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2017 SPRING

LIBROS Y MÁS

Poesía de la paradoja: una larga ruta hacia el descubrimiento

For nirvana: 108 Zen sijo Poems (Para el nirvana: 108 poemas zen sijo)

Autor: Cho Oh-hyun, 118 páginas, 25 dólares / 19 libras, Nueva York: Columbia University Press [2016]

Para el nirvana: 108 poemas zen sijo es toda una paradoja en muchos sentidos. Como señala en la introducción el crítico literario Kwon Young-min, los poemas Musan de Cho Oh-hyun se pueden considerar sijo por su forma. Sin embargo, en contraste con el tradicional estilo lírico del género de la poesía, son a menudo narrativos por naturaleza, tanto que Kwon acuña un nuevo término para describirlos: “sijo de historias”. De este modo, puede decirse que son sijo y a su vez no lo son. Además, tal y como señala el traductor en el epílogo, “la poesía zen es intrínsecamente irónica, ya que el principio básico del zen es una antítesis del texto”. Esto significa que el budismo zen busca la iluminación sin recurrir a palabras o textos, y por tanto puede parecer extraño combinar este estilo con el de la poesía. Por último, el libro en sí mismo es paradójico en su estructura: Los 108 poemas están precedidos de una introducción escrita por un crítico cuya profesión fue juzgada por el propio poeta como una “disciplina inútil” y un epílogo redactado por un traductor que admite que los poemas son “casi siempre, por definición, imposibles de traducir”.

Pero esta paradoja de múltiples niveles parece apropiada. El modo de entender estos poemas, un logro que quien escribe no puede atribuirse para sí, no es recto sino que presenta una trayectoria serpenteante. El penúltimo poema, “Mis líneas de vida”, insinúa lo siguiente: “La poesía es de madera, anudada, / y el zen es la veta de la madera, recta”. Solo con muchos giros y vueltas de la mente se puede progresar y el viaje solo acaba cuando el que busca deja de buscar.
Cuando uno lee por primera vez estos poemas, su instinto inicial es preguntarse qué significan, tratar de extraer los entresijos ocultos de la sabiduría y así resolver los enigmas que plantean sus textos. Y, de hecho, parece haber puertas que conducen al santuario interior del universo poético de Musan. La serie de diez poemas titulada “Los diez toros de Musan" sigue la tradición zen de usar una decena de poemas o pinturas que representan la búsqueda y la domesticación de un toro salvaje, como metáfora del progreso de una persona hacia la iluminación a través de la meditación. Otra serie de poemas escritos en segunda persona se enfoca en el personaje de Bodhidharma, el famoso patriarca del zen en China. Sin embargo, una tercera serie de poemas se titula “Hablar sin hablar", aludiendo tal vez a la desconfianza zen y al simultáneo reconocimiento de la necesidad del lenguaje. Esta actitud ambivalente puede observarse en todo el volumen, como en “Olas”, donde el poeta afirma: “Los 1.000 sutras, los 10.000 tratados, / son todos olas sacudidas por el viento”; o en la obra final, donde anuncia: “Estas palabras que hasta ahora he arrojado / son todas una tontería”.

El lector impaciente podría sentir la tentación de interpretar aquí al poeta al pie de la letra, ya que tal y como se señaló anteriormente, esas puertas y pasajes no son sencillos y los poemas no ofrecen una respuesta fácil. En su lugar, funcionan mucho como zen koan (o gong-an en coreano), lo que implica que no hay “respuestas” ni tampoco existe un destino final. Solo se ofrece un proceso de descubrimiento. La paciencia aquí es una virtud, porque cuanto más tiempo dedicamos a estos poemas, más parecen revelar, no solo sobre la filosofía zen de quien los escribió, sino también sobre la naturaleza interior de quien los lee. Leer esta colección de poemas demora menos de una hora, pero aprehender toda la sabiduría que encierran, llevaría toda una vida. En todo caso, como dice el poeta: “toda una vida / apenas un simple paso / sigue adelante, sigue adelante / solo caminando en el lugar”.

Historia de Corea para jóvenes lectores

Letters from Korean history, I–v (Cartas de la historia coreana, I-v)

Autor: Park Eunbong, traducción de Ben Jackson, 1.264 páginas, 55.000 wones, Seúl: Cum Libro [2016]

Tal y como sugiere el título, este libro de historia de cinco volúmenes está escrito como una serie de 70 cartas. Cada capítulo comienza con la reproducción escrita de una conversación casual y amistosa de unos tres o cuatro párrafos, en la que se plantean preguntas y se invita a los lectores a unirse al autor a la hora de hallar respuestas a los interrogantes y explorar la historia.

Si bien completar toda la serie puede parecer una tarea desalentadora para los jóvenes lectores, su lenguaje y su vocabulario simples hacen que la lectura no sea muy difícil. También ayudan las numerosas ilustraciones, mapas y diagramas que acompañan a los textos. Son eficaces para comprender los diversos períodos de la historia y también para visualizar los estilos de vida de las diferentes épocas.
Los cinco volúmenes se titulan “De la prehistoria a la Silla unificada y Balhae”, “De los últimos Tres Reinos a Goryeo”, “Joseon desde su fundación hasta los años posteriores", “Del Joseon tardío al Imperio Daehan” y “Del Imperio Daehan al acercamiento entre Norte y Sur”. En estos ambiciosos volúmenes el autor trata de narrar la historia de lo ocurrido en la península coreana desde la era paleolítica (700.000 aC) hasta el año 2000 en un solo relato.
A menos que el lector sea un joven amante de la historia, algunos de los capítulos podrían ser de poco interés para él.
Sin embargo, como el estilo narrativo de la serie utiliza un vocabulario fácil, la lectura sobre la vida en el período de los Tres Reinos resulta divertida. El uso de antiguos murales, pinturas y artefactos para ilustrar el estilo de vida de los habitantes de Silla, Baekje y Goguryeo hace que la historia rebose vitalidad.
El libro también puede ser disfrutado como una lectura por capítulos individuales. Estos son ricos en su narración y, para los no iniciados, los capítulos que se centran en las figuras históricas tienen interés por sí mismos.

Por ejemplo, incluyen la historia del primer medallista olímpico de Corea, Sohn Kee-chung, el maratonista que ganó la presea de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, en el contexto del gobierno colonial japonés en Corea.
El autor decidió concluir el libro en el año 2000 con el tema de la “Declaración Conjunta entre Norte y Sur del 15 de junio”. De ahí el título del quinto y último volumen “Cartas de la historia de Corea: Del Imperio Daehan al acercamiento Norte-Sur”. Es un final positivo y con visión de futuro hacia un largo viaje en la historia de la península coreana.

Instrumentos tradicionales para la música de hoy

mask dance (danza de máscaras)

Autor: Black , 17,50 libras, Munchen: ACT [2016]

El geomungo o cítara coreana de seis cuerdas es el instrumento estrella de Mask Dance , el último álbum de la banda de cuatro miembros Black .

El hecho de que la banda se llame Black , traducción literal de la palabra geomungo, es una prueba del rol central en el grupo de este antiguo instrumento que data del siglo VII. Heo Yoon-jeong (geomungo), Lee Aram ( daegeum , flauta travesera de bambú), Hwang Min-wang ( janggu , percusión) y Oh Jean (guitarra eléctrica) componen la banda que toca principalmente jazz.
La música tradicional coreana destaca por su estilo libre e improvisado. Basta con fijarse en el pansori , un género de canto narrativo solo acompañado por un tambor, para detectar su carácter improvisado y de espíritu libre. Aunque se dan patrones de ritmos específicos, en las actuaciones de música folklórica coreana incluso un oyente casual percibirá que hay mucho espacio para la improvisación.

Mask Dance es un tour de force. Cualquier idea preconcebidasobre la música asiática se disipará de inmediato. No es el estilo de melodía meditativa etérea y relajante del New Age que muchos asocian con la música asiática.
Con el geomungo actuando más como instrumento de percusión que de cuerda, “Mask Dance” es oscuro y potente en su conjunto. La guitarra eléctrica aporta a la música un sonido metálico agudo para un ambiente ligeramente psicodélico. Las gruesas cuerdas de seda del geomungo se baten con un palo de madera para producir un timbre profundo característico. Es un sonido decididamente masculino; de hecho, el geomungo era conocido como el instrumento de los seonbi o literatos.
Es tarea exclusiva del oyente definir la música de Black , pero su estilo en todo caso no puede ser etiquetado como “cruce musical”. Las melodías de Blackexploran el reino al que se dirigen los instrumentos y la música tradicionales de Corea. (Traducido por atahualpa amerise)

 

Charles La shureProfesor, Departamento de Lengua y Literatura Coreanas, Universidad Nacional de Seúl
Kim Hoo-ranEditora Cultural, Korea Herald

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