“Das dritte Land” (El tercer país), un jardín provisional en Berlín, es una instalación artística donde Alemania y las dos Coreas comparten el dolor de la división y la importancia de la reunificación. Los tres artistas surcoreanos que crearon el jardín cruzan los dedos porque mejoren las relaciones intercoreanas y para que Corea del Norte envíe plantas y flores para completar el proyecto.
Cerca de los restos del Muro de Berlín hay un jardín artístico que promueve un lema único: “La naturaleza no conoce fronteras”. Allí los visitantes pueden disfrutar de un paisaje adornado con plantas y flores de toda la península de Corea, e imaginar que no está dividida. El ambiente llama a realizar una oración silenciosa por la paz y la reconciliación.
Kim Keum-hwa, curador de una agencia de arte contemporáneo en Berlín y gerente del proyecto de jardín, llama a esta obra floral “El tercer país”. Tomó prestada la idea de Jacopo Bonfadio, un humanista e historiador renacentista italiano que definía los jardines como “terza natura” o “tercera naturaleza”, un espacio natural creado y mejorado por el hombre al nivel del arte.
“Los humanos creaban jardines por su anhelo de naturaleza y por su deseo de establecer un orden en ella”, explica Kim. “El nombre de este jardín refleja esa idea. Su objetivo es despertar una imagen utópica sobre la península de Corea, para que los visitantes puedan ver más allá de la realidad actual en nuestra tierra dividida”.
La pieza central del jardín de Berlín toma como modelo la cadena de montañas Baekdu Daegan, un tema inspirado en ‘Claro tras la lluvia en el monte Inwang’ (Inwang jesaekdo), una pintura paisajística de tinta y acuarela de la era Joseon, siglo XVIII, no solo es conocida en Corea, sino también en el extranjero.
La cadena montañosa Baekdu Daegan (Great White Head Ridge) conforma la columna vertebral de la península coreana. Fluye como un colosal río, comenzando acertadamente con la montaña más alta de la península, el monte Paektu (más conocido como Mt. Baekdu) en la frontera norte, y pasa por el monte Kumgang (también conocido como Mt. Geumgang) y el monte Seorak, hasta llegar al monte Jiri y la costa sur.
Artistas Han Seok-hyun (izquierda) y Kim Seung-hwoe son los autores de “Das dritte Land” (El tercer país), un jardín-instalación temporal inaugurado en Berlín en mayo de 2019. Para conmemorar el 30º aniversario de la caída del Muro de Berlín y desear la paz y la reunificación de la península coreana, crearon esta obra en Potsdamer Platz, cerca de los restos del muro. Abierto hasta octubre de 2020.© Keum Art Projects
Las anémonas (Anemone narcissiflora L.) de clima alpino del centro-norte de la península de Corea están en plena floración. Para simular un paisaje de acuarela, plantaron anémonas y otras plantas silvestres con flores blancas, como collejas (Silene repens Patrin), trientalis europea (Trientalis europea L.), pigamón (Thalictrum aquilegifolium var. Brevistylum Nakai) y primuláceas (Lysimachia clethroides), en tierra sobre rocas negras.© Keum Art Projects
Colaboración
El jardín, creado en el Kulturforum en Potsdamer Platz, es resultado de una colaboración de tres años que involucra a Kim y a dos artistas de instalaciones, Han Seok-hyun y Kim Seung-hwoe. Su inauguración el 23 de mayo de 2019 fue uno de los muchos eventos de ese año para conmemorar el 30 aniversario de la caída del Muro de Berlín.
Kim Keum-hwa gestionó la planificación general, mientras que Han concibió la representación visual de las ideas para el proyecto y Kim Seung-hwoe se encargó de las plantas y los arreglos florales.
Han buscaba combinar el arte contemporáneo y las prácticas ecológicas, en un viaje imaginario entre Berlín y Seúl. En tanto, Kim Seung-hwoe se centró en los cambios sociales, arquitectónicos, urbanos y ecológicos que surgieron en torno al Muro de Berlín antes y después de su caída, utilizando el arte público como herramienta para permitir la comunicación entre el arte y el paisaje.
Han concibió la idea de recrear un jardín-instalación cuando era artista residente en Berlín, según explica: “Cuando llegué a Berlín por primera vez, en la primavera de 2016, todos parecían tranquilos y felices. Entonces pensé que la reunificación de Alemania les había traído paz y estabilidad. Me conmovió hasta las lágrimas cuando vi un documental sobre el momento en que derribaron el Muro de Berlín.
Pensé que sería necesario que los coreanos del Norte y del Sur se reunieran y hablaran con más frecuencia, en lugar de simplemente esperar a que cristalizara una decisión política, justo cuando los alemanes lograron la reunificación, después de que ambas partes expresaran su deseo al respecto y comenzaran a viajar libremente a ambos lados de la frontera. Después pensé que no había hablado con nadie sobre la reunificación coreana en más de una década. Y sentí ganas de hacer algo sobre las dos Coreas”.
Ambos artistas crearon una réplica de Baekdu Daegan (Gran cresta de cima blanca) con basalto y tierra. Instalaron un sistema de vapor de agua para simular neblina y recrear la imagen de la cadena de montañas que los coreanos consideran como eje vertebral de su territorio.© Keum Art Projects
“Todos me dijeron que sería imposible cuando expliqué que queríamos plantar flores de Corea del Norte en este jardín. Pero pensé que era deber del artista dar alas a la imaginación de los visitantes haciendo posible lo que parece imposible”.
Visión
“Das dritte Land” (El tercer país), abarca 1.250 metros cuadrados (25 mx 50 m). Se ubica frente a la Iglesia de San Mateo. Los artistas pensaban incluir 3.000 plantas, representando 60 variedades (37 de Corea del Sur y 23 de Corea del Norte). Sin embargo, la tibia respuesta de Corea del Norte solo permitió 1.500 plantas de 45 variedades (31 del Sur y 14 del Norte).© Keum Art Projects
Han cree que las características geográficas de Baekdu Daegan han marcado un significativo impacto en la homogeneidad cultural y emocional de los coreanos étnicos. La cadena ininterrumpida de montañas que atraviesa la península coreana es ahora un tesoro de biodiversidad ecológica. En el proceso de diseñar el jardín, Han reflexionó sobre cómo expresar visualmente ese simbolismo.
Repensó una y otra vez cómo recrear el paisaje de las montañas coreanas en el jardín artístico. Finalmente, pudo lograr ese efecto con una pintura de tinta y acuarela con flores blancas silvestres brotando de roca negra, y un sistema de vapor de agua para crear niebla. Utilizó tierra y basalto para crear un modelo en miniatura de Baekdu Daegan, evocando una atmósfera de ensueño, presentándolo como envuelto en una espesa capa de niebla.
Inauguración
El proceso hasta poder concretar ese proyecto artístico no fue fácil. Obtener la licencia administrativa para crear un jardín de la Autoridad de Desarrollo Industrial y Parques de Berlín fue el mayor obstáculo. Tuvieron que sortear todo un laberinto de regulaciones y hasta cerrar acuerdos para preservar las ideas de los artistas, al tiempo de satisfacer los estándares y requisitos locales sobre ingeniería civil.
Más tarde surgió un problema financiero, pero gracias a una financiación colectiva (crowd-founding) el proyecto recaudó con éxito 32.500 euros en solo dos meses, antes de la apertura del jardín. En este proceso, famosos actores y músicos en Corea del Sur enviaron mensajes de apoyo y donaciones del Consejo de las Artes de Corea, del Centro Cultural de Corea en Alemania y de la Fundación Hans y Charlotte Krull, además de lograr otras aportaciones individuales.
El proyecto finalmente comenzó con una nota de esperanza. Jo Sumi, una soprano coreana de renombre mundial, actuó el día de la inauguración, tras afirmar: “Quería enviar mis mejores deseos a los creadores de este jardín artístico pensado para impulsar la paz y el intercambio intercoreano en Berlín, símbolo de la división alemana y de su reunificación”. Además, Ju Bo-ra, intérprete de gayageum, realizó un dúo con Jin Sung-eun, un instrumento de percusión coreana llamado handpan.
En tanto Lee Lang, cantante y compositor que saltó a la fama por interpretar la canción norcoreana ‘Imjin River’ en lenguaje de signos, ofreció un concierto el 7 de junio en la Iglesia de San Mateo. Y el 8 de noviembre, la Venerable Jeong Kwan, monja y chef budista, presentó una variedad de platos vegetarianos en el templo de la iglesia, deseando la reunificación coreana. Mientras, otros artistas con sede en Berlín de diversos países también acudieron a los eventos de apertura organizados por el curador Kim Keum-hwa, bajo el lema ‘Fronteras y utopía, política y arte’.
Ampliación
Inicialmente programada para seis meses, la instalación del jardín se mantuvo hasta el 30 de octubre de 2020, gracias al apoyo y aliento de los ciudadanos de Berlín y de la oficina cultural del municipio de Mitte. Sin embargo, el jardín aún no ha alcanzado la proyección esperada por los artistas.
Los funcionarios norcoreanos cooperaron durante las etapas iniciales, pero se retiraron del proyecto tras la fallida segunda Cumbre de Hanói entre Estados Unidos y Corea del Norte, celebrada en febrero de 2019. Así, el jardín actualmente alberga solo 1.500 plantas y flores de 45 variedades, aproximadamente la mitad de los 3.000 tipos y las 60 variedades originalmente planificadas. Las flores silvestres del Arboreto Nacional Baekdudaegan en Bonghwa, en la provincia surcoreana de Gyeongsang del Norte, tuvieron que ser traídas para sustituir a las plantas autóctonas del lado norcoreano de la cadena montañosa.
Los tres artistas todavía intentan obtener plantas y flores de Corea del Norte para completar la exposición y el proyecto, según lo planeado. Están en contacto con el Jardín Botánico y el Museo Botánico de la Universidad Libre de Berlín; con el Arboreto Nacional de Corea en Gwangneung, en la provincia de Gyeonggi de Corea del Sur; y con el Jardín Botánico Central de la capital norcoreana de Pyongyang.
“Todos me dijeron que sería imposible cuando expliqué que queríamos plantar flores de Corea del Norte en este jardín. Pero pensé que era deber del artista dar alas a la imaginación de los visitantes haciendo posible lo que parece imposible”.
Desesperadamente y con resolución, explica: “Seguiremos tratando de concretar y hacer realidad nuestra idea. Seríamos muy felices si pudiéramos ver a gente de ambas Coreas charlar con un makgeolli, el vino de arroz coreano, en este jardín”.
Mientras tanto, Kim Keum-hwa expresa con melancolía: “Solo espero que el diálogo intercoreano prosiga sin problemas, y que ecologistas de ambos lados puedan reunirse en este jardín para celebrar un simposio sobre las plantas de la cadena montañosa de Baekdu”.
Kim Hak-soonPeriodista