Pasé siete años de mi juventud en la isla Bigeum. Eso supone una décima parte de mi vida, y esos añosestán grabados para siempre en los rincones más profundos de mi memoria. Los ricos tonos del dialecto deBigeum adquiridos durante mi adolescencia son parte de mí y de mi forma de escribir como crítico literario.
Las montañas del interior y el magnífico paisaje costero envuelven lassalinas repartidas por la costa de Bigeumdo, la primera isla de Corea en laque se crearon unas salinas.
Mi ciudad natal es Bigeumdo, una isla frente a lacosta suroeste de la provincia de Jeolla del Sur.La gente lo considera una isla remota, pero hastaque me gradué de la universidad, nunca se me ocurrió quela isla en la que crecí estaba en un lugar lejano. Pensabaque ese título estaba reservado para las islas en otro lugar.¿Muy lejos? ¿Lejos de dónde?
Montañas, playas blancas y dialecto
En realidad, yo no viví tanto tiempo en la isla. A finalesdel SXIX, cuando Mokpo se convirtió en un puerto abierto ycomenzó su modernización, mi familia se trasladó y vivió enel continente hasta que la Guerra de Corea estalló en 1950,y se refugió de nuevo en Bigeumdo. Yo era un niño y lleguéhasta allí cargado a espaldas de alguien, en nuestro caminode vuelta a la isla. Y allí viví hasta que me gradué de laescuela primaria, cuando volvimos a Mokpo.
Fueron sólo siete años de mi pre adolescencia en la isla.Pero esos siete años están tan profundamente arraigadosen mí, que incluso ahora, que tengo más de 70, aquellasexperiencias me sirven como criterio para percibir y medirlas cosas en el mundo. Por ejemplo, para hacerme unaidea de la distancia entre Seúl y Busan, que son unos 400kilómetros, calculo que hay como cien veces la distanciaentre el muelle principal de Bigeumdo y Jahang, el pueblodonde yo vivía. Juzgo la altura de una montaña al medirlacon la altitud del monte Seonwang en Bigeumdo; cuandome encuentro con un árbol grande y viejo, lo comparo conel tamaño del almez del pueblo de Seosan. El increíble paisajede Bigeumdo, donde crecí, es para mí el arquetipo detodos los paisajes escénicos, y los objetos personales de miadolescencia, son el prototipo de la de cualquiera. Para mí,la imagen de una hermosa playa de arena blanca se asociaa la playa Wonpyeong, y hablar del océano es habar delas impresionantes vistas al mar que se observan desde lacabeza del dragón de piedra que está junto a la playa Hanuneom.
Pero además está el lenguaje de Bigeumdo. El coreanoque hablo es un dialecto de la provincia de Jeolla, másconcretamente de la de Bigeumdo, que es distinto de otrosdialectos de la región. Es más refinado y expresivo que eldialecto agudo y rápido de Mokpo, pero no tan lento comoel de Heuksando, otra isla del condado de Sinan. Incluso sialguien habla el coreano estándar que se usa en Seúl, tepuedo decir de inmediato si es un nativo de la isla. Una vez,un operario vino a nuestra casa para instalar un armario. En cuanto le escuché hablar mi corazón dio un vuelco. Le preguntéde dónde era y él respondió que del condado de Sinan. Le dije queyo también era de allí. Luego le pregunté de qué parte de Sinan enconcreto, y él contesto que de Bigeumdo. Resultó que este Sr. Kimtambién había ido a la escuela primaria de Bigeum. A partir de ahí,siempre recurrimos a él para realizar los trabajos de casa.
Proverbios que revelan capas de vida
Si tantos elementos emocionales han encontrado su caminoen mis complejos escritos teóricos de crítica literaria, dicho logropuede atribuirse a los variados y ricos tonos del dialecto Bigeumque han vivido dentro de mí desde mi juventud. Explicarlo seríatarea difícil. En vez de eso, observar un par de proverbios y expresionesúnicas de la lengua de Bigeumdo bastará para hacerse unaidea de su distintivo encanto. Supongo que muy pocas personasde mi generación los recordarán y, por tanto, introduciré algunosejemplos aquí.
“Atraparás a un ladrón de Nodae en Nodae”. Esto significaque cuando algo malo sucede, y sobre todo cuando algo falta, porlo general lo habrá robado alguien de dentro, o el culpable seráalguien próximo. Como cualquier nativo de Bigeumdo sabe, Nodaedoes una pequeña isla frente a las costas de Gasan-ri. Cuando erajoven, me enteré de que sólo había dos casas en la isla, así que noes difícil acertar el origen de esta expresión. Normalmente se usaasí: “Atraparás a un ladrón de Nodae en Nodae. ¿Dónde si no? ¿EnSuchi o en Sachi?”
“Ni una hoz ni un cuchillo te servirán”. Esta expresión alude a unfracaso ante el que ya nada se puede hacer para salvar una situación.La historia tras este viejo dicho reza así: Un hombre de edadcon diarrea se precipita al retrete, pero no puede desatar su cinturón.Desesperado, decide cortar la cinta, y le grita a su hijo que lelleve un cuchillo; pero el hijo no encuentra ninguno. ¡Entonces traela hoz!, grita el anciano desesperado. Después de mucho tiempo,el hijo finalmente encuentra la hoz y la lleva a su padre. Pero llegademasiado tarde… Y fue entonces cuando el anciano pronuncióestas palabras.
“Cuando consiga esos 700 nyang...” Cuando alguien te pide dineroy no tienes nada se usa esta expresión, medio en broma, paradecirles que han de esperar o para dar a entender que su peticiónestá fuera de lugar. Escuché que originariamente era usada porlos marineros en el mercado de pescado de Wonpyeong, mientrasbebían con chicas de compañía. Cuando valiéndose de sus encantoslas chicas pedían a los marineros que les compraran algúnregalito caro, ellos respondían así. Es un sinónimo de la expresión“cuando llegue mi barco”.
El increíble paisaje de Bigeumdo, donde crecí, coincide con el prototipo de todos los paisajes escénicos,y los objetos personales de mi adolescencia son el prototipo de la de cualquiera. Para mí, la imagen deuna hermosa playa de arena blanca se asocia a la playa Wonpyeong, y hablar del océano es habar delas impresionantes vistas al mar que se observan desde la cabeza del dragón de piedra que está juntoa la playa Hanuneom.
Con 400 años de edad Naechon Villageconserva sus paredes de piedra.El camino que se extiende durante 3kilómetros a través del pueblo, tieneuna montaña rocosa en la parte traseray vistas a los campos abiertos.
Sal de la mejor calidad disponible
Pero Bigeumdo no sólo fue el primer sitio del sur de Corea enproducir sal de mar a base de secarla al sol, sino que durante untiempo fue el mayor productor de sal del país en una superficiedeterminada. Incluso ahora, cuando la mayoría de las salinas sehan convertido en campos y arrozales, la isla produce parte de la de sal de mejor calidad disponible. Cuando estábamos en quintogrado, mis compañeros y yo, con ayuda de nuestros profesores,ganamos el gran premio en el Concurso Nacional Juvenil de Cienciascon una investigación sobre el proceso de fabricación de la sal. Yo jugué un papel mínimo.
Cuando los profesores confeccionaronun modelo de un campo de sal en papel maché, yo tan solo removíala mezcla pegajosa del papel. También durante tres meses llevabaun diario donde recopilaba mis observaciones sobre un campode sal. No obstante, gracias a esa experiencia, incluso ahora podríahablar durante dos horas acerca de los métodos de producción de sal, por ejemplo, sobre cómo se tuesta la sal.
Porque no toda la sal marina es igual. La calidad y el sabor varía,y los ancianos de nuestra isla eran expertos en distinguir entrediversos tipos de sal. Sólo con probar un grano, podían saber si erade una salina del este o de la parte occidental de la isla; o si la salfue cosechada a principios de verano o a finales de otoño.
Tiempo arraigado en la memoria
En el verano de quinto grado, fui a pasar una noche con unosamigos que viven en la ciudad portuaria de Wonpyeong, en la partenoroeste de la isla. Mis amigos me llevaron al mercado de pescado,pero como la corvina amarilla de temporada se había terminado,la mayoría de los vendedores se había marchado tras limpiar, ylo único que quedaba allí eran unas cuantas improvisadas tiendaspara vender alcohol a los pescadores. Con un plato de cebada, quepretendían usar como moneda, mis amigos rastrearon las tiendasuna por una con la esperanza de encontrar algo que comprar paramí, sin ningún resultado. Finalmente, en la última tienda, lograronencontrar una caja de refrescos en una esquina. Había unas dosbotellas para cada uno, pero al ser el invitado creo que tomé unaextra.
Nunca imaginé que podría emborracharme con un refresco.Con sensación de náuseas y desvanecimiento, me esparcí sobre laarena. El sol ya se había puesto y el cielo estaba repleto de estrellas.Recuerdo que la luna brillaba. Mis amigos cantaban a corojunto a mí, pero sus voces sonaban tan débiles como el sonido deun canto que llega de alguna tierra lejana. Y aún más distante era elsuave sonido de las olas al romper. A las estrellas parecían haberlescrecido unas colas largas y giraban lentamente a mí alrededor.Sentí como si estuviera tumbado en la palma de una mano giganteque me sacudía, o como si mi cuerpo se hubiera desintegradoen granos de arena que estaban siendo arrastrados por el viento.¿Cuánto tiempo había pasado? Cuando abrí los ojos ya era másde la medianoche y mis amigos estaban sentados a mi alrededor,mirando preocupados hacia abajo, hacia mí.
Esta experiencia permanece impresa en las capas más profundasde mi conciencia. Entonces pensé que, brevemente, habíaentrado otro tiempo y estaba de vuelta. Siempre aludo a esemomento como “el tiempo que pasé tumbado en la parte más profundade mi mente” y de igual modo, los años que pasé en Bigeumdopermanecen grabados para siempre en los más profundos rinconesde mi memoria.
Wonpyeong Beach, en la parte noroestede Bigeumdo, es una hermosazona con zonas de acampada.
Hwang Hieon-sanCrítico literario y profesor emérito de la Universidad de Corea
Cheon Gi-cheolFotógrafo