Muchos piensan que las películas de crimen, suspense y acción son para hombres, mientras que las románticas son para mujeres. Pero este prejuicio se ha visto muy afectado por la llegada de un fandom femenino de películas de género.

Directora Hong Eui-jeong (derecha) habla con el actor Yoo Ah-in y otros del elenco de “Voice of Silence”. La película obtuvo el premio al mejor director novel en 2021 Blue Dragon Film Awards.

“Asura: The City of Madness” (2016), película policial dirigida por Kim Sung-su, y “The Merciless” (2017), una película negra de Byun Sung-hyun, solo lograron un éxito comercial mediocre, pero inesperadamen¬te ambas obtuvieron un apoyo visceral de los fans. Sus grupos de fans, llamados “Asurians” y “Bulhandang Members” (del título coreano de la película, “Bulhan¬dang”), convocaron eventos on y off-line para promoverlas, con campañas mayor¬mente activadas por mujeres.

Desafiando la idea convencional de que a las mujeres no les gustan las pelícu¬las de género, cada vez más este tipo de películas han sido dirigidas o protagoni¬zadas por mujeres. En 2020, una oleada de nuevas directoras presentaron obras de debut basadas en sus propios guiones, como Sohn Won-pyung, Hong Eui-jeong y Park Ji-wan. Su trabajo está reescribiendo la historia del cine negro coreano.

Yoo interpreta a Tae-in, encargado de limpiar la escena de una banda criminal. Cambia al estar a cargo de una niña secuestrada.

Disrupción y miedo
Sohn Won-pyung, novelista que obtuvo un premio de ficción para jóvenes-adultos por su primer libro, “Almond”, generó un gran impacto en su extraordinaria carre¬ra cuando comenzó a filmar su primer largometraje, “Intruder”. La película obser¬va a una mujer desde la mirada de un hombre, pero su perspectiva es peculiarmen¬te poco fiable. Una extraña surge de la nada, afirmando ser su hermana menor que desapareció en la infancia. El suspense de la película es la dificultad de saber si es realmente su hermana o una impostora. El hombre, Seo-jin, lleva viendo a un psi¬ quiatra desde que su esposa murió en un acci¬dente de tráfico, y está tan inestable que resulta difícil saber si su trauma es real o imaginario, o si a primera vista es fiable. Siguiendo el desor¬den mental del protagonista, el director separa deliberadamente a la audiencia con la narrativa en primera persona.

La dinámica familiar también resulta inu-sual. En general, las películas que presentan familias atípicas intentan persuadir a los espec¬tadores de la validez de esas estructuras fami¬liares. En cambio “Intruder” crea tensión, al revelar cuán impotente es el hijo real para com¬petir con la supuesta hija en ganarse la con¬fianza de sus padres, y retratar la desintegra¬ción de la familia tras la llegada de una persona sospechosa que dice ser uno de los suyos. La directora capta el miedo que provoca esa irrup¬ción inesperada en la rutina diaria de la fami¬lia, enfocándose en la respuesta psicológica del protagonista.

“Ghost Walk”, dirigida por Yu Eun-jeong, y ganadora del Premio del Público en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon 2018, también explora un personaje desorienta¬do. Al comprender que se ha convertido en un fantasma tras un asesinato, Hye-jeong regresa al pasado una vez al día para descubrir cómo fue asesinada y, finalmente desenmarañar las relaciones entre todos los implicados. A dife¬rencia de los fantasmas peligrosos y beligeran¬tes de las películas de terror convencionales, aquí el fantasma despierta esperanza en la vida y en preocuparse por los demás.

“The Day I Died: Unclosed Case” (2020), dirigida por Park Ji-wan, rastrea el misterio en torno a la desaparición de una niña desde el enfoque de personas que se identifican entre sí y tratan de encontrar un significado a la vida.

En la primera cinta de la directora Sohn Won-pyung, “Intruder”, el jefe patriarcal del hogar es rechazado y alienado por su propia familia, tras aceptar a una mujer que dice ser su hermana, desaparecida hace 25 años.

Nuevos estilos
En los Blue Dragon Film Awards de 2021, el premio al mejor director novel fue para Hong Eui-jeong por “Voice of Silence”. Al igual que con “Intruder”, el personaje principal es un hombre, pero se presenta de forma muy distinta: la narra¬ción sigue rápidamente su mirada mientras reacciona a una cambiante situación. Valorada por la crítica como “pelícu¬la de crimen de estilo nunca antes visto”, es obra de una nueva directora ambiciosa, interesada en probar algo nuevo. La cinta aborda secuestros y asesinatos sin mucha violen¬cia, implicando a la audiencia solo con la historia, mientras evita los clichés de las películas policiales.

Tae-in (interpretado por Yoo Ah-in) y su colega Chang-bok son subcontratistas que se encargan de los cadáveres de una organización criminal. A diferencia de las pelícu¬las ordinarias de crímenes, no explica por qué los mafiosos asesinan o cómo ambos hombres comenzaron a ayudarles. En cambio, se les presenta como trabajadores comunes que realizan sus tareas con diligencia. El público se ve atraído por la extraña química entre ellos, y olvida la naturaleza de su trabajo.

El crimen es solo una parte de su vida cotidiana, como comer o dormir. Pero su rutina diaria cambia de pronto cuando se ven a cargo de un menor secuestrado. En general, la película destaca las absurdas circunstancias a las que se enfrentan los personajes, al tiempo que resalta el atractivo personal y la fuerza de cada uno.

Repensar el género
“The Day I Died: Unclosed Case”, dirigida por Park Ji-wan, también equilibra hábilmente el valor de entretenimiento del género con el significado cinematográfico. Este thri¬ller narra la misteriosa desaparición de una niña que parece haber saltado de un acantilado al mar en una noche de tor¬menta, dejando una nota de suicidio. Hyun-su, la detective a cargo del caso, al principio se muestra como mentalmen¬te inestable. Pero al seguir los pasos de la niña desapareci¬da, comprende que la niña luchó por mantenerse con vida, al igual que ella, y aborda el caso no como detective, sino como ser fuertemente identificado con la víctima.

Durante bastante tiempo, Hyun-su se pregunta si debe¬ría presentar el caso como una persona desaparecida o como un suicidio. Ese debate interno agrega profundidad a la historia. Si bien la emoción de buscar pistas y resolver un caso es esencial en cualquier película de misterio, “The Day I Died” cambia el plano y enfoca al mundo interior del per¬sonaje, en vez de al misterio en sí. En resumen, la película es un thriller reflexivo que intenta dar cabida al espectáculo emocional, omitiendo los típicos rasgos del género.

Así, las recientes películas de género se caracterizan por respetar las reglas de estilo, al tiempo de introducir ligeros cambios para darles un nuevo giro. Al traicionar ingeniosa¬mente las expectativas, respiran aire fresco en una categoría de películas plagada de rancios clichés. Los trabajos de las directoras nombradas previamente plantean preguntas sobre el cine negro en sí. Si bien estas mujeres aparentemente no están interesadas en ofrecer los placeres únicos del género, entretienen de forma distinta con nuevas perspectivas.

Los documentales no muestran necesariamente la rea¬lidad. En cambio, la realidad se trasplanta a una estruc¬tura cinematográfica y se reorganiza de forma que a veces ejerce un poder más fuerte e intenso que la propia realidad. Eso ocurre exactamente con “People in Elancia”, un docu¬mental dirigido por Park Yun-jin.

Elancia, el tercer juego de Nexon, creador de juegos en línea, tenía una historia que mezclaba elementos orientales y occidentales con brillantes gráficos. Atrajo a multitud de usuarias al mercado de los juegos en línea, tradicionalmente dominado por hombres, y fue uno de los más populares durante bastante tiempo. Pero su popularidad cayó a medi¬da que otros de sus juegos, como “Nexus: The Kingdom of the Winds” (el primer juego en línea de Corea), “KartRider”, “MapleStory” y “Mabinogi” salieron en muchos otros países, llegaron a las ligas de deportes electrónicos, o fueron adap¬tados para animaciones televisivas.

Park Yun-jin siguió con el viejo juego bajo el apodo de “Mi-hermana-jun-ji-hyun” (de ahí el título coreano de la película, “Mi hermana Jun Ji-hyun y yo”) con un puñado de usuarios residuales. La película comienza preguntando: “¿Por qué se¬guimos en este juego?”

Macros y hacking
La película comienza remontándose al tumultuoso final de los ‘90, cuando Corea sufría las secuelas de la crisis financiera asiática de 1997. Mientras prevalecían la ansiedad y la des-esperación, Elancia reflejaba el deseo colectivo de un mundo donde cualquiera pudiera ser o hacer cualquier cosa. En el mundo real, el trabajo duro a menudo no se recompensa y genera injusticias, pero en el juego, el tiempo y esfuerzo in¬vertidos tenían recompensa.

Pero la utopía no duró mucho. Cuando el desarrollador paró de actualizar el juego, dejando muchos errores sin resolver, se convirtió en un lugar sin ley, con piratería des¬enfrenada y todo tipo de macros (entradas de código para automatizar las tareas). También aumentaron los usuarios malintencionados, que fortalecían a sus personajes con trampas o interrumpiendo a otros jugadores. Con macros piratas desviando el juego, incluso cuando la mayoría de los usuarios había desaparecido, Elancia se convirtió en un mun¬do extraño que operaba por sí solo, en vez de ser creado y modificado por los usuarios.

Desmotivados para jugar o sin nada más que hacer en el juego, los usuarios se reunían en su sala de chat. Con el tiempo, sus conversaciones llegaron a ser todo lo que que¬daba de Elancia. La pantalla del juego ahora la cubre un flujo constante de texto, que evoca rastros de usuarios alienados que luchan por mostrar su existencia.

Elancia, an MMORPG released by Nexon in 1999, once had more players than any other game. But after years of neglect by its developer, it ended up becoming a “doomedgame.” The 2020 documentary, “People in Elancia,” brings to light the reasons why its director Park Yun-jin and her fellow players still love the game two decades later.

Cartel de “People in Elancia”. En este documental de 2020, la directora examina por qué otros usuarios no pueden abandonar un juego que lleva dos décadas sin mantenimiento.

Prueba de existencia
Incluso espectadores que desconocen el juego se sienten atraídos por la idea de este documental, por la expresión “juego condenado”. “Condenado” (manghaetta en coreano) es una palabra que se usa a menudo en la vida real. Amarga¬dos por las repetidas frustraciones de una sociedad de bajo crecimiento, muchos jóvenes dicen, con resignación: “Estoy condenado en vida”. Sin embargo, todavía viven, no importa lo desesperadas que sientan son sus vidas. Así, la palabra “condenado” irónicamente les recuerda que aún siguen o quieren estar vivos.

Un pequeño número de usuarios continúa visitando Elan¬cia, aunque ya no tiene administrador de sistema. Hablando con ellos, la directora intenta captar el momento actual de esos jóvenes apáticos de entre 20 y 30 años que resisten precariamente. El ecosistema del juego fue destruido por la infiltración de macros piratas, obligando a los usuarios a aceptar lo impuesto, en vez de disfrutar del juego en sí, símil del sentir actual de muchos jóvenes en la vida real.

Perder relaciones
Si bien no tenían motivos para seguir jugando, tampoco tenían ninguno para abandonarlo. En el mundo virtual, oyen las historias de otras personas y se compadecen de ellas, y a veces ofrecen consuelo. Si hubiera algún motivo para llevar tanto tiempo en el juego, en primer lugar, serían los otros que siguen allí, con ellos. Esas relaciones laxas los mantienen en Elancia, aferrados a un mundo que podría terminar en cualquier momento.

La directora entrevista a esos usuarios para hacer llegar sus opiniones al personal de Nexon. Sin embargo, no parece un esfuerzo por salvar el juego: más bien parece la lucha de unos individuos alienados por recuperar su propio senti¬do.

Captura de pantalla del MMORPG de Nexon: “Elancia”.

La directora Park Yun-jin habla con otros usuarios de “Elancia”.