메인메뉴 바로가기본문으로 바로가기

Image of Korea

2021 SPRING

Literature

IMAGEN DE COREA El silbato en las paradas del país

Recientemente tropecé con la noticia de la apertura de una línea de tren de alta velocidad entre Seúl y Andong. Mi ciudad natal de Yeongju limita con el extremo norte de la histórica ciudad de Andong, por lo que ahora podré llegar allí en solo 1 hora y 40 minutos. En una fría mañana de invierno, hace unos 60 años, un niño de 13 años de una pobre aldea de montaña se subió a un tren en la estación de Yeongju. Era yo, en mi primer viaje en solitario. Ante mí pasaron muchas paradas de nombre desconocido y, cuando el tren llegó a Seúl, comenzó a oscurecer.

Basta pensar… La misma distancia puede cubrirse ahora en unos 100 minutos. ¡Qué verdadero cambio, qué progreso! Aún así, la sorpresa y gratitud que inspira la conveniencia de un tren de alta velocidad, coexisten con un subyacente anhelo por el ritmo lento y los dulces paisajes de antaño.

© Ahn Hong-beom

El primer viaje en tren de aquel niño hizo que su corazón se acelerara con temor y asombro. El adulto que estaba sentado a su lado le preguntó a dónde iba y qué pensaba hacer allí. Con orgullo, respondí que iba a Seúl para mi examen de ingreso a la escuela secundaria. El vagón del tren iba repleto de pasajeros, tanto sentados como de pie en el pasillo. Cada vez que el tren se adentraba en un túnel, el vagón se oscurecía y pronto volvía a iluminarse. El humo negro y el hollín que eructaba el convoy se colaban por las ventanillas abiertas.

El tren se detuvo en una pequeña estación rural. La señora mayor del asiento de enfrente, que generosamente había compartido sus huevos duros conmigo, babeaba mientras dormía, pero de pronto se despertó y recogió sus cosas. La estampa de esa señora al bajarse del tren junto con un joven estudiante con uniforme escolar, desapareciendo más allá de la parada al toque de silbato… Los parterres floreciendo con variedades fugaces como el cosmos, temblando con la brisa… Esas escenas forman parte inexorable de mi viaje en tren.

Hoy día, los trenes KTX atraviesan a toda velocidad esas pequeñas paradas. Muchas estaciones rurales fueron abandonadas y demolidas, pues perdieron su razón de ser hace mucho tiempo. Algunas fueron reconvertidas en cafés, restaurantes o pequeños museos, ofreciendo a las personas un viaje al pasado, al revitalizar estos lugares como atracciones turísticas.

Al despertar de un ligero sueño en mitad de la noche, a veces tomo a ese niño que una vez fui y lo siento en la oscuridad, con un viejo y solitario silbato. Luego enciendo una tenue luz en cada una de las salas de espera de las estaciones recorridas a lo largo de mi vida, e imagino escenas del poema “En la estación de Sapyeong”, de Kwak Jae-gu.

“… con sus ventanas como hojas de otoño / quién sabe dónde pasa el tren nocturno / gritando cada momento que he deseado / arrojé un puñado de lágrimas a la luz”.

Kim Hwa-young Crítico literario; Miembro de la Academia Nacional de las Artes

전체메뉴

전체메뉴 닫기