmemorativo para sus ocupantes,colocando tres abadejos secos y vino de arroz en unapequeña mesa. Por fin el equipo comenzó a quitar unoa uno los ladrillos que bloqueaban la entrada. Cuandoel oscuro pasillo quedó desbloqueado, por primera veztras 1.500 años, un chorro frío emanó desde el interiorcomo una bocanada de vapor blanco o el fresco soplidodel aire acondicionado de un coche en pleno verano.

El equipo de excavación realiza un simple rito memorial antes dequitar los ladrillos que bloquean la tumba del rey Muryeong el 8 dejulio de 1971.

LECCIONES

APRENDIDAS

DE UNA

DESASTROSA

EXCAVACIÓN“Puede sonar a excusa, pero tengo que consolarme con la idea de queese era el nivel de la arqueología coreana en aquel momento. En todo caso,me siento agradecido por las dolorosas lecciones que aprendimos de eseerror. Todos los proyectos arqueológicos desde entonces se han llevado acabo con más cuidado y a partir de meticulosos planes”.

Ji Gon-gil, ex director del Museo Nacional de Corea, habla de la décadade 1970 cuando trabajó en Gyeongju, la antigua capital de Silla, como el cénitde su carrera arqueológica. Sigue recordando con cariño la época en la quedescubrió las dos tumbas reales, la Tumba del Caballo Celestial (Cheonmachong)y el Gran Sepulcro de Hwangnam (Hwangnam Daechong), entre 1973y 1976. Aunque trabajar en estos proyectos siempre fue un honor para él,reconoce que la excavación de la tumba del rey Muryeong sigue siendo unairreparable fuente de vergüenza.

Ji, que actualmente es presidente de la Fundación de la Herencia CulturalCoreana en el Extranjero, se licenció en la especialidad de arqueología yantropología en la Universidad Nacional de Seúl antes de ingresar a la oficialidaden noviembre de 1968 como investigador de la Oficina de PropiedadesCulturales (predecesora de la Administración del Patrimonio Cultural). El 7de julio de 1971 le ordenaron de pronto acudir a Gongju con algunos de suscompañeros. A nuestra llegada nos quedamos atónitos al observar una antiguatumba de ladrillo con la parte frontal ligeramente expuesta.

Aunque en aquel momento solo era un joven investigador que no estabaen condiciones de tomar decisión alguna, se ha sentido atormentado desdeentonces por haber asumido un papel de liderazgo en un proyecto que hapasado a la historia de la arqueología como una excavación desastrosa hastael ridículo. “Puede sonar a excusa, pero tengo que consolarme con la idea deque ese era el nivel de la arqueología coreana en aquel momento. Ese era elnivel de nuestra cultura”, afirma. “La tumba del rey Muryeong fue excavadade manera caótica y descuidada, y todo el proceso, desde el descubrimientohasta la excavación en sí, fue expuesto en tiempo real a los medios de comunicacióny a la comunidad local. Entre el alboroto y la emoción, a nuestroequipo le resultó difícil mostrarse atento y racional”.

“Dentro del mausoleo trabajé duro fotografiando el habitáculo. Sinembargo, cuando revelé los negativos en la oficina de Seúl vi que había problemascon las fotos. Llevaba una cámara nueva y la manejé torpemente.Varios de los disparos estaban fuera de foco y solo se pudieron salvar algunoscortes”, explica. “Fue un tremendo error que agrava aún más mi remordimiento”.

Zapatos de bronce dorado halladosen la parte de los pies dentro delataúd del rey. Longitud: 35cm. MuseoNacional de Gongju.

Tras asegurar una apertura lo suficientementegrande para el acceso humano, Kim Won-ryong y KimYeong-bae entraron en la tumba sosteniendo una linterna incandescente. El pasillo era un oscuro túnel y el techo un poco más bajo que la altura mediade un hombre. Las raíces de acacias que colgaban del techo lo hacían parecer un lugar embrujado. Amitad de camino se encontraron con un animal de piedra de apariencia feroz parecido a un jabalí conun cuerno en la frente, que aparentemente estaba allí para proteger la tumba y alejar del exterior a losmalos espíritus.

Al final del pasillo había una cámara rectangular con un techo de bóveda. No era muy grande y elsuelo estaba cubierto, por lo que entre la penumbra parecían sucios tablones de madera. Resultaronser ataúdes que habían caído por su propio peso con el paso del tiempo. Las reliquias de oro brillabantras las rendijas. Los dos arqueólogos apenas podían creer lo que veían sus ojos, mientras su intuiciónles decía que este lugar nunca había sido tocado por manos humanas desde el entierro. “¡Hemos descubiertouna tumba intacta de Baekje! ¡Una tumba real!” No podían contener su emoción.

Una de las dos losas de piedrahalladas a medio camino, a lo largodel pasillo de la tumba, está grabaday dice: “La tierra para la tumba fuecomprada a los dioses del cielo yla tierra”, junto con el nombre delocupante, fecha de la muerte y fechadel entierro. Ancho: 41,5 cm. Longitud:35 cm. Espesor: 5 cm. TesoroNacional Nº 163. Museo Nacional deGongju.

¿Quién está enterrado en la tumba?

Su euforia alcanzó el clímax a la salida, cuando encontraron dos losas de roca delante del amenazanteanimal de piedra a medio camino del pasillo. La luz de la linterna reveló los caracteres talladosen chino clásico, que fueron interpretados como “Rey Sama de Baekje, el gran general que trajo paz aOriente”. Sama fue un título conferido al rey Muryeong de Baekje por el emperador de la dinastía Liang(502 - 557), una de las dinastías del sur de China. Kim Won-ryong recuerda el momento: “Estaba tanatónito que me sentía fuera de mí”.

La extrema emoción de Kim Won-ryong al descubrir la identidad delocupante de la tumba nubló su juicio y esto provocó que la excavación sellevara a cabo de forma precipitada. Un arqueólogo experimentado deberíahaberse calmado, haber detenido todo el trabajo e invertido tiempoen diseñar un plan de acción detallado. Kim, sin embargo, optó por llevara cabo una excavación de inmediato. Así, la tumba del rey Muryeong fuedesenterrada nada más identificar a su ocupante, y la cámara se vaciópor completo a las 8 de la mañana del día siguiente, el 9 de julio. Nadiedocumentó qué se había encontrado, dónde o en qué condiciones.

Animal guardián tallado en piedraencontrado a lo largo del pasadizo.Longitud: 47 cm. Altura: 30 cm. Ancho:22 cm. Tesoro Nacional Nº 162.Museo Nacional de Gongju.

La historia de Baekje rescatada de la oscuridad

Sin la planificación ni el protocolo adecuados, el sepulcro del rey Muryeong fue excavadocon tanta prisa que los trabajos bien podrían haber sido obra de expoliadores de tumbas. Sinembargo, la desafortunada manera de realizar la excavación no ha eclipsado sus resultados.De los 114 reyes de los Tres Reinos y de los subsiguientes períodos de la Silla Unificada, 31 deBaekje, 27 de Goguryeo y 56 de Silla, que unificó los tres reinos, solo el rey Muryeong poseyó unatumba identificada para la posteridad.

Además, el descubrimiento de la tumba del rey Muryeong ha rescatado la historia de Baekjede la oscuridad en la que se hallaba sumida. Baekje había permanecido en un rincón inexploradode la historia antigua de Corea debido a la escasez de literatura al respecto, pero las reliquiashalladas en el mausoleo proporcionaron evidencias sólidas que, desde diversas perspectivas,arrojan luz a la historia del antiguo reino.

La tumba del rey Muryeong y su esposa dejó una espléndida colección de artículos: más de 3.000 objetosde aproximadamente un centenar de tipos.

Era evidente que algunos de los enseres habían sido importadosde China. Por otra parte, los ataúdes de madera para la pareja real estaban hechos de pino japonés,cuyo único hábitat natural es el archipiélago de Japón. Estas observaciones demuestran que Baekje llevó acabo intercambios culturales y materiales con las naciones vecinas por medio del comercio marítimo y que lafamilia real mantenía estrechas relaciones con Japón. (Traducido por Atahualpa Amerise)

Los visitantes del Museo Nacional deGongju observan las exposiciones,incluidos los ataúdes de madera parala pareja real y el animal guardián enpiedra, restaurado casi a su aspectooriginal.

Kim Tae-shikPeriodista e investigadordel InstitutoNacional de Investigacióndel Territorio yPatrimonio Cultural

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