El Bosque de Seúl es un relajante oasis en Seongsu-dong. Con una extensión de 1,15 millones de ㎡, es el primer parque de Corea diseñado con participación directa del público y refleja las características ecológicas y geográficas de la zona con cuatro áreas temáticas.
El Bosque de Seúl ocupa un área triangular donde el río Han se encuentra con uno de sus afluentes. Con ecosistemas e instalaciones culturales bien conservadas, este espacio verde es considerado un tranquilo oasis urbano.
© The Seoul Institute
El Bosque de Seúl está en la confluencia del río Han desde el este, y Jungnangcheon, uno de los afluentes del río desde el norte. Visto desde arriba se aprecia fácilmente su forma triangular, con un lado ligeramente distorsionado. Hileras de altos árboles por todo el perímetro protegen al parque del ruido y la contaminación del tráfico circundante.
Durante la dinastía Joseon (1392-1910) fue coto real de caza, pero luego evolucionó y llegó a incluir un campo de golf, una pista de carreras de caballos y un parque deportivo. En la década de 1990, el Gobierno Metropolitano de Seúl pensó convertirlo en zona residencial y comercial, pero optó por crear un oasis urbano para los ciudadanos del noreste de la ciudad, zona que carecía de parques.
En 2003 convocaron un concurso de diseño para el proyecto del parque, y el Bosque de Seúl fue inaugurado en junio de 2005. Seúl buscaba algo más que un parque convencional: quería un bosque urbano que se convirtiera en seña de identidad de la capital coreana, al estilo de Central Park en Manhattan o Hyde Park en Londres.
Dongsimwon Landscape Design & Construction ganó el concurso con un concepto más amplio que una simple zona verde, al incluir un centro artístico y cultural. Esa visión llevó a crear cuatro espacios temáticos: Parque Cultural y Artístico, Bosque Ecológico, Parque de Aprendizaje Experiencial y Jardines de Plantas de Pantano, más una zona que une el parque con el río Han.
Arte, Cultura, Ocio
El Bosque de Seúl es fácilmente accesible en metro. La salida 4 de la estación Seúl Forest le llevará a Understand Avenue, un impresionante centro comercial hecho con 116 contenedores reciclados. Frente al Parque Cultural y Artístico de usos múltiples antes hubo una pista de carreras de caballos, y una estatua ecuestre rinde homenaje a su historia. Más allá está Splash Fountain, lugar preferido por las familias para refrescarse cuando suben las temperaturas. En tanto Mirror Lake, tras la fuente, ofrece una experiencia totalmente distinta, pues el reflejo de los árboles en las aguas del lago ofrece la ilusión de un sereno bosque de montaña.
Con 3 cm de profundidad, Mirror Lake, en el bosque de Seúl, refleja las metasecuoyas que rodean el perímetro como un dibujo del paisaje.
© The Seoul Institute
La hilera de árboles da paso a un patrón más agreste y desordenado donde la carretera se curva, anticipando una amplia zona verde. Rodeado de senderos para caminar y conocido como Family Yard, aloja imponentes árboles de hoja caduca, como arces y metasequoyas. Este amplio pulmón verde ofrece a los seulitas una incomparable sensación de libertad donde cada uno halla su propia forma de relajarse: un picnic con mantas, leer libros, escuchar música, tomar una siesta o montar en bicicleta. Por la noche algunos instalan pequeñas pantallas portátiles con proyectores para ver películas. Asimismo, acoge importantes eventos regulares, como el Festival de Jazz del Bosque de Seúl o la Semana del Bienestar de Seúl, y también es una de las zonas favoritas de ocio para perros.
Acogedor y espacioso escenario al aire libre, en diagonal frente a Mirror Lake. Acoge eventos artísticos y culturales con regularidad.
© Yoon Joon-hwan
Esfuerzo de Conservación
El Eco Bosque es la zona más alejada de la entrada. Los arquitectos paisajistas y diseñadores plantaron árboles de especies similares y ajustaron la densidad, creando un espacio que recuerda a la naturaleza salvaje de los espesos bosques que rodean Seúl. Debido a su gran tamaño es difícil explorarlo por completo, pero su increíble paisaje convierte a los visitantes en usuarios recurrentes.
Aquí destaca un recinto para ciervos moteados, donde una docena de animales distintos campan libremente. Quienes deseen observar de cerca a estos raros herbívoros pueden subir al puente peatonal panorámico que conecta con el parque Hangang, pues permite apreciar la calidad primigenia de los bosques circundantes, cuya entrada lleva tiempo reida.
Cuando los cerezos florecen en primavera, la gente hace cola para cruzar el puente. Comienza en la Colina del Viento, el punto más alto del Bosque de Seúl, y es especialmente hermoso en otoño, cuando los juncos se mecen con la brisa señalando el cambio de estación.
Escondido en un rincón de la zona Marsh Plants Gardens se halla Wetland Eco Garden, creado a partir de un embalse que una vez desbordó del río Han en temporada de lluvias. Conserva algunos pilares de la estructura anterior y, en verano las enredaderas trepan por ellas creando una escena pintoresca. Al preservar el contorno natural de la terraza de agua, el jardín cuenta con plataformas de madera que sirven como miradores, invitando a los visitantes a disfrutar de la rica biodiversidad de aves y flora de los humedales.
Otro punto destacado es Experiential Learning Park, una planta de tratamiento de aguas residuales fuera de servicio que se usa para enseñar ecología a los niños. Allí sorprende Gallery Garden, pues el tanque de sedimentos de la instalación ahora se usa para cultivar enredaderas, que ofrecen una agradable sombra en calurosos días.
© Gobierno Metropolitano de Seúl
Participación Ciudadana
Todos los bosques y parques tienen elementos distintivos, aunque de lejos puedan parecer similares. Pero una fallida integración de los parques con el tejido urbano y la cultura local puede desconectarlos de su entorno. El Bosque de Seúl destaca por sortear con éxito ese escollo, y en Corea es un ejemplo pionero de participación ciudadana a todos los niveles, desde planificación y construcción, hasta gestión y operativa.
Durante la fase de planificación, la ciudad organizó talleres y audiencias públicas para recopilar ideas y opiniones de la comunidad. Durante la fase de construcción, los ciudadanos no sólo aportaron fondos, sino que plantaron miles de árboles.
Un elemento central de esa iniciativa fue Seoul Green Trust, creado en 2003 como entidad sin ánimo de lucro para ampliar y preservar los espacios verdes de la ciudad, al tiempo de fomentar la participación ciudadana. Desde su creación ha liderado numerosos programas, colaborando con voluntarios y asumiendo tareas operativas desde 2016 hasta 2021, cuando la ciudad se hizo cargo de la gestión.
Los esfuerzos de la organización en el Bosque de Seúl han sido aclamados, particularmente por fomentar la gestión sostenible del parque a través de la participación civil y el diseño de programas para los residentes. En 2020, estos esfuerzos obtuvieron el reconocimiento de los premios anuales Asian Townscape Awards de la Asian Habitat Society.
El impacto del Bosque de Seúl se extiende más allá de sus límites físicos. El parque ha evolucionado hasta convertirse en un espacio público que fomenta un sentido de comunidad en los barrios circundantes y aprovecha sus características geográficas. El resultado muestra cómo la participación ciudadana puede revitalizar centros urbanos.