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Art Review

2020 AUTUMN

La Cultura y El Arte

CRÍTICA DE ARTE Música de alcance global

Al agregar elementos contemporáneos a la música tradicional coreana, los jóvenes artistas están creando una nueva Ola coreana, claramente distinta al K-pop. Este creciente reconocimiento internacional deriva en gran parte del calibre de los maestros que actuaron en la escena mundial antes que ellos, y de los esfuerzos de los promotores entre bambalinas.

Hace un tiempo, acompañé a un grupo de músicos para una actuación en el extranjero. Decidimos hacer un picnic al terminar el espectáculo. Era primavera y teníamos un día libre en el desierto. Todos estábamos relajados porque habíamos prometido “olvidar el arte por un día”. Tarareando internamente nos dirigimos a un arroyo “cool” y, nada más sumergir los pies en el agua, nos sorprendió gratamente lo caliente que estaba. Justo cuando estábamos disfrutando de estar en una región árabe, oímos un sonido rítmico al otro lado del arroyo. Miramos arriba y vimos unos niños tocando algo parecido a un timbal. Olvidando nuestra promesa de mantenernos alejados de la música durante un día, uno tras otro fuimos acercándonos a los chicos, y pronto cantábamos y bailábamos al son de su tambor. Solo sabíamos dos frases en árabe: “as-salamu alaikum” (la paz sea contigo) y “shukran” (gracias), pero eso fue suficiente para seguir hablando y riendo juntos.

En la 8ª edición del Festival Internacional de Danza de Seúl en 2005, “Las perfectas y preciosas danzas de los virtuosos” fue presentada en CJ Towol Theatre del Seoul Arts Center, con seis bailarines veteranos mostrando la belleza y el poder de la danza tradicional coreana. De izquierda a derecha cuatro de ellos: Kim Su-ak (1926-2009), Kim Deok-myeong (1924-2015), Kang Seon-yeong (1925-2016) y Lee Mae-bang (1927-2015). © NewsBank

Kim Hae-sook interpreta “Gayageum Sanjo” con el cuarteto de cuerda de la Universidad de Música Franz Liszt Weimar en el Festival Rudolstadt en julio de 2014. Fue la primera coreana en ser cabeza de cartel en dicho festival alemán internacional. © Jeonju International Sori Festival

Maestros del escenario mundial
“Las perfectas y preciosas danzas de los virtuosos” fue una actuación que en 2005 llevaron a cabo seis bailarines, con una edad promedio de 80 años. Reconocidos por su brillantez, los maestros bailaron melodías de otro grupo de talentosos músicos, sentados en larga hilera sobre una alfombra en el escenario. El espectáculo fue concebido por Jin Ok-sub, productor de representaciones artísticas tradicionales y actual presidente de la Fundación del Patrimonio Cultural de Corea, como parte de la octava edición del Festival Internacional de Danza de Seúl, también conocido como SIDance.

Entre el público estaba Gisèle Depuccio, subdirectora del Festival de Danza de Montpellier. Decidió invitar a esos maestros a Francia un año después, para un espectáculo que se llamaría “Trésors Vivants” (“Tesoros vivientes”). Al marcar 2006 el 120º aniversario de relaciones diplomáticas entre Corea y Francia, el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo se mostró entusiasmado en cubrir los pasajes y el equipo de artistas e intérpretes, mientras que la sede del festival abonaría el alojamiento y otros costes. Habría dos representaciones, una en la Ópera Comédie de Montpellier y la otra en el Teatro Nacional de Danza e Imagen de Chateauvallon, en Toulon.

Sin embargo, el tiempo no jugó a favor de los bailarines. En el transcurso del año siguiente algunos de ellos pusieron rumbo al cielo, con la falda de sus largas túnicas graciosamente ondeando tras ellos. El equipo logró subir al avión tras reemplazar a algunos integrantes, reduciendo ligeramente la edad promedio. Al terminar su actuación en la Opéra Comédie, en Montpellier Square, la platea del teatro desbordaba público que no quería volver a casa. El elenco estaba cansado, pero se sentía obligado a celebrar con la multitud. Noreum Machi, quien participó como instrumentista de apoyo, interpretó algunas piezas de madang nori (teatro tradicional al aire libre). Fue un evento de gala, y tanto los medios locales como Le Monde entrevistaron al granjero y bailarín Lee Yun-seok, quien, mientras estaba en casa, de vez en cuando dejaba de regar sus vides para salir a bailar entre los arrozales vacíos, antes de volver a su invernadero. Los corresponsales de la Agencia France-Presse (AFP) enviaban imágenes de la danza de la grulla de Kim Deok-myeong a la mesa de redacción, mientras que alguien del staff del teatro comentaba entre sollozos: “Creo que el baile salpuri (exorcismo) de Jang Geum-do habría consolado el alma de mi difunta madre”.

“Gayageum Sanjo: École Choi Ok-Sam” producido por Ocora Radio France en 2012. Harmonia Mundi lanzó el álbum en más de 60 países, presentando la música instrumental sanjo al mundo.

“Chant Arirang et Minyo”, lanzado por Ocora Radio France en 2014, contiene grabaciones de Lee Chun-hee, maestro de canciones populares de la región de Gyeonggi.

Lee Chun-hee canta en un concierto de maestros músicos en abril de 2011 en el Palacio Deoksu, organizado por la Fundación del Patrimonio Cultural de Corea. © Agencia de Noticias Yonhap

La banda de fusión de gugak Jambinai en el Palác Akropolis en Praga en abril de 2017. De frente, de izquierda a derecha: Kim Bo-mi al haegeum, Lee Il-woo a la guitarra y Shim Eun-yong al geomungo. Atrás, Yoo Byeong-gu al bajo. © Song Jun-ho

Escena de “Danza de Corea del Norte” estrenada en 2018 por la Compañía Ahn Eun-me en Arko Arts Theatre de Seúl. Fue seleccionada como evento de temporada del Théâtre de la Ville de París en 2019, y también para la clausura del Festival Pays de Danses, en el Théâtre de Liège de Bélgica en febrero de 2020. © Gadja Productions

Credibilidad internacional
El sitio estadounidense de comercio electrónico Amazon ofrece álbumes de obras maestras que demandan los fans de la música folclórica tradicional coreana. En 2012, el prestigioso sello discográfico Ocora Radio France produjo ‘Corée: Gayageum Sanjo - École Choi Ok-sam’, con Kim Hae-sook interpretando la pieza de solo de gayageum. En tanto Maison des Cultures du Monde (World Cultures Institute) produjo los discos de otros dos instrumentistas, Kim Young-gil en el ajaeng y Lee Jae-hwa al geomungo, en 2012 y 2013, respectivamente. Esos álbumes recibieron excelentes reseñas de críticos británicos y alemanes, por tanto, no sería exagerado afirmar que la música de esos maestros cautivó el oído de una audiencia de nivel internacional.

Ese mismo año, cuando el popular himno coreano “Arirang” fue inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, el maestro de Gyeonggi minyo (canción folclórica) Lee Chun-hee ofreció una actuación para celebrarlo en la sede de dicha entidad en París. Y en 2014, el Festival de l’Imaginaire, escenario de ensueño para muchos artistas coreanos, invitó a Lee a actuar en el espectáculo de apertura. Cuando largos años de arduo trabajo y entrenamiento dan sus frutos y te sitúan en la cima, parece que hasta el sonido de tu respiración se convierte en arte. Muchos jóvenes músicos talentosos morirían por una oportunidad que prácticamente cayó en el regazo de Lee. Sin embargo, no solo el talento los sitúa en los escenarios más codiciados del mundo. El promotor que también abrió las puertas del Festival Rudolstadt y al Festival du L’Imaginaire a los artistas coreanos, se negó humildemente a atribuirse el mérito.

Solo dijo: “Estoy feliz al ver que maestros que han dedicado sus vidas al arte reciben todo el respeto”. Pero esos logros no hubieran sido posibles sin la credibilidad internacional generada, entre otros, por Kim Sun-kook, el único productor musical coreano de Radio France y CEO de Just Music & Publishing, Inc.

La comunidad de la música coreana sigue impulsando talentos emergentes y, ante la pandemia de COVID-19, los agentes de la música mundial cuentan los días esperando que se pueda volar de nuevo.

Artistas estrella
Cada año tienen lugar numerosos eventos musicales en todo el mundo, y hace solo unos meses, preocupaba cómo apoyar todos los viajes de grupos nacionales programados para actuar en el extranjero. Gracias a los jóvenes artistas que han mantenido las tradiciones con un toque moderno, cada vez más músicos coreanos actúan en el extranjero, y muchos términos y expresiones musicales nativos coreanos son traducidos a diversos idiomas.

La banda Jambinai, en particular, asombró a la industria de la música mundial al fusionar el gugak clásico (literalmente “música nacional”) con un rock similar al heavy metal. Reconocido “no como seguidor, sino como creador de tendencias”, este asombroso grupo pasa más tiempo en el extranjero que en casa. Usando estratégicamente los mercados minoristas de música, firmó un contrato con un famoso sello discográfico, dando a sus compañeros artistas y a la comunidad musical nacional una nueva perspectiva sobre el intercambio internacional. Tras el éxito de la banda, ahora otros músicos se asocian con expertos del sector para lograr establecer circuitos de alcance global.

De los múltiples y variados géneros musicales que existen, las músicas del mundo “fusión gugak” son especialmente demandadas, y sus artistas tienen relativamente más oportunidades de poder actuar en el extranjero. Pero la artista coreana que la comunidad internacional recibe de brazos abiertos no es otra que Ahn Eun-me. Estudió danza tradicional coreana y prosiguió sus estudios en Nueva York, hasta que finalmente debutó como bailarina contemporánea. Sus actuaciones son una viva mezcla de vigorosos movimientos y espectaculares colores. Cada pieza tiene una historia, y ella siempre se acerca a la audiencia para comunicar su mensaje: “¡Seamos felices juntos, ahora!”. Probablemente, a causa de este mensaje el promotor francés Jean-Marie Chabot trabaja duro para que Ahn obtenga éxito internacional, pues Chabot afirma que ver actuar a Ahn consuela corazón y le hace feliz.

Añadiendo elementos idiosincrásicos de la danza y la filosofía de Ahn Eun-me a la canción folclórica, Lee Hee-moon comenzó su carrera como alumno del cantante solista Lee Chun-hee. Este “Joseon Idol” ha creado sensación con su “música para ver”. Es un cantante que grita: “¡Juguemos!” al público, un actor impregnado de la fabulosa magnificencia que Ahn Eun-me muestra en escena. Con medias de rejilla, tacones altos, vestidos de lentejuelas y una peluca rosa, amarilla o azul, Lee lo da todo en el escenario y obtiene una ferviente respuesta de la audiencia. Como vocalista principal del grupo SsingSsing, cuando fue invitado al globalFEST 2017 en Nueva York, captó la atención por ser el único grupo asiático. Su actuación radicalmente innovadora le valió el apodo de “Lady Gaga de Minyo”, y la Radio Pública Nacional de Estados Unidos (NPR Tiny Desk) describió a SsingSsing como uno de sus principales descubrimientos del festival. En 2019, los integrantes del grupo se convirtieron en los primeros coreanos en actuar en Tiny Desk Concerts, cuyos vídeos han presentado a artistas como Adele y John Legend, mientras su actuación acumula más de cinco millones de visitas en YouTube hasta agosto de 2020.

La cantante Lee Hee-moon (centro) formó el grupo de proyecto OBANGSINGWA (OBSG; que significa “Junto con los dioses de las cinco direcciones”) con el dúo de canciones folk NomNom y la banda Heosongsewol (“Waste Time”). Lee y Shin Seung-tae (izquierda) de NomNom eran miembros del grupo SsingSsing, que causaron sensación en 2019 en los Conciertos Tiny Desk de NPR en Washington, D.C. © Kwak Ki-gon

Hacia el escenario digital
La comunidad de la música coreana sigue impulsando talentos emergentes y, ante la pandemia de la COVID-19, los agentes de la música mundial cuentan los días esperando que se pueda volar de nuevo. La epidemia ha cambiado el mundo de la noche a la mañana, y nos lleva a preguntarnos a qué plataformas digitales deberíamos subir la buena música y los fascinantes bailes que queremos compartir con el público de todo el mundo. No tenemos los recursos financieros para competir con Netflix, ni la tecnología para impresionar a la nueva generación de medios que conforman la realidad extendida (XR). Tampoco se sabe cuánto tiempo el público esperará pacientemente a que vuelvan los conciertos en vivo. No obstante, deberíamos prestar atención a los artistas que han trabajado duro para promover Corea en el resto del mundo, y se aferran a sus micrófonos e instrumentos esperando cosechar fuertes aplausos, mientras continúan practicando horas y horas hasta el día en que puedan mostrar en pantalla sus presentaciones. 

Kim Shin-ah Directora, Fundación Nacional de Teatro de Corea

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